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Nueva narrativa mexicana

 

 

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A través de esta colección se ofrece un canal de difusión para las investigaciones que se elaboran al interior de las universidades e instituciones públicas del país, partiendo de la convicción de que dicho quehacer intelectual sólo está completo y tiene razón de ser cuando se comparten sus resultados con la comunidad. El conocimiento como fin último no tiene sentido, su razón es hacer mejor la vida de las comunidades y del país en general, contribuyendo a que haya un intercambio de ideas que ayude a construir una sociedad informada y madura, mediante la discusión de las ideas en la que tengan cabida todos los ciudadanos, es decir utilizando los espacios públicos.

Con la colección Pública textos se ponen al alcance de los alumnos de educación media y superior trabajos en los que investigadores reconocidos —en muchos casos sus propios maestros— cierran el círculo académico al difundir entre los educandos los resultados de sus quehaceres profesionales.

 

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Contenido

Contenido

Introducción

I. La representación de la diversidad de género

Carmen Boullosa

La novela perfecta

La otra mano de Lepanto

La milagrosa

Cristina Rivera Garza

Lo anterior

Nadie me verá llorar

II. La representación de la diversidad política

Carlos Montemayor

La guerra en el paraíso

Las armas del alba

Los informes secretos

Paloma Villegas

Agosto y fuga

La luz oblicua

Jorge Volpi

La paz de los sepulcros

El fin de la locura

Álvaro Uribe

La lotería de San Jorge

III. La representación de la diversidad étnica

Hernán Lara Zavala

Península, Península

Carmen Boullosa

Antes y Treinta Años

Duerme

Cielos de la tierra

Llanto

Ignacio Solares

IV. La diversidad ontológica

Mario Bellatin

Rosa Beltrán

El paraíso que fuimos

David Toscana

Duelo por Miguel Pruneda

El último lector

V. La representación de la diversidad sexual

Enrique Serna

Fruta Verde

La sangre erguida

Ana García Bergua

Púrpura

Umbral

Daniel Sada

Casi nunca

VI. La identidad mestiza

Enrique Serna

Ángeles del abismo

Pablo Soler Frost

Edén

1767

Álvaro Uribe

Por su nombre

VII. La identidad en el arte

Álvaro Enrigue

La muerte de un instalador

Hipotermia

Héctor Manjarrez

La maldita pintura

Daniel Sada

Ritmo Delta

Jorge Volpi

El temperamento melancólico

Enrique Serna

VIII. La disolución de la identidad narrativa

Eduardo Antonio Parra

Nostalgia de la sombra

Gonzalo Celorio

Juan Villoro

Jorge Aguilar Mora

Conclusiones

Bibliografía

Sobre los autores

Introducción

La teoría de la literatura se replantea hoy en América Latina a partir de la problemática de la diversidad cultural o lo que algunos autores como Julio Ortega (1988) denominan “estudios interculturales”. Esto significa que estamos ante una nueva mirada sobre los cruces culturales, el mestizaje y lo barroco. Ya no se pueden seguir sosteniendo enfoques basados en el canon occidental o lo que sucede dentro de una sola cultura. En el caso de México, observamos el estallamiento de las categorías y métodos de enseñanza de la literatura (entendida ésta como un proceso monológico-monocultural). Es necesario abrirse a una perspectiva de la enseñanza de la literatura con base en la idea de la representación de la diversidad cultural. Nuestro enfoque se orienta por cierta forma de investigación centrada más en los contactos e hibridaciones que incluyen las literaturas sobre las formas más actuales de mezcla barroca como espacio creativo (Hernández, 2008; Arriarán, 2007). La pertinencia de romper con la enseñanza tradicional de la literatura y optar por un principio dialógico hace posible avanzar la investigación en la perspectiva teórica de la representación de las identidades diversas. Se trata de proponer nuevas lecturas que articulen las prácticas sociales, la producción literaria y los relatos de divergencia y de diferencia.

Los estudios de la literatura en México se dedican principalmente a los autores consagrados (Arreola, Rulfo, Paz, Fuentes, etcétera) no así a los autores más jóvenes, casi todos desconocidos o muy poco publicados. Pero la principal razón es que estos jóvenes no caben dentro de los parámetros tradicionales —que provienen de un sistema de autoridad que impone modelos consagrados—, por ejemplo, ¿dónde ubicar las narrativas sobre la diversidad sexual, política, étnica, de género? También podemos considerar que hay nuevos lectores que no se sienten identificados con la literatura anterior, pues lo hacen más con los nuevos autores que reflejan mejor sus vivencias y experiencias. Así, nuestra investigación se inserta en una perspectiva que inaugura nuevos encuentros entre la lectura, los textos y los contextos.

Estamos ante una nueva generación de escritores que pugna por expresarse y que merece ser analizada e investigada, ¿será que en la narrativa mexicana más reciente predomina el desencanto y el nihilismo posmoderno? ¿No habrá en los escritores más jóvenes un “principio radical de lo nuevo” como escritura abierta? ¿Por qué no podría haber una identificación con los nuevos sujetos sociales, que en vez de sentirse victimados se esfuerzan por negociar sus propios márgenes? En esta investigación intentamos comprender cómo los nuevos autores replantean los modos de ser modernos, ¿qué entienden por sentido comunitario o de identidad cultural? Ya no estamos como en la literatura pasada, ante textos que privilegian sólo la identidad nacional. Hoy vemos que hay diversas maneras de entender esa identidad (como identidades fragmentadas y barrocas). Esto significa que debemos desarrollar una perspectiva más amplia donde se incluya la discusión sobre comunidad, nacionalidad, ciudadanía, así como el papel de la mezcla y la diversidad intercultural. Para desarrollar esta perspectiva es indispensable apoyarnos en ciertos enfoques teóricos hermenéuticos, como el de Paul Ricoeur (2001), donde se considera que no hay una sola tradición, una identidad, sino varias, y que esta diversidad sólo se comprende no a través de la semejanza sino de la alteridad. En la hermenéutica de Ricoeur se encuentra el desarrollo de una explicación de la manera como se propiciaría la inmersión crítica en la cultura a través de la lectura de textos literarios, ya que plantea la formación de un sujeto crítico que se auto-cuestiona en la interacción con los textos. En este proceso, el lector puede elaborar tanto la crítica de los aspectos ideológicos, como recibir los valores de la tradición en la que se forma.

El aporte metodológico ricoeuriano en el que nos apoyamos es su planteamiento del texto narrativo como el tipo de texto idóneo para la formación de la identidad, porque trata de las experiencias de la vida cotidiana, en diferentes tiempos y espacios, describe y revela las preocupaciones humanas. La realidad, el campo práctico o la vida cotidiana le sirven al texto narrativo como mundo de referencia. En un segundo momento, cuando alguien se convierte en narrador, al escribir elabora un mundo. Para construir el mundo del texto, el autor debe haber realizado un trabajo de comprensión del mundo simbólico en el que interactuamos. A esta construcción, Ricoeur la llama configuración. El acto de lectura es una tercera mediación que vuelve a la primera (mundo de la acción) a través de la segunda (mundo de la obra), en un acto que no es circular sino espiral porque no consiste en la captación de un sentido unívoco que se aplique al mundo de la experiencia para concebirlo de la misma forma que antes de efectuar el acto de interpretación, sino con una nueva mirada re-figurante que puede conducir al enriquecimiento del criterio y a la modificación del actuar en la vida. La obra narrativa hace inteligibles las preocupaciones humanas que se manifiestan en la vida práctica, preocupaciones para las que la primera mediación simbólica, la de la vida cotidiana, a veces no basta para hacerlas accesibles. La narración tiene sentido completo cuando regresa al mundo de la acción gracias a un acto de lectura.

El interés por concentrarnos en los autores de la reciente narrativa mexicana, se debe a que después de 1990 el país ha sufrido profundas transformaciones a raíz de múltiples causas como el Tratado de Libre Comercio, la globalización, la posmodernidad, etcétera. ¿De qué modo se reflejan estas transformaciones en la literatura joven? Por supuesto que no se trata de un reflejo mecánico, de tipo sociológico sino más bien de un conjunto de reacciones expresivas que tienen que ver con el modo en que la nueva generación intenta adaptarse a los cambios sociales. Por ejemplo, en cuanto a la conducta sexual, lo que vemos es una mirada distinta sobre los aspectos no visibles de la realidad, ciertos comportamientos excluidos o marginados. Es así como Enrique Serna se atreve a tratar de manera jocosa, parodiando las normas de la sexualidad. O en el caso de Ana García Bergua que satiriza la homosexualidad desde el código del vampirismo cinematográfico (capítulo 5).

¿Qué es lo que diferencia a los nuevos narradores de los anteriores? Si tomamos en cuenta que los autores nacidos por los años de 1930 (José Emilio Pacheco, Inés Arredondo, Fernando del Paso, Juan García Ponce, etcétera), se caracterizaban por plantear en sus novelas una temática de la modernidad como la ruptura de las normas sociales y de la tradición cultural, lo que caracteriza, en cambio, a los nuevos autores es el trato con una problemática estética posmoderna. Esto significa que más que una crítica a la tradición, estamos ante una nueva actitud relacionada con la ironización, el humor y la parodia. No por nada la literatura posmodernista se caracteriza por el pastiche y la intertextualidad.

¿Qué entendemos por literatura? Siguiendo a Terry Eagleton (1988: 25), entendemos por literatura cierto tipo de textos producidos con esa intención, sin embargo ampliamos nuestra visión a aquellos textos que se imponen como literatura al margen de las instituciones académicas. Un texto puede comenzar a vivir como algo no literario y posteriormente ser clasificado como literatura. En varios países de América Latina vemos este proceso como un cuestionamiento del canon (Ludmer, 2007). También en México observamos varios autores como Mario Bellatin, Héctor Manjarrez y Álvaro Enrigue que convierten textos extraliterarios en literarios (capítulo 7).

Los capítulos giran todos en torno de la representación de la diversidad a través de los tipos de identidad (de género, en la política, en el arte, en lo étnico, en lo sexual). Creemos que es necesario redefinir la identidad. Hoy por hoy, la migración, la movilidad dentro y fuera de una región, se han convertido en parte de lo cotidiano. Podemos definir entonces las identidades de otra manera, ya no en términos esencialistas, sino más bien en términos de cultura, poder, inserción, influencias, acción y producción. Los problemas que analizamos en estos capítulos son cuestiones de identidad personal o cultural que se inscriben en el fenómeno de la globalización.

Una nueva manera de comprender la literatura y los tipos de identidad también implica un nuevo modo de ver la representación artística. Lejos de las estéticas realistas basadas en la verosimilitud, lo que vemos ahora es una apertura a la intertextualidad:

Partiremos del supuesto de que la ilusión de realidad creada por un relato es un fenómeno esencialmente intertextual, ya que entran en juego tanto la relación entre semióticas construidas como la relación de éstas con la semiótica del mundo natural. La ilusión de realidad es básicamente una ilusión referencial, pero la referencia no es nunca a un objeto indiferente, sino a un objeto que significa, que establece relaciones significantes con otros objetos de ese mundo dicho real y con el texto, origen de la ilusión (Pimentel, 2001: 9).

Con base en este apuntalamiento teórico hemos optado por investigar la nueva narrativa mexicana a partir de las formas de representación de la diversidad cultural. Esto significa que concebimos los textos narrativos como pequeños mundos humanos cargados de sentido. Desde este enfoque no cabe hablar de universos narrativos desligados de la realidad. Justamente la riqueza de la nueva narrativa mexicana consiste en simbolizar creativamente problemáticas sociales. Los autores que se analizan en este trabajo nos presentan problemáticas en torno de la representación de la identidad política, étnica, generacional, etcétera. Y es que tomando en cuenta los grandes cambios sociales ocasionados por la globalización en México, la literatura no elude la representación de estos problemas, sólo que no lo hace a la manera sociológica, sino más bien tratando de dar cuenta de la emergencia de nuevos sujetos sociales. La aparición de nuevos sujetos como los inmigrantes, los indígenas, los jóvenes punketos, los homosexuales, las lesbianas, etcétera, tienen relación con las disputas literarias sobre el canon. Es lógico que la emergencia de nuevos discursos obligue a inventar nuevas literaturas. Frente a las viejas formas canónicas, empezamos a ver en México textos de escritores viajeros, letras migrantes que provocan rupturas con los códigos nacionales. Es el caso de Pablo Soler Frost, Carmen Boullosa o de Jorge Volpi que tratan temas universales (capítulos I y IV). Otros autores como Carlos Montemayor, Hernán Lara, Daniel Sada, Rosa Beltrán, Cristina Rivera, Ana García Bergua, Eduardo Antonio Parra, Juan Villoro, Enrique Serna o Álvaro Uribe prefieren tratar lo local de otra manera considerando la nueva situación de los sujetos nacionales (capítulos II, III, VI y VIII).

La hipótesis de esta investigación es que nos encontramos ante una nueva generación de escritores de la que fluye un canon reacio a toda norma. Como nueva expresión de lo real, esta actitud estaría estrechamente vinculada con el multiculturalismo y la co-presencia de diferentes tradiciones. Y esto es así porque nos encontramos ante un proceso de globalización que imposibilita la existencia de una única tradición y de una sola cultura.

Este proyecto fue realizado en el marco del Programa de Investigación del Área 2 Diversidad e interculturalidad de la Universidad Pedagógica Nacional. Agradecemos el apoyo institucional, así como a nuestros colegas y estudiantes del posgrado que de manera activa discutieron y enriquecieron varios puntos relacionados con el papel de la literatura, la hermenéutica y la educación multicultural.