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Akal / Pensamiento crítico / 80

Carlos Fernández Liria

Marx 1857

El problema del método y la dialéctica

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«El método de la economía política», apenas un puñado de páginas contenidas en la célebre Einleitung [introducción] de 1857, es quizá el fragmento de la obra marxiana más controvertido. Tiene algo de especial, porque cuando sale a la luz (publicado muy imperfectamente por Kautsky en 1903), los marxistas –comenzando por Engels– ya habían decidido muchas cosas respecto a la cuestión del método de Marx y, en general, sobre su supuesta filosofía. Y no digamos ya cuando el texto se publica, ya en una versión aceptable, en la edición moscovita de 1939-1941. Para entonces, la escolástica marxista era ya un corpus absolutamente blindado.

El método de Marx se había instituido ya que era el método dialéctico. Ya no se trataba, pues, de saber lo que decía Marx en este inesperado texto, sino de que Marx tenía que decir lo que decía el marxismo; aunque fuera con calzador, sus palabras tenían que encajar con los postulados del materialismo dialéctico y del materialismo histórico. Pero el problema es que el texto no se dejaba acoplar tan fácilmente. Marx no decía lo que tenía que decir. Aunque, por supuesto, no se perdió la esperanza de lograrlo, introduciendo todo tipo de distorsiones y de piruetas hermenéuticas. 

En Marx 1857 proponemos, pues, una lectura más serena, alejada de las tormentas políticas de antaño. Y ocurre que no, que, a la luz de este texto, Marx no sólo no asume el método dialéctico sino que, precisamente, rompe con él.

Carlos Fernández Liria es profesor de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid. Entre sus últimos títulos publicados caben destacar ¿Qué fue la Segunda República? Nuestra historia explicada a los jóvenes (con Silvia Casado Arenas, 2019), Marx desde cero... para el mundo que viene (con Luis Alegre Zahonero, 2018), Escuela o barbarie. Entre el neoliberalismo salvaje y el delirio de la izquierda (con Olga García Fernández y Enrique Galindo Ferrández, 2017), En defensa del populismo (2015), ¿Para qué servimos los filósofos? (2012) y El orden de El Capital. Por qué seguir leyendo a Marx (Akal, 2010, con Luis Alegre Zahonero). En los años ochenta, fue guionista del programa La Bola de Cristal y, junto con Santigo Alba Rico, publicó los libros Dejar de Pensar y Volver a Pensar.

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César Bobis

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En este libro ha colaborado el Proyecto de investigación «Naturaleza humana y comunidad IV: El filósofo, la ciudad y el conflicto de las facultades, o la filosofía en la crisis de la humanidad europea del siglo XXI» (FFI2017-83155-P).

© Carlos Fernández Liria, 2019

© Ediciones Akal, S. A., 2019

Sector Foresta, 1

28760 Tres Cantos

Madrid - España

Tel.: 918 061 996

Fax: 918 044 028

www.akal.com

ISBN: 978-84-460-4813-8

Prólogo

En principio, sería de esperar que este libro no interesara a nadie, porque obviamente llega demasiado tarde, con algo más de un siglo de retraso, cuando el mal ya está hecho y rematado. Tiene, sin embargo, por lo menos un interés: comprender cómo es posible que durante ese siglo se dijeran tantos y tantos disparates en torno a un escuálido texto de cinco o seis páginas que, desde luego, no era fácil, pero tampoco estaba escrito en chino. Reproducimos aquí el texto de marras, en su versión alemana y en su traducción castellana habitual (con algunas modificaciones). Se trata de las páginas sobre «el método de la economía política» contenidas en la famosa Einleitung [introducción] de 1857, un texto que suele publicarse junto con los Grundrisse. Un texto que tiene algo de especial, porque cuando sale a la luz (publicado muy imperfectamente por Kautsky en 1903), los marxistas –comenzando por Engels– ya habían decidido muchas cosas respecto a la cuestión del método de Marx y, en general, sobre su supuesta filosofía. Y no digamos ya cuando el texto se publica, ya en una versión aceptable, en la edición moscovita de 1939-1941. Para entonces, la escolástica marxista era ya un corpus absolutamente blindado. Ya no se trataba, pues, de saber lo que decía Marx en este inesperado texto, sino de que Marx debía decir lo que decía el marxismo; aunque fuera con calzador, sus palabras tenían que encajar con los postulados del materialismo dialéctico y del materialismo histórico. Pero el problema es que el texto no se dejaba acoplar tan fácilmente. Marx no decía lo que tenía que decir. Aunque, por supuesto, no se perdió la esperanza de lograrlo, introduciendo todo tipo de distorsiones y de piruetas hermenéuticas. Desde el punto de vista que hoy llamaríamos «académico» se trató de una auténtica vergüenza, aunque ahí se mezclaban tantos imperativos políticos por el camino que no es difícil comprender que la precisión del comentario de texto fuera en esos momentos lo de menos.

Ensayamos aquí, ahora que estamos tan alejados (para bien y para mal) de esas tempestades políticas, una lectura más serena. A muchos marxistas actuales –pues todavía los hay–, el resultado les parecerá delirante. Sin embargo, lo que vamos a exponer a continuación encaja perfectamente con una determinada lectura de Marx, que ya hemos publicado, con Luis Alegre, en El orden de El Capital (2010) y en Marx desde cero (2018). Este texto tan incómodo y tan inoportuno –y en ocasiones tan críptico– para la tradición marxista, a nosotros, hay que decirlo, nos viene como anillo al dedo, como confirmación de lo que hemos llamado una «lectura republicana» de El Capital. Por el contrario, esas pocas páginas de Marx creemos que encajan muy mal con los planteamientos materialistas contemporáneos (y mucho peor aún con los que se pretenden «dialécticos»). Sobre el asunto ya publiqué, en 1998, un libro titulado El materialismo, que podría resumirse en una genial observación de Chesterton: «Algunos materialistas estarían dispuestos incluso a no existir ellos mismos con tal de que no existiera nada». No se puede pretender ser materialista a fuerza de cercenar de este mundo todo lo que resulta más interesante: los hechos de la razón y las obras de la libertad. Creemos que Marx jamás estuvo tentado de hacerlo y esperamos que el comentario de estas problemáticas páginas de la Einleitung contribuya a demostrarlo.

En la Primera Parte del libro, emprendemos una rápida presentación de los textos que son necesarios para plantear el problema del método en Marx y (en el capítulo II) transcribimos (en versión bilingüe) el texto que consideramos más fundamental, perteneciente a la Einleitung de 1857. En la Segunda Parte, emprendemos un comentario detallado en el que intentamos justificar las afirmaciones –que quizás puedan resultar en principio extrañas– que hacemos en el capítulo I. Animamos, pues, al lector a no desesperar antes de tiempo. En la Primera Parte, se presentan los problemas; en la Segunda, se aborda el comentario del texto de Marx.

Los esquemas que contiene el libro provienen de apuntes que, a lo largo de años de docencia, han realizado algunas estudiantes, basándose en lo que se escribía en la pizarra. Me ha parecido explicativo basarme en ellos. Les agradezco su colaboración a Lilia Souaf Benzema, Angélica Ramírez Ramírez y Romina Colombo. También tengo que agradecer su colaboración y ayuda a mi exalumno Iñigo Pérez Irigoyen, que ha trabajado conmigo intensamente en el intento de ordenar el libro de modo que fuera lo más accesible posible al lector.

Primera parte

El problema del método en Marx: los textos de referencia