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© Felipe Portocarrero S. y Alberto Vergara P., editores, 2019

De esta edición:

© Universidad del Pacífico
Jr. Gral. Luis Sánchez Cerro 2141
Lima 15072, Perú

APROXIMACIONES AL PERÚ DE HOY DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES

Felipe Portocarrero S. y Alberto Vergara P. (editores)

1.ª edición: julio de 2019
Diseño de la carátula: Icono Comunicadores
ISBN e-book: 978-9972-57-429-0

BUP

Aproximaciones al Perú de hoy desde las ciencias sociales / editores Felipe Portocarrero S., Alberto Vergara P. -- 1a edición. -- Lima : Universidad del Pacífico, 2019.

338 p.

1. Perú -- Política y gobierno -- Siglo XXI

2. Perú -- Condiciones sociales -- Siglo XXI

3. Desarrollo social -- Perú

I. Portocarrero S., Felipe, editor.

II. Vergara, Alberto, editor.

III. Universidad del Pacífico (Lima)

320.985 (SCDD)

La Universidad del Pacífico no se solidariza necesariamente con el contenido de los trabajos que publica. Prohibida la reproducción total o parcial de este texto por cualquier medio sin permiso de la Universidad del Pacífico.

Derechos reservados conforme a Ley.

Presentación

Este es un libro en el cual un grupo de académicos ha procurado esquivar el academicismo convencional. En una coyuntura en la que las ciencias sociales, empujadas por la sofisticación de sus instrumentos y metodologías de análisis, buscan certezas que muchas veces solo pueden hallarse en niveles micro, los editores hemos querido tener un volumen que analice el Perú contemporáneo desde sus grandes y clásicos campos de investigación: las instituciones, la sociedad, las políticas públicas sectoriales, la economía y la representación política. Una aproximación de este tipo rápidamente evocará en el lector la idea de una suerte de gran mural en el cual se superponen diversos planos que muestran sutiles articulaciones, o la de un rompecabezas en el que se descubre la presencia de algunas piezas que nos ayudan a prefigurar la imagen de conjunto que usualmente resulta esquiva.

Sea como fuere, al mirar estos grandes campos de investigación aparece un país cuyo rostro ha sido cincelado por antiguas y nuevas fuerzas que actúan sobre los intereses y la voluntad de los actores individuales y colectivos. Esto ocurre muchas veces sin que se advierta el poderoso impacto que estas fuerzas tienen sobre la dinámica social de un país fragmentado que no termina de ser una nación exitosa en la que todos nos podamos sentir incluidos. Desde luego, sería ingenuo pensar que, bien sea por procesos económicos o políticos recientes, las características de nuestro país son esencialmente una novedad sin precedentes. Pero también nos alejaríamos de su adecuada comprensión si sostuviéramos, con vanidad conservadora, que nada nuevo existe bajo el sol peruano de nuestros días. En realidad, estudiar el Perú implica caminar sobre una compleja y movediza trama hecha de filamentos viejos y otros recientes que se entretejen para dar lugar a lo nuevo y lo inédito. Los trabajos reunidos en este libro buscan desentrañar esa urdiembre con el objetivo de conocer dónde estamos parados, cuáles son nuestras ventajas y cuáles nuestros frenos, y también cómo allanar nuestro mañana.

Un aforismo clásico de Platón señala que lo múltiple es visto pero no conocido. Algo similar ocurre con la sociedad peruana. La vemos cotidianamente y, sin embargo, no la conocemos; percibimos sus múltiples transformaciones, pero se nos escapa la comprensión del sentido de dichas mutaciones. Ante la recurrente y legalista caracterización de nuestra sociedad como «informal», en su capítulo en este libro, Danilo Martuccelli reclama fueros sociológicos para explicar que la legal informalidad es solo una de las manifestaciones de una sociedad sin formas, sin marcos que la contengan y estructuras que la vertebren. Así, la sociedad peruana sería una «desformal»; una donde la ausencia de reglas legales es solo una de muchas ausencias regulatorias. En un sentido semejante, Omar Manky se aproxima al mundo del trabajo y a las relaciones laborales para señalar que subsumirlas bajo la etiqueta de «neoliberalismo» explica poco. Más bien, el mundo del trabajo responde a complejas dinámicas engarzadas a distintos sectores sociales. Más que una sociedad del trabajo, Manky subraya las múltiples relaciones de trabajo que nuestra sociedad alberga. El viejo marco del obrero sindicalizado dejó de ser útil, pero la simplificada mirada a una sociedad «informal» también lo es. Una perspectiva similar sostiene Leda Pérez cuando nos muestra el retrato de la situación de las mujeres en el Perú contemporáneo. Ellas disfrutan de una situación mejor que las de sus madres y abuelas, aunque la brecha por cerrar sigue siendo importante y, sobre todo, compleja, pues las separaciones y exclusiones se siguen materializando de maneras diversas en distintos sectores de la sociedad.

Pocos vicios en nuestro país conjugan lo viejo con lo nuevo de una manera tan viva, endémica y casi omnipresente como la corrupción. Cualquier lector de Basadre sabe bien que nuestro país nació inficionado por la peligrosa inclinación a considerar al Estado como un botín, un virus frente al cual, con el pasar del tiempo, no hemos podido encontrar ninguna manera de inmunizarnos o protegernos. Solo basta mirar sus muchas manifestaciones y sus extensas ramificaciones en la economía, la política y la sociedad para darnos cuenta de la gravedad del problema. La corrupción es, sin duda, una bisagra nítida por la cual observamos la retroalimentación negativa de nuestras instituciones y los valores sociales. El sistema de justicia, para decirlo con Bryce, le da pena a la tristeza, y destruye sistemáticamente la confianza entre los ciudadanos. Esta ciudadanía descreída, a su vez, no puede ser la que empuje con seriedad y convicción una reforma de la justica. De paje a rey, la corrupción prospera por este círculo vicioso que ha generado una justicia sometida al poder político y al poder económico. Sin embargo, como anotan Cecilia Blondet y Samuel Rotta, las últimas décadas señalan una nueva relación entre la corrupción y el sistema de justicia, pues este último ha caído en manos ya no de los poderosos de siempre, sino bajo el yugo de camufladas organizaciones criminales. No obstante, como lo subraya bien César Guadalupe en su trabajo, mal haríamos en creer que dicha captura se hace en el vacío o sin responsabilidad de la sociedad o de la representación política. Todos nuestros expresidentes vivos tienen una relación cercana con la corrupción. Y poseemos una «cultura política», como la llama Guadalupe, en la que internalizamos y ejecutamos a manera de reflejo una serie de prácticas reñidas con un Estado de derecho democrático. La nueva corrupción, entonces, sigue apareciendo como el mitológico Jano, la deidad romana que poseía dos rostros: de un lado, un Estado de derecho que no logra implantarse; y, del otro, una sociedad que parece boicotearlo al transgredir el cumplimiento de la ley.

¿Qué cosa es una crisis que dura tres décadas? Aun cuando el concepto de crisis es uno de los menos teorizados en las ciencias sociales, no necesitamos grandes profundizaciones para reconocer que una «crisis» debe referirse a un momento preciso de particular deterioro, no a una condición que se prolonga indefinidamente por largo tiempo. Así, la idea recurrentemente mentada de «crisis de la representación» en el Perú, a estas alturas ensombrece más de lo que ilumina. Los trabajos que conforman la cuarta sección del libro examinan las nuevas formas de representación en el país y esquivan deliberadamente la reflexión sobre lo que desapareció: los partidos. A través del estudio de la provincia de Quispicanchi en el Cusco, Raúl Asensio echa luz sobre la nueva forma de hacer política en el ámbito local y rural. Observa la llegada de una nueva capa de políticos formados en el contacto con la burocracia del desarrollo –tanto de agencias estatales como de ONG– y, en términos ideológicos, de lo que el autor denomina con agudeza «el keynesianismo andino». José Luis Pérez Guadalupe, por su parte, ausculta el surgimiento de las iglesias evangélicas en tanto actor político. Aunque, como distingue bien el autor, mejor sería aludirlas como actor electoral y no político, pues ni los votantes, ni las iglesias, ni los pastores hacen política de manera cotidiana. Aun tratándose de un fenómeno nuevo y relevante, su peso está definido por los procesos electorales y no por la construcción permanente de una plataforma que represente una particular agenda evangélica. Haciendo eco de estas miradas sobre las nuevas formas representativas, Aldo Panfichi y Juan Dolores abogan por una mirada sociológica y estructural que brinde pistas sobre las transformaciones sociales peruanas y las nuevas formas de «voz» que estas engendran, superando la acotada visión representativa que suele centrarse en los partidos políticos y en las elecciones. El capítulo que cierra esta sección ubica al Perú en el vecindario regional. El análisis de la democracia peruana en perspectiva comparada que lleva a cabo John Crabtree permite observar al régimen político como una función de la relación entre la sociedad y el peso del Estado para realizar sus decisiones. La debilidad de la sociedad civil –aquí el lector oirá ecos de la sociedad desformal de Martuccelli–, a diferencia del caso boliviano y en menor medida que el ecuatoriano, ha favorecido el mantenimiento del statu quo en el Perú.

El Estado peruano debe hacer frente a antiguos y nuevos retos. A través de tres capítulos sobre políticas sectoriales, se observa la acción del Estado sobre el viejo anhelo educativo, la reciente problemática ambiental y la inquietante situación de la salud desde una perspectiva comparada con América Latina. El fresco que surge de estos paisajes posee sombras y luces. Rosario Gómez muestra bien el desencuentro entre instrumentos de gestión cada vez más progresistas y «verdes», y una realidad que la autora denomina «degradación ambiental». Claroscuros semejantes despuntan en la evaluación que hace María Balarin de los procesos de reforma educativa en las últimas tres décadas. Si bien es positivo que, a diferencia de otros sectores, el sector educación haya tenido una mayor continuidad en sus políticas, los cambios han sido muy lentos y no han priorizado las capacidades de docentes y de gestores educativos. Diego Sánchez-Ancochea y Juliana Martínez, finalmente, proponen una mirada a las políticas de salud en el Perú contrastadas con América Latina. En una conclusión con resonancias evidentes de los capítulos de María Balarin y Rosario Gómez, encontramos que la cobertura de salud ha mejorado exponencialmente en el país, pero con serias deficiencias en su implementación, pues muchos de nuestros indicadores de salud siguen siendo muy malos a pesar de que dicha expansión está llegando a un mayor número de ciudadanos. Como en tantas otras esferas de la vida social, política y económica estudiada en estos capítulos, los autores encuentran que la fragmentación del sistema de salud complota contra su mejora sostenible en el tiempo. En estas tres historias sectoriales –que muy probablemente son pertinentes para el resto de los sectores–, emerge la vieja dualidad entre el país formal y el país real que propuso Jorge Basadre.

Bruno Seminario y Germán Alarco utilizan perspectivas diferentes para observar la desigualdad en el Perú. El primero plantea un gran arco histórico que va de finales del siglo XVIII al Perú de hoy y privilegia detenerse en la desigualdad regional del país, observando la manera como el norte, el centro y el sur han contribuido a la producción nacional. Lejos de encontrar drásticos cortes, Seminario identifica ciclos recurrentes en la relación entre las regiones y el producto del país. Alarco, por su parte, centra su análisis en la desigualdad económica de las últimas décadas. Con una antena puesta en el mundo de la política y la sociedad, advierte que, sin consensos plurales, la desigualdad económica difícilmente podrá ser reducida en niveles sustantivos.

En síntesis, en estos capítulos el lector encontrará investigaciones recientes que apuntan a la comprensión de las también recientes trasformaciones del Perú. En este libro, finalmente, nos anima mucho más el descubrimiento de aquello que no habíamos reconocido aún en el país que la teorización que puede interpretarlo como conjunto abarcadoramente. Y no porque esto último sea indeseable o negativo, sino porque para lograrlo hace falta recuperar la genuina y honesta capacidad de descubrir aquello que no conocemos del Perú. Esa curiosidad inicial es la que puede desencadenar luego la gran y necesaria interpretación.

Este libro es el resultado del seminario «Retos del Desarrollo en el Perú», que tuvo lugar en Lima el 9 y 10 de julio de 2018. Su realización se dio bajo el marco del convenio de colaboración interinstitucional entre el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico y el Latin American Centre de la Universidad de Oxford. El propósito de este acuerdo es el de reconocer la fecunda trayectoria intelectual de Rosemary Thorp, una de las académicas británicas que más ha destacado en el estudio de la realidad peruana y latinoamericana, además de haber dedicado toda una vida profesional a asesorar académicamente a un considerable número de estudiantes peruanos en Oxford. A través del intercambio de profesores e investigadores entre ambas instituciones se va formando una comunidad de académicos que expande y enriquece los debates intelectuales de nuestro país, de la región latinoamericana y del mundo. Por esas razones, este libro representa un reconocimiento y un homenaje de quienes nos hemos beneficiado con las enseñanzas y el trabajo intelectual de Rosemary Thorp.

Además de nuestro agradecimiento a los autores por su generosa participación en este volumen, queremos hacer extensivo nuestro reconocimiento a Cynthia Sanborn, Diego Sánchez-Ancochea y Martín Monsalve, quienes apoyaron con sus observaciones a los editores en el afinamiento de los objetivos de nuestro seminario. También queremos agradecer a nuestros comentaristas, cuyas intervenciones en las diversas mesas de discusión contribuyeron a mejorar las versiones reunidas en este libro. En particular, nuestro especial agradecimiento a Roxana Barrantes, Arlette Beltrán, Eduardo Dargent, Paula Muñoz, María Eugenia Mujica, Gustavo Yamada y Carolina Trivelli. Gracias a María Claudia Augusto, que nos ayudó con las últimas correcciones y el ensamblaje final del libro. Finalmente, nuestro reconocimiento a María Elena Romero, directora ejecutiva del Fondo Editorial de la Universidad del Pacífico, por su dedicación y profesionalismo en la publicación de este libro.

Felipe Portocarrero S.
Alberto Vergara P.

  1. Sociedad