Notas

«Prólogo»

[*] Fragmento del artículo “Escribir en Barranquilla: panoramas heterogéneos de un escritor notable”, publicado en Aguaita, n.º 1, marzo de 2009, pp. 114-121.

[**] Crítico literario. Licenciado en Filología e Idiomas de la Universidad del Atlántico, con estudios de Maestría en Letras Iberoamericanas de la UNAM y de Doctorado en Letras Hispánicas de El Colegio de México.

«El modernismo en Barranquilla»

[*] Una primera versión de este estudio fue publicado en el Boletín Cultural y Bibliográfico del Banco de la República, vol. 30, n.º 33, Bogotá, 1993.

[1] Revollo, Pedro María. “Reminiscencia”, en Revista Mejoras, vol. 3, n.º 28, Barranquilla, septiembre de 1935, pág. 92.

[2] Revollo, Pedro María, op. cit., pág. 29.

[3] Rigoletto, Barranquilla, 11 de septiembre, 1902.

[4] Copia de la carta con fecha 21 de octubre de 1893 procedente de Buenos Aires (Archivo de Carlos Pardey).

[5] Valverde, José María. Historia de la literatura latinoamericana, México: Difusión Editorial, 1974, pág. 148.

[6] Gómez Olaciregui, Aureliano. Prensa y periodismo en Barranquilla. Siglo XIX, Barranquilla: Imp. Departamental, 1967, pág. 158.

[7] Gómez Olaciregui, Aureliano, op. cit., pág. 159.

[8] Goenaga, Miguel. Lecturas locales: Crónicas de la vieja Barranquilla, Barranquilla: Imp. Departamental, 1953.

[9] Henríquez Ureña, Max. Breve historia del modernismo, 2a. ed., México: F.C.E., 1962, pág. 153.

[10] Fuenmayor, Alfonso. “Un caso de evaporación”, en Intermedio, Diario del Caribe, Barranquilla, 15 de marzo de 1987.

[11] Blanco, Julio Enrique. “Un notable barranquillero olvidado: Abraham Zacarías López-Penha”, en El Heraldo, Barranquilla, 25 de abril de 1964, pág. 8.

[12] Ibid.

[13] Palacio, Julio H. Historia de mi vida, Bogotá: Congreso de la República, 1990.

[14] Carta de Rubén Darío a A. Z. López-Penha. Octubre, 1893 (Archivo de Carlos Pardey).

[15] Silva, José Asunción. Obra completa, Medellín: Bedout, 1970, pág. 366.

[16] Gómez Olaciregui, Aureliano. Prensa y periodismo en Barranquilla. Siglo XX, Barranquilla: Ediciones Lallemand-Abramuck, 1979, pág. 12.

[17] Blanco, op. cit., pág. 8.

[18] Blanco, op. cit., pág. 8.

[19] Tomado del archivo de Carlos Pardey.

[20] Entrevista con Germán Vargas, Barranquilla, diciembre, 1986.

[21] López, Luis C.; López-Penha, A. Z. y Cervera, Manuel. Varios a varios, Madrid: Pueyo, 1910.

[22] Thein, Max. “Otra novela nacional”, en: Repertorio colombiano, XVIII, n.º 5 (septiembre, 1898), págs. 334-342.

[23] Blanco, op. cit., pág. 8.

[24] Blanco, op. cit., pág. 8.

[25] López-Penha, Abraham Zacarías, en Caminos, n.º 4 (15 de marzo, 1922).

[26] López-Penha, A. Z. La desposada de una sombra, París: Librería de la viuda de Bouret, 1903, pág. 138.

[27] Gómez Olaciregui, A., op. cit.

[28] Fuentes, Carlos. “Aura: Cómo escribí algunos de mis libros”, en Quimera, núms. 21-22 (julio-agosto, 1982), pág. 58.

[29] Carlyle, T., Emerson, R.W. De los héroes, hombres representativos, 5a ed., México: W.M. Jackson, 1973, pág. 281.

[30] Entralgo, Elías. Fray Candil, La Habana: Letras Cubanas, 1989.

[31] Carta de Emilio Bobadilla a Luis Carlos López. Biarritz, 15 de abril de 1920 (Archivo de Germán Vargas).

[32] Palacio, Julio H., op. cit.

[33] “Cumbia literaria”, en Muecas, pág. 57. Citado por Zuleta, Ignacio. La polémica modernista (1898-1907), Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1988, pág. 196.

[34] Henríquez Ureña, M., op. cit.

[35] Palacio, Julio H., op. cit.

[36] López, Luis C. Por el atajo. Cartagena: J. V. Mogollón, 1920, pág. 4.

[37] Bobadilla, Emilio. A fuego lento, Barcelona: Imp. de Henrick, 1903.

[38] Bobadilla, E. op. cit., pág. 8.

[39] Ibid.

[40] Ibid.

[41] Bobadilla, E. op. cit.

[42] Citado por Zuleta, op. cit., pág. 13.

[43] Gómez Olaciregui, A., op. cit., pág. 13.

[44] Barba Jacob, Porfirio. Poemas. Recopilación y notas de Fernando Vallejo, Bogotá: Procultura, 1985, pág. 33.

[45] Ibid.

[46] Barba Jacob, P. Ibid.

[47] Ibid., pág. 41.

[48] Conversación con Alfonso Fuenmayor, marzo de 1992.

[49] Gómez Olaciregui, A., op. cit., pág. 59.

[50] Barba Jacob, P., op. cit., pág. 59.

[51] Niebles, Eleucilio. “Miguel Rasch Isla, el caballero del soneto”, en Huellas, Revista de la Universidad del Norte, n.º 13, dic., 1984, págs. 29-36.

[52] Ortega F., José J. Historia de la literatura colombiana, 2a ed., Bogotá: Ed. Cromos, 1985, pág. 903.

[53] “Thomas Walch traduce a Rasch Isla”, en Mundo al Día, Bogotá, 1.º de julio de 1924.

[54] Navarro escribió El parlamento en piyama, un clásico de nuestra crónica política. Por su parte, el poeta Guillermo Payán Archer, en su artículo Marlene Dietrich en piyama, nos lo describe “cargado de vientre, miope de nacimiento, con las rodillas arqueadas como un paréntesis, con la piel picada de viruela y hasta medio gago”, pero aún así —prosigue el articulista—, “en una fiesta muy entre nous, como entonces se llamaban las encerronas, Navarro conoció a la Dietrich y las cosas se pusieron como para comprar palco” (El Tiempo, fotocopia, s.f.).

[55] Miguel Rasch Isla, “Edén de los edenes”, en La manzana del Edén (s.f.).

[56] Jaramillo Agudelo, Darío. Sentimentario, Bogotá: Oveja Negra,1986, pág. iv.

[57] María, Carlos J. “El erotismo de un barranquillero”, en Diario del Caribe, Barranquilla, 6 de octubre de 1988.

[58] Restrepo Maya, Bernardo. “Prólogo”, en Leopoldo de la Rosa, Poemas, Barranquilla: Biblioteca de Autores Costeños, 1945.

[59] Revollo, Pedro María. “Perdigonadas”, en El Estandarte, Barranquilla, 22 de octubre de 1902.

[60] Madrid Malo, Néstor. “El espiritualismo poético de Leopoldo de la Rosa”, en Café Literario, n.º 11, Bogotá, septiembre-octubre de 1979.

[61] Vallejo, Fernando. Barba Jacob, el mensajero. México: Séptimo Círculo, 1984, pág. 47.

[62] Santa Cruz, Mauricio. “Anécdotas de Leopoldo de la Rosa”, en La Prensa, Barranquilla (fotocopia s.f.).

[63] Ibid.

[64] Ortega, José J., op. cit., pág. 831.

[65] Vargas, Germán. “La poesía en la Costa Atlántica”, en Olas, n.º 7. Corporación Cultural de Barranquilla, abril-junio de 1986.

[66] Castillo, Ariel. “Presencia de la literatura del departamento del Atlántico en el panorama nacional”, en Huellas, Revista de la Universidad del Norte, n.º 25, Barranquilla, abril de 1989.

«El mundo de Cosme»

[*] Una primera versión de este estudio fue publicada con el título “La narrativa en el Atlántico, 1920-1940: El mundo de Cosme”, en Huellas, Revista de la Universidad del Norte, n.º 30, Barranquilla, diciembre, 1990, y n.º 31, Barranquilla, abril, 1991.

[1] Hollopeter, Samuel. “Barranquilla dentro de 10 años”, en Mejoras, n.º 8, Barranquilla, noviembre de 1936.

[2] Fuenmayor, Alfonso. Crónicas sobre el Grupo de Barranquilla, Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, 1981, pág. 17.

[3] Fuenmayor, A., Ibid.

[4] “Voces1917-1920. Selección de textos, Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, 1977, pág. 418.

[5] Vinyes, Ramón. “Voces: Selección de textos 1, Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, 1982, pág. 151.

[6] Colpas, Jaime. “La muerte de Pedro Pastor Consuegra”, en Diario del Caribe, Barranquilla, 30 de octubre de 1987, pág. 11A.

[7] Entrevista con Germán Vargas, Barranquilla, diciembre de 1989.

[8] Maya, Rafael. Obra Crítica. Tomo II, Bogotá: Banco de la República, 1982.

[9] Voces, op. cit., pág. 418.

[10] Fuenmayor, Alfonso. “Hablando de Vargas Vila”, en Diario del Caribe, Barranquilla, 31 de mayo de 1981.

[11] Vinyes, op. cit., pág. 124.

[12] Martínez Mutis, Aurelio. “Saludo a Barranquilla”, en Mejoras, n.º 14, año III, Barranquilla, abril de 1937.

[13] Abello Roca, Antonio. “Las narices en el Cónclave”, en Diario del Caribe, Barranquilla, 19 de marzo de 1989.

[14] Abello Roca, Antonio, op. cit.

[15] Colpas, Jaime. “Época Diario del Comercio”, en Diario del Caribe, Barranquilla, 6 de octubre de 1987.

[16] Civilización, Barranquilla, febrero de 1926.

[17] Arguedas, Alcides. La danza de las sombras, Barcelona, 1934, pág. 21.

[18] Ibid.

[19] Civilización, op. cit.

[20] Vinyes, op. cit.

[21] De la Espriella, Alfredo. “Imagen del teatro en Barranquilla”, en Café Literario. n.º 11, septiembre-octubre, 1979.

[22] Ibid.

[23] Sarasúa, Jacinto. Recuerdos de Barranquilla. Barranquilla: El Cid, 1988, pág. 30.

[24] Solano, Sergio Paolo. “Entre lo histórico y lo anecdótico”, en Revista Dominical de El Heraldo, 1980.

[25] Vía Libre: Semanario de Sociología y Combate, Barranquilla, 4 de octubre de 1925.

[26] Gallustio de Montoya, Eva. “Elementos para la teoría teatral libertaria. Argentina, 1900”, en Latin-America Theatre Review. 21/1, 1981.

[27] Gómez, Alfredo. Anarquismo y anarco sindicalismo en América Latina. París: Ed. Ruedo Ibérico, 1989, pág. 61.

[28] Sánchez, Servio Tulio. Tomado de Vía Libre, Barranquilla (10 de octubre de 1925).

[29] De la Espriella, Alfredo. El cine, el teatro y el público de aquella Barranquilla, en El Heraldo, Barranquilla (s.f.).

[30] Ibid.

[31] Fuenmayor, José Félix. “En los tiempos del cine mudo”, en Revista Cine Club (junio, 1959).

[32] Ibid.

[33] Fuenmayor, Alfonso. Cosme (Prólogo), Bogotá: Valencia, 1979.

[34] Rama, Ángel. La novela latinoamericana, Bogotá: Procultura, 1982.

[35] Ayala Poveda, Fernando. Manual de literatura colombiana. Bogotá: Educar, 1984, pág. 302.

[36] Fuenmayor, Alfonso (Prólogo). Cosme, op. cit.

[37] Rama, Ángel. Revista Escritura, vol. II, núms. 13-14, enero-diciembre, 1982.

[38] Ayala Poveda, Fernando, op. cit., pág. 302.

[39] Barba Jacob, Porfirio. “Una página crítica”, en Intermedio de Diario del Caribe, Barranquilla, n.º 558, 7 de abril, 1985.

[40] Barba Jacob, Porfirio, op. cit.

[41] Sánchez Santamaría, Rafael. Cosme, Bogotá: Cromos, 1927.

[42] Neira, Perícleo. “Carta de Ponedera”, en Diario del Comercio, Barranquilla, 25 de septiembre, 1927.

[43] Vinyes, op. cit.

[44] Fuenmayor, Alfonso (Prólogo). Cosme, op. cit.

[45] Altamar, Antonio Curcio. Evolución de la novela en Colombia. Bogotá: Colcultura, 1975.

[46] Ibid.

[47] Núñez Madachi, Julio. “Longevidad y muerte en la narrativa de José Félix Fuenmayor”, en Huellas, Revista de la Universidad del Norte, n.º 14, Barranquilla, abril, 1985.

[48] Núñez Madachi, J., Ibid.

[49] Bell Lemus, Gustavo. “Cosme o una introducción al siglo XX de Barranquilla”, en Huellas, Revista de la Universidad del Norte, n.º 4, septiembre, 1981, pág. 30.

[50] Bell Lemus, G., Ibid.

[51] Núñez Madachi, Julio (comp.), Correspondencia filosófica: Julio E. Blanco-Luis López Mesa. Barranquilla: Ediciones Uninorte, 1987.

[52] Fuenmayor, José Félix. Una triste aventura de catorce sabios. Barranquilla: Mundial, 1928.

[53] Véase Williams, Raymond L. Novela y poder en Colombia, Bogotá: Tercer Mundo, pág. 161. Este autor menciona también la (inconseguible) novela Los asteroides (1927), de Ramón Martínez Zaldúa.

[54] Vinyes, R. Selección de textos 2, op. cit.

[55] Lizarazo, J. A., Barranquilla 2132, Barranquilla: Tipografía Delgado, 1932.

[56] Roca Lemus, Juan. “La casa de vecindad”, en La Prensa, Barranquilla, 19 de marzo, 1931.

[57] Osorio Lizarazo, J.A. Novelas y crónicas, Bogotá: Colcultura, 1978 (Biblioteca Básica Colombiana).

[58] Curbelo, César Augusto. Isier o los confines del cosmos, Barranquilla, 1987.

[59] Henríquez, Rafael de J. Los dioses descienden al amanecer, Bogotá: Plaza & Janés, 1990.

[60] García Herreros, V. M. Lejos del mar, Bogotá: Fundación Simón y Lola Guberek, 1985.

«Presencia de Voces»

[*] Artículo publicado en Huellas, Revista de la Universidad del Norte, n.º 36, Barranquilla, diciembre, 1992, con el título Presencia de Voces en la narrativa del Atlántico. Posteriormente, la Universidad del Norte financió el proyecto de rescate de Voces y se publicó, bajo la dirección de Ramón Illán Bacca, Voces 1917-1920 (Edición íntegra), Barranquilla: Ediciones Uninorte, 2003, que recopila en tres tomos los 60 números que circularon de esta revista (Nota de la E.).

[1] Rogmann, Horst. “Los costeños padecen imperialismo cultural centralista”, en Diario del Caribe, Barranquilla (21 de abril, 1985).

[2] El profesor Rogmann demostró el manejo de su sentido agudo e irónico en sus Anotaciones sobre la erudición de Lezama Lima, ponencia presentada en un coloquio internacional en la Universidad de Poitiers, en mayo de 1982.

[3] Rogmann, op. cit.

[4] De Ponce, Enrique. “La eterna quimera”, en El Siglo, Barranquilla, 18 de mayo, 1904.

[5] Editorial, Rigoletto, Barranquilla (septiembre, 1902).

[6] “Perdigonadas”, en El Estandarte, Barranquilla, 22 de octubre, 1902.

[7] Jitrik, Noé. El 80 y su mundo, Buenos Aires: Jorge Álvarez (Ed.), 1968.

[8] Editorial “El imperio de los charlatanes”, en Diario del Caribe, Barranquilla (4 de julio, 1986).

[9] “El rincón de Casandra”, en El Heraldo, Barranquilla (12 de abril, 1984).

[10] Fuenmayor, José Félix. “Recuerdos de mi vida literaria barranquillera”, citado por Gómez Olaciregui, Aureliano. Prensa y periodismo en Barranquilla, Barranquilla: Lallemand Abramuck, 1979.

[11] Ibid.

[12] Nichols, Theodore E. Tres puertos de Colombia, Bogotá: Banco Popular, 1973.

[13] Posada Carbó, Eduardo. Una invitación a la historia de Barranquilla, Bogotá: Fondo Editorial Cerec, 1987.

[14] Posada, Eduardo. “Ñeros y liderazgo”, en Diario del Caribe, Barranquilla, 15 de marzo, 1989.

[15] Blanco, Julio E. “Un notable barranquillero olvidado: Abraham López- Penha”, en El Heraldo, Barranquilla, 25 de abril, 1964.

[16] “Un médico colombiano sostenía correspondencia con Sigmund Freud”, en El Tiempo, Bogotá, 2 de noviembre, 1991.

[17] Rama, Ángel. La novela latinoamericana, 1920-1980, Bogotá: Procultura, 1982.

[18] Es excelente esta selección de textos realizada por Germán Vargas. “Germán Vargas es tan sabio como Goethe”, dijo alguna vez, lleno de entusiasmo, Próspero Morales Pradilla.

[19] Medina, Álvaro. “Don Ramón, el maestro catalán de Cien años de soledad, en Pluma n.º 31, noviembre, 1975.

[20] Gilard, Jacques. “Voces (1917-1920), un proyecto para Colombia”, en Huellas, Revista de la Universidad del Norte, n.º 31, Barranquilla, abril, 1991.

[21] Vinyes, Ramón. “Aún George Sand”, en Voces, n.º 7.

[22] Vinyes, Ramón. “Pretextos IV”, en Voces, n.º 48.

[23] Vinyes, Ramón, en Voces, n.º 52.

[24] Castro Leal, Antonio. “Los autores que no leemos ya: Chesterton”, en México Moderno, año 1, n.º 1, México, agosto, 1920.

[25] Gilard, Jacques. Selección de textos 1. Ramón Vinyes, Bogotá: Colcultura.

[26] Crespo, Jorge Juan. “Repertorio”, en México Moderno, año II, n.º 4.

[27] Voces, n.º 39, octubre, 1918.

[28] Voces, n.º 17, febrero, 1918.

[29] Volkening, Ernesto. “Voces y silencio del Trópico”, en Eco, n.º 190, Bogotá, agosto, 1977.

[30] Voces, n.º 15, diciembre, 1917.

[31] Ibid.

[32] “La filosofía en Colombia: bibliografía del siglo XX”, en Cuadernos de filosofía latinoamericana, núms. 22 y 23, enero-junio 1985.

[33] “Todos esos pelados hablaban como Cioran y no habían leído ni a Gonzalo Arango. Bueno, ellos sí leían… a Vargas Vila, a Nietzsche”. Víctor Gaviria. “El mundo del no futuro”, en El Tiempo, Bogotá, 13 de mayo, 1990.

[34] Voces, n.º 29, julio, 1918.

[35] Ibid.

[36] Entrevista personal con el profesor de idiomas Alberto Assa, octubre de 1987, Barranquilla.

[37] Núñez Madachi, Julio. “Julio Enrique Blanco: Una dimensión metafísica de la inteligencia”, en Huellas, n.º 14, Barranquilla, Universidad del Norte, abril, 1985.

[38] Ibid.

[39] Blanco, Julio Enrique. “Influencias de Nordau sobre López-Penha”. (Inédito, archivo de Julio Núñez Madachi.).

[40] Voces, n.º 13, diciembre, 1917.

[41] Voces, n.º 39, octubre, 1918.

[42] Núñez Madachi, op. cit.

[43] Carrillo, Rafael. Escritos filosóficos, Bogotá: Biblioteca Colombiana de Filosofía, 1986.

[44] Voces, n.º 21, abril, 1918.

[45] Núñez Madachi, op. cit.

[46] Vargas, Germán. Voces: Selección de textos, Bogotá: Colcultura, 1977, pág. 196.

[47] Vargas, G., Ibid.

[48] Ibid, pág. 205.

[49] Núñez Madachi, Julio. Julio Enrique Blanco, Luis López de Meza: Correspondencia filosófica, Barranquilla: Ediciones Uninorte, 1987.

[50] Ibid.

[51] García, Juan Agustín. “Nuestra incultura”, en Pensamiento positivista latinoamericano, Tomo II, Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1980.

[52] García Canclini, Héctor. “Cruces, arraigos y deslindes”, en Magazín Dominical de El Espectador, n.º 447, 17 de noviembre, 1991.

[53] Vargas, Germán, op. cit., pág. 12.

[54] Ibid.

[55] Vargas, G., Ibid.

[56] Voces, n.º 11, noviembre, 1917.

[57] En el artículo “Una librería que hizo escuela”, publicado en El Tiempo, 30 agosto, 1987, Javier Auqué Lara sostiene que el incendio se debió a unos fumadores descuidados. Mientras que Pierre Bousquet afirma que fue a causa de unos petardos lanzados de una manifestación política.

[58] Volkening, Ernesto. op. cit., pág. 388.

[59] Volkening, E., Ibid., pág. 388.

[60] Voces, n.º 59, abril, 1920.

«Las revistas literarias en Barranquilla»

[*] Con minúscula inicial, de acuerdo con la grafía de su editor Henry Stein.

[1] Blanco, Julio Enrique. “Hacia una Barranquilla alejandrina” (1943), en: El Heraldo, Barranquilla, 8 de abril de 1990.

[2] Posada Carbó, Eduardo. “Progreso y estancamiento, 1850-1950”, en: Historia económica y social del Caribe colombiano, Barranquilla: Ediciones Uninorte, 1994.

[3] Posada Carbó, E., Ibid.

[4] Ibid.

[5] Blanco, op. cit.

[6] Ideas, n.º 10, noviembre, 1920.

[7] Ideas, n.º 1, abril, 1920.

[8] Ideas, n.º 11, noviembre, 1920.

[9] Ibid.

[10] Conversación con Alfredo Gómez Zurek (1994). Se añade a los datos que en 1945 Ninfa Emiliani dirigió La Nueva Era, una publicación similar a Lumen.

[11] Lumen, n.º 9, septiembre, 1920.

[12] Lumen, n.º 12, diciembre, 1920.

[13] Lumen, n.º 12, Ibid.

[14] Ibid.

[15] Lumen, n.º 12, Ibid.

[16] Caminos n.º 1, febrero, 1922.

[17] Caminos n.º 2, 15 de febrero, 1922.

[18] Caminos, n.º 4, 15 de marzo, 1922.

[19] Caminos, n.º 5, 1 de abril, 1922.

[20] Caminos, n.º 1, 1 de febrero, 1922.

[21] Caminos, n.º 5, 1 de abril, 1922.

[22] Caminos, n.º 4, 15 de marzo, 1922.

[23] Caminos, n.º, 1 de abril, 1922.

[24] Caminos n.º 4, 15 de marzo, 1922.

[25] Caminos, n.º 3, 1o de marzo, 1922.

[26] Ibid.

[27] “Almanaque de los hechos colombianos”. Anuario colombiano ilustrado, 1921-1922, vol. IV.

[28] Ibid.

[29] Anuario colombiano ilustrado, Ibid.

[30] Diario del Comercio, 20 de diciembre, 1922.

[31] Ibid.

[32] Conversación personal con Germán Vargas, diciembre 1989.

[33] Diario del Comercio, 23 de julio de 1926. (Juan Cristóbal Martínez, autor de Margarita Ramírez (novela) y 15 minutos de intermedio (notas); dueño de El Deber, periódico conservador, y representante a la Cámara).

[34] La Prensa, 19 de marzo de 1931.

[35] La Prensa, 5 de enero de 1933.

[36] La Prensa, 18 de mayo de 1932.

[37] Mejoras n.º 65, enero de 1942.

[38] Mejoras n.º 69, mayo de 1942.

[39] Mejoras n.º 72, agosto de 1942.

[40] Ibid.

[41] Mejoras n.º 70, junio de 1942.

[42] Mejoras n.º 70, Ibid.

[43] Mejoras n.º 72, agosto de 1942.

[44] Vinyes, Ramón. “La novela inglesa novísima”, en Revista del Museo del Atlántico, n.º 2, diciembre, 1942.

[45] Vinyes, R., Ibid.

[46] Ibid.

[47] Conversación personal con Germán Vargas, diciembre, 1989.

[48] Vinyes, Ramón. “Erasmo y Lutero”, en Revista del Museo del Atlántico, núms. 4-5, diciembre, 1944. Ver también: Zweig, Stefan. Una conciencia contra la tiranía: Castellio contra Calvino. Santiago de Chile: Ed. Ercilla, 1937.

[49] Ibid.

[50] Gilard, Jacques. Ramón Vinyes. Selección de textos 2, Bogotá: Colcultura, 1982, págs. 211 a 362.

[51] Gilard, Jacques. Ramón Vinyes. Selección de textos 1, “Prólogo”, pág. 98.

[52] Barros Cantillo, Nelson. “Julio Enrique Blanco”, en Pluma de Belcebú. Selecciones. Barranquilla, 1996.

[53] Gilard, Jacques, op. cit, pág. 98.

[54] Gilard, Jacques. Ramón Vinyes. Selección de textos 2, op. cit.

[55] Gilard, Jacques, Ibid., pág. 36. (El primer libro prestado a Alfonso Fuenmayor fue Rimbaud el vidente).

[56] Gilard, Jacques. Ramón Vinyes…, op. cit.

[57] García Márquez, Gabriel. “El bebedor de Coca Cola”, en Revista Dominical de El Heraldo, mayo 9 de 1982.

[58] Vargas, Germán. Sobre literatura colombiana. Bogotá: Fundación Simón y Lola Guberek, 1985.

[59] García Márquez, Gabriel. Cien años de soledad. Buenos Aires: Ed. Suramericana, 1967.

[60] Fuenmayor, Alfonso. Crónicas sobre el grupo de Barranquilla. Bogotá: Colcultura, 1978.

[61] Ibid., pág. 31.

[62] Fuenmayor, Alfonso. “García Márquez y Barranquilla”, en Huellas, Revista de la Universidad del Norte, n.º 16, junio, 1986, pág. 59.

[63] Como su compatriota D´Alembert, Gilard decidió Tout voir et ne rien supposer. (Ver y no adivinar nada).

[64] A Gilard se debe el rescate y el impulso de las obras periodísticas de García Márquez, Cepeda Samudio y Ramón Vinyes.

[65] Fuenmayor, Alfonso. “Aire del día”, en El Heraldo, 9 de julio de 1948.

[66] García Márquez, Gabriel. Textos costeños, Barcelona: Bruguera, 1981.

[67] Gilard, Jacques. “El Grupo de Barranquilla”, en Revista Iberoamericana separata, núms. 128-129, Madrid, 1984.

[68] Vargas Germán, op. cit., pág. 162.

[69] Gilard, Jacques. “Historia de Crónica”, en Gaceta, vol. IV, n.º 35, Bogotá, 1981.

[70] Entrevista con Alfonso Fuenmayor, 8 de abril de 1993.

[71] Gilard, Jacques, op. cit.

[72] Crónica n.º 5, 27 de marzo de 1950.

[73] Entrevista con Alfonso Fuenmayor, 8 de abril de 1993.

[74] “Cartas de don Ramón Vinyes”, en: Crónica, 28 de agosto de 1950.

[75] Ibid.

[76] Roca, Julio. “El clan de Barranquilla”, en: Lecturas Dominicales de El Tiempo (fotocopia, s.f.).

[77] Entrevista con Alfonso Fuenmayor, 8 de abril de 1993.

[78] Revista del Atlántico, n.º 2, marzo, 1959. pág, 133.

[79] Revista del Atlántico, n.º 1, diciembre, 1958. pág. 58.

[80] Revista del Atlántico, n.º 3, agosto, 1959. pág. 85.

[81] Revista del Atlántico, n.º 1, diciembre, 1958. pág. 119.

[82] Revista del Atlántico, n.º 2 mar., 1959. pág. 164.

[83] Stvdia, núms. 3, 4 y 5, enero a junio, 1956. 1-2, octubre de 1955, vol. I, a los núms. 26-27, vol. IX, 1970.

[84] Studia, núms. 18 y 19, marzo a mayo de 1966. 1-2, pág. 163.

[85] Studia, núms. 13 y 14, mayo a diciembre, 1957. 1-2, pág. 103 y ss.

[86] Stvdia, núms. 13 y 14, op. cit.

[87] “Propósito”, Olas, n 1, octubre-noviembre, 1984. El director Carlos Flores Sierra publicó La crisis (novela, 1980) y Malandaria (cuentos, 1990).

[88] Olaciregui, Julio. “Escribir es como levantar pesas”, Olas, n.º 1, pág. 10.

[89] Collazos, Óscar. “El oficio de escritor”, Olas, n.º 4, marzo, 1985, pág. 7.

[90] Rojas, José Luis. “Al escritor no lo mata nadie: Roberto Burgos Cantor”, Olas, n.º 7, abril-junio, 1986, pág. 9.

[91] Iriarte, Miguel y Rojas, José Luis. “No creo en los géneros literarios: R. H. Moreno-Durán”, Olas, n.º 8, enero-marzo, 1987, pág. 43.

[92] Rojas, José Luis. “Formación musical de Francisco Zumaqué”, Olas, n.º 5, octubre-diciembre, 1985, pág. 9.

[93] Llanos, José Ramón. “Primero proyéctenla, después se las cuento”, Olas, n.º 5, octubre-diciembre, 1985, pág. 6.

[94] Rojas, José Luis. “El cine solo existe cuando se exhibe”, Olas, n.º 7, abril-junio, 1986, pág. 17.

[95] Iriarte, Miguel. “Borges, un especulador, un jugador”, Olas, n.º 7, abril-junio, 1986, pág. 43.

[96] Núñez Madachi, Julio. “J. E. Blanco y L. López de Mesa: fundadores de una filosofía colombiana”, Olas, n.º 1, octubre-noviembre, 1984. pág. 15.

[97] González, Adolfo. “Una relación curiosa entre la música clásica y afrocubana en la vereda tropical”, Olas, n.º 4, marzo, 1985, pág. 22.

[98] “Del escritorio del director”, Olas, n.º 6, enero-marzo, 1986, pág. 5.

[99] “Del escritorio del director”, Olas, n.º 8, enero-marzo, 1987, pág. 7.

[100] Flores, Pamela. “Historias de la historia”, Olas, n.º 3, enero-febrero, 1985, pág. 49.

[101] María, Carlos J. “La realidad mutilada”, Olas, n.º 3, enero-febrero, 1985, pág. 50.

[102] Gómez Cásseres, Raymundo. “El lugar difícil”, Olas, n.º 6, enero-marzo, 1986, pág. 49.

[103] Bacca, Ramón Illán. “Desde la platea”, Olas, n.º 2, diciembre, 1984, pág. 62.

[104] “Del escritorio del director”, Olas, n.º 8, enero-marzo, 1987.

[105] Huellas, n.º 1, agosto, 1980.

[106] Huellas, n.º 17, agosto, 1986.

[107] Blanco, Julio E. “En torno a Borges, Nietzsche y el eterno retorno”, Huellas, n.º 16, abril, 1986.

[108] Ibid.

[109] Blanco, Julio E. “Arte y técnica de la traducción”, Huellas, n.º 19, abril, 1987.

[110] Huellas, n.º 12, agosto, 1984.

[111] Entre otros artículos dedicados al filósofo, destacamos: Ferro B., Jesús. “Julio E. Blanco: La muerte de un filósofo”, Huellas, n.º 17, agosto, 1986. Núñez Madachi, Julio. “Julio Enrique Blanco o la dimensión metafísica de la inteligencia”, Huellas, n.º 14, abril, 1985.

Núñez Madachi, Julio. “Dimensión espacial y temporal originaria en la vida de Julio Enrique Blanco”, Huellas, n.º 28, abril, 1990.

[112] Barros, Nelson. “Yo disiento”, en Diario del Caribe, mayo 20/90, pág. 4B.

[113] Rodríguez, Alfonso.“Julio Enrique Blanco, crítico literario”, Huellas, n.º 32, agosto, 1991.

[114] Castillo, Ariel. “Presencia de la literatura del departamento del Atlántico en el panorama nacional”, Huellas, n.º 25, abril, 1989.

[115] Jaramillo, María Mercedes. “Meira Delmar y la poética del amor”, Huellas, n.º 37, abril, 1993.

[116] Ángel, Miguel Arnulfo. “En diciembre llegaban las brisas, una novela de ciudad de Marvel Moreno”, Huellas, n.º 43, abril, 1995.

[117] Tittler, Jonathan. “Todos estábamos a la espera de Álvaro Cepeda Samudio: Origen de la literatura neocolombiana”, Huellas, n.º 40, abril, 1994.

[118] Montale, Eugenio. “Mediterráneo” (trad. Hans Federico Neuman), Huellas, n.º 18, diciembre, 1986.

«Aproximaciones a la literatura del carnaval»

[1] Eco, U., Ivamos, V., Rector, M., ¡Carnaval! México: FCE, 1989, pág. 9.

[2] Abello, Margarita; Buelvas, Mirta y Caballero Villa, Antonio. “Tres culturas en el Carnaval de Barranquilla”, Huellas, n.º 5, 1982.

Friedeman, Nina. “El carnaval rural en el río Magdalena”, El Heraldo, 15 de febrero de 1995, págs. 4 y ss.

[3] Fuenmayor, José Félix. “Así era el carnaval”, El Heraldo, 19 de febrero de 1995, págs. 4 y ss.

[4] Vinyes, Ramón. “Carnaval”, El Heraldo, 19 de febrero de 1995, pág. 2.

[5] Vargas, Germán. “Carnaval barranquillero”, Semana, n.º 434, Bogotá, 1955, págs. 19 y 55. En conversaciones posteriores se ampliaron las circunstancias del incidente.

[6] En el diario barranquillero La Prensa, entre 1936 y 1946, no se reporta el hecho. El Heraldo, entre 1950 y 1955, da cuenta de una serie de encapuchadas muertas, pero en forma distinta a la relatada. Entrevistas a Miriam Flores, Alfredo Gómez Zurek, Perfecto Manjarrés y Álvaro Ruiz Hernández corroboran la historia de la radionovela.

[7] Duque López, Alberto. El pez en el espejo. Bogotá: Planeta, 1984.

[8] El Heraldo, junio 17, 18 y 19 de 1987.

[9] “La sangre de los olvidos”, El Espectador, 5 de abril de 1992, sección C.

[10] Conversaciones con Germán Vargas, diciembre, 1989.

[11] Castillo Mier, Ariel. “Literatura y carnaval en Barranquilla”, El Heraldo, 26 de febrero de 1995, pág. 6.

[12] Pachón Padilla, Eduardo. Antología del cuento colombiano. Bogotá: ABC, 1959, págs. 325 y ss.

[13] Ibid., págs. 345 y ss.

[14] Madrid Malo, Néstor. “Domingo de carnaval”, El Heraldo, 26 de febrero de 1995.

[15] Moreno, Marvel. Algo tan feo en la vida de una señora bien. Bogotá: Ed. Pluma, 1980.

[16] Castillo Mier, Ariel. “Literatura y carnaval en Barranquilla”, El Heraldo, 8 de marzo de 1995, pág. 12.

[17] Fuenmayor, José Félix. Con el doctor afuera. Bogotá: Biblioteca Colombiana de Cultura Popular, 1973.

[18] Moreno, Marvel, op. cit.

[19] Henríquez, Guillermo. Sin brujas ni espantos. Ciénaga: Caballito de Mar, 1996, págs. 111 y ss.

[20] González Henríquez, Adolfo. “La más antigua descripción del carnaval barranquillero”, Intermedio, Diario del Caribe, 17 de enero de 1988.

[21] Cané, Miguel. Notas de viaje sobre Venezuela y Colombia. Bogotá: Biblioteca V Centenario, 1992, págs. 65-67.

[22] Rothlisberger, Ernst. El Dorado, Bogotá: Biblioteca V Centenario Colcultura, 1993, pág. 39.

[23] Servert , Juan. Fraulein Emma, Madrid: Tip. de la viuda e hijos de Tello, 1906.

[24] Sundheim, Adolfo. Fruta tropical, Madrid, 1921 (s.e.).

[25] Mendoza, Plinio Apuleyo. El desertor, Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, 1979.

[26] Manrique Ardila, Jaime. El cadáver de papá, Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, 1978.

[27] Manrique Ardila, Jaime. Oro colombiano, México: Visión, 1985.

[28] Archbold, Wilderson. La epopeya terrenal de Claudia Pantera, la amante de Dios, Barranquilla, 1994. (Edición de prueba).

[29] Olaciregui, Julio. Los domingos de Charito. Bogotá: Planeta, 1986.

[30] Marvel, Moreno. En diciembre llegaban las brisas, Barcelona: Plaza & Janés, 1987.

[31] Hilarión, Alfonso. La Guacherna, Bogotá: Antropos, 1996.

[32] Ferro, Roberto. La ciudad y sus demonios, Barranquilla: Artes Gráficas e Industriales, 2000.

[33] Bacca, Ramón Illán. Disfrázate como quieras. Bogotá: Seix Barral, 2002.

[34] Sierra, Lya. Esa gordita sí baila. Montería: El viajero rojo, 2004.

«El nadaísmo en Barranquilla»

[*] Artículo publicado en Intermedio de Diario del Caribe, n.º 699, Barranquilla, 24 de julio, 1988.

«Frente al estante alemán»

[*] Artículo publicado en Intermedio de Diario del Caribe, n.º 665, Barranquilla, 22 de noviembre, 1987.

«Qué se lee en Barranquilla (I) 1987»

[*] Artículo publicado en Intermedio de Diario del Caribe, Barranquilla, (fotocopia conservada, s.f.).

«Qué se lee en Barranquilla (II) 1997»

[*] Artículo publicado en Última Página, n.º 55, Barranquilla, 2.ª quincena, julio, 1997.

«Barranquilla y su grupo. Entrevista con Alfonso Fuenmayor»

[*] Artículo publicado en el Magazín Dominical de El Espectador, n.º 526, Bogotá, 23 de mayo, 1993.

«Don Germán, el Patriarca (1917­-1991)»

[*] Artículo publicado en Huellas, Revista de la Universidad del Norte, n.º 32, Barranquilla, agosto, 1991.

«Cuando se llamaba Marvel Luz (1939­-1995)»

[*] Artículo publicado en Caravelle, n.º 66, Université de Toulouse - Le Mirail, 1996.

«Nuestra Lost Generation»

[*] Artículo publicado en Víacuarenta, n.º 1, Barranquilla, 1997.

«El cuento entre nosotros»

[*] Este texto fue escrito en 2005.

«Meira Delmar (1922-2009)»

[*] Artículo publicado en Luna Nueva n.º 35, Tulúa, Valle del Cauca, julio de 2009, pp. 5-7.



coleccion


Escribir en Barranquilla


Ramón Illán Bacca


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Bacca, Ramón Illán

Escribir en Barranquilla/Ramón Illán Bacca. 3.º edición revisada. --Barranquilla: Editorial Universidad del Norte, 2013.

313 p.

ISBN 978-958-741-323-6


1. Literatura colombiana. 2. Ensayos colombianos. I. Tít.

Co864.44 B116


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Barranquilla (Colombia)

Primera edición, 1998

Segunda edición, 2005

Tercera edición, 2013

© Editorial Universidad del Norte, 2013

© Ramón Illán Bacca, 2013


Coordinación editorial
Zoila Sotomayor O.


Diseño y diagramación
Munir Kharfan de los Reyes


Diseño de portada
Joaquín Camargo Valle


Versión ePub
Epígrafe Ltda.
http://www.epigrafe.com


Hecho en Colombia
Made in Colombia

Contenido

El autor

Prólogo (a propósito de la tercera edición), Ariel Castillo Mier

Prólogo a la segunda edición

Proemio

El modernismo en Barranquilla

I.

II. Un modernista a la fuerza: A. Z. López-Penha

El poeta

El novelista

La desposada de una sombra: una novela ocultista

III. Un huésped pendenciero: Fray Candil

IV. Otro siglo, otra voces

V. Dos caballeros “modernos”: Leopoldo de la Rosa y Miguel Rasch Isla

El caballero del soneto

El caballero de la Rosa

El mundo de Cosme

I.

La presencia de don Ramón

La villa crece

Las diversiones en “La Arenosa”

El cine

II.

Una triste aventura de catorce sabios

Más ciencia ficción: Barranquilla 2132

Una pieza curiosa: Asaltos

Presencia de Voces

I.

II.

III.

IV.

V.

VI.

Las revistas literarias en Barranquilla

Los tiempos del optimismo: 1920-1940

Ideas

Lumen

Caminos

El amado

El infierno

Entre Caminos y la Revista del Museo

El Suplemento de La Prensa

Civilización

Mejoras

Revista del Museo

Crónica (y el nacimiento del Grupo de Barranquilla)

Características del grupo

Vida, pasión y muerte de Crónica

La Revista del Atlántico

Stvdia

Suplementos dominicales

La Página (Un testimonio)

Intermedio

Olas

Huellas

Aproximaciones a la literatura del carnaval

En el cuento

En la novela

El nadaísmo en Barranquilla

Frente al estante alemán

Qué se lee en Barranquilla (I) (1987)

Qué se lee en Barranquilla (II) (1997)

Barranquilla y su grupo: entrevista con Alfonso Fuenmayor

Ramón Vinyes i Cluet (1882-1952)

Bob Prieto (1913-1963)

Álvaro Cepeda Samudio (1926-1972)

Don Germán, el Patriarca (1917-1991)

Cuando se llamaba Marvel Luz (1939-1995)

Nuestra Lost Generation

El cuento entre nosotros

Meira Delmar

Notas

Ariel Castillo Mier [**]

El objeto de Escribir en Barranquilla es la actividad literaria en esta ciudad: el acto de escribir y su recepción, mucho más que la escritura. No interesan tanto aquí las obras en sí, la producción textual, como los hechos —pintorescos, insólitos, risibles— de la vida literaria y los contextos social, económico y cultural.

El punto de partida de esta historia no es, pues, ni el texto ni la construcción y significación de los mensajes, sino el ameno anecdotario que se desprende de la actividad literaria en la ciudad. Cuando El Autor afirma que su libro no es historia literaria tiene, en parte, razón, si consideramos los nuevos caminos de esta disciplina en nuestros días. Pero lo cierto es que este trabajo pone de manifiesto una añeja concepción de la historia literaria entendida como un orden acumulativo en el que se establecen relaciones indiscriminadas entre el texto y las escuelas, el autor, la sociedad, la filosofía, la religión, etc., sin precisar su subordinación ni justificar la importancia del aspecto comentado.

En otras palabras, lo que interesa aquí es la literatura como institución social y no en cuanto creación, de manera que se soslayan aspectos como la continuidad y ruptura entre las obras, la permanencia y la renovación de una tradición literaria, la génesis y la formulación de programas y sus realizaciones, la distribución de la producción en etapas y periodos. Las preguntas que orientan el trabajo de Ramón Bacca, y a las cuales les da diestras respuestas son: en una época dada, quiénes escribían, para quién, quién leía, por qué, qué formación tenían lectores y escritores, quiénes alcanzaron el éxito, qué cambios se produjeron en cuanto al gusto, qué relaciones había entre las letras y la política y la religión.

No obstante, El Autor logra equilibrar las limitaciones de la historiografía positivista con una de las virtudes de esa misma tendencia, la erudición, si bien mediante un uso extraño de la misma que podría denominarse “erudición vergonzante”. Iconoclasta, ajeno a la solemnidad y a la pedantería, pero aficionado a los refinamientos culturales; amante de la alta cultura de los museos y las bibliotecas, pero también de la cultura oral de la tertulia; dueño de una intuición certera, la voz que habla en esta historia camufla su vasto saber entre anécdotas significativas. Un rápido repaso de las fuentes de su texto nos revela el amplio bagaje, y no sólo literario, que posee. Detrás de cada capítulo es posible detectar las minuciosas y arduas prácticas del investigador, su voracidad lectora, la lenta y laboriosa frecuentación de crónicas, editoriales de prensa, historias de vida, memorias del periodismo, traducciones, archivos privados, biografías de escritores, manuales de literatura, conversaciones con los protagonistas, hojas volantes, libros de viajeros, autobiografías, diarios, aunados al conocimiento directo del sistema literario nacional, continental y universal y del contexto artístico, en particular, del musical y cinematográfico.

Estructurado y desarrollado con base en la proliferación anecdótica, en Escribir en Barranquilla abundan los incidentes pintorescos. Mencionemos algunos: la actitud contemplativa y hedonista de Gómez Carrillo en pleno hundimiento del Amerique; las lambonas dedicatorias de López Peña a los escritores consagrados y el cipote ladrillo que cargaba en el bolsillo para defenderse de los apodos callejeros; el desplante de Leopoldo de la Rosa al poeta visitante Francisco Villaespesa, el tesonero cumplimiento de su promesa de no trabajar nunca más en la vida y la penitencia que debió pagar por mirar demasiado a la mujer de un militar mexicano: la recitación de sus obras completas y, algo más, con un rencoroso revólver en la sien sudorosa; la carta apócrifa de Vargas Vila a sus admiradores, escrita por Vinyes; la gaffe de un tenorio de la aristocracia local que se presentó al Hotel Moderno con un gran ramo de flores y la intención insidiosa de invitar a comer a Titta Ruffo; la muerte del narrador García Herreros, un sábado de carnaval, atropellado por un carro de mulas, mientras declamaba versos en latín; la muerte en la carretera del pintor “Figurita”, disfrazado de reina de Bolivia, al caerse bebido de una carroza de carnaval; el pasaje de regreso a Barranquilla encontrado entre los papeles de Ramón Vinyes a la hora de su muerte. Además de estos casos curiosos, pero sugerentes, el libro registra con detalle ciertos sucesos significativos como el paso por la ciudad de poetas visitantes; la correspondencia entre los famosos y los artistas; el cotorreo de las tertulias, la aventura de las revistas, las representaciones teatrales, las conferencias, las lecturas predilectas y los profesores invitados. De hecho, muchos de estos materiales son empleados indistintamente tanto en las crónicas como en las novelas y cuentos de Ramón Illán Bacca. De esta manera lo que se pierde en rigor científico se gana en poesía, en deleite.

Pese a la aparente trivialidad de los numerosos incidentes curiosos con los que Bacca anima su relato, sabe explotarlos para armar un puntual inventario de los hechos esenciales de la vida literaria de la ciudad y un registro coherente de textos y autores fundamentales que constituyen un importante material de base para futuros trabajos monográficos que amplíen (o refuten) las opiniones aquí propuestas y extraigan el mayor número de consecuencias de los datos.

Además del recurso del relato saleroso, Bacca apela a otro artificio de sus ficciones: la búsqueda de frases memorables, que cumplen varias funciones simultáneas: al tiempo que desnudan una manera de pensar plena de prejuicios parroquiales, de carencias, ponen en evidencia una mentalidad, una actitud cerril frente a la realidad, y provocan la risa del lector. Valga como ejemplo esta cita, tomada de la revista paradójicamente llamada Civilización: “La mujer que se dedica a escribir aumenta el número de libros y disminuye el de las mujeres” (p. 57). Pero puede ocurrir también que la cita funcione como la estocada que pone punto final a un asunto que parece prolongarse demasiado. Después de examinar la trayectoria literaria de López Penha, que no le inspira la menor simpatía a El Autor, este acude a una frase lapidaria de Emerson: “La falta completa de poesía en una inteligencia trascendente significa una enfermedad, y como voz ronca en una persona hermosa, es una especie de advertencia” (p. 25).

La acumulación de las citas va configurando un inmenso collage de voces que ponen de manifiesto la temperatura moral de una época. De las abundantes frases memorables presentes en Escribir en Barranquilla podríamos destacar la perversa comparación del modernismo con la cumbia que hace Fray Candil (p. 28), la autodefinición de Julio H. Palacio, un intelectual que confundía deliberadamente la vida del escritor con la política (p. 136) o la caracterización de los militares costeños por parte de Luis Ricardo (p. 142) y la definición de nadaísmo que enuncia El Autor: “esa mezcla de existencialismo, surrealismo, ‘beatnikismo’ y frijol antioqueño” (p. 218).

Entre los aportes más significativos y saludables del libro, cabe resaltar su actitud equilibrada frente a los autores y las obras. Ajeno al nacionalismo que infecta los registros de la historia literaria colombiana y a su tendencia a convertir en héroes y a divinizar los literatos, independientemente de la calidad de sus obras, en este libro, Bacca, sin dejar de reconocer la hazaña épica que implica escribir (o sobrevivir como escritor) en Barranquilla, nos muestra también las torpezas y las limitaciones en el ejercicio de esa labor. Así sucede, por ejemplo, con Ramón Vinyes, a quien al tiempo que le reconoce sus méritos en la modernización de la literatura en la ciudad, le cuestiona su flaqueza filosófica y su tendencia a la intolerancia. Más que endiosar, El Autor desmitifica.

De igual manera es digno de resaltarse el empleo de un método contrastivo para valorar nuestra producción literaria, como ocurre con sus disquisiciones veloces, pero informadas, acerca de la tradición esotérica en la literatura o la postulación de vínculos entre el cine de la época y Una triste aventura de catorce sabios o las verosímiles relaciones entre la construcción del personaje Cosme, en la primera novela de José Félix Fuenmayor con la heterodoxa caracterización del protagonista en Tristram Shandy de Lawrence Sterne.

Proemio

El nexo común de estos trabajos —resultado de mis lecturas y vivencias— es que todos tratan sobre el universo literario de Barranquilla.

El lapso central estudiado va desde finales del siglo XIX hasta los años ochenta. Si en algunas partes se excede este límite, es debido a la inveterada y ya proverbial indisciplina del autor.

No es este ni un libro de historia de la literatura, ni de crítica literaria, como tampoco un texto didáctico. No se hallará, pues, aquí un estudio completo ni de la poesía, ni de la novela, ni del teatro, ni del ensayo entre nosotros, sino, descartado todo lo anterior, lo que resta.

Hay muchos personajes nombrados, y otros también relevantes que no lo fueron, porque el tema tal vez no lo exigía. Si alguien se considerara injustamente ignorado, le presento mis excusas.

Con este modesto intento de estudiar la literatura en Barranquilla, y con la aspiración de motivar a futuros cultores e investigadores, espero que este libro le sea útil a alguno, sin perjudicar a nadie. R.I.B.

El modernismo en Barranquilla[*]

I

Fernando de Lesseps llegó a Barranquilla una mañana de diciembre de 1879. En la crónica del padre Revollo —en la cual se relatan los hechos con incidentes pintorescos como el remplazo del prefecto de la provincia y el alcalde por otros de mejor presencia física y mejor empleo de las formas de cortesía— se presenta al alto mundo social, político y comercial de la Barranquilla de entonces. Curiosamente, en esa crónica también aparece el mundillo cultural de “La Arenosa”. Unos figuran en el homenaje a Lesseps; así, el oferente fue David López-Penha, un judío sefardita procedente de Curazao que rápidamente se había constituido en una de las figuras más importantes del comercio local. (Un suelto de su autoría había circulado el día anterior por las calles, en el cual empezaba diciendo: “Ahí viene el gran hombre. Ya el bajel que lo trae surca la faz de los abismos a impulsos del vapor siguiendo los rumbos que trazaron las carabelas milagrosas de Colón…”[1]).

Otros estaban afuera, en calidad de curiosos, subidos a las ventanas del hotel San Nicolás, como Torcuato Ortega, Ernesto Palacio, José Ramón Vergara, Antenor Moreno y el propio cronista, todos ellos figuras de algún relieve literario en la Barranquilla de principios de siglo.

La fiesta fue, como se decía en la época, un succès.