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Pedagogía Social-Educación Social

Construcción científica e intervención práctica

Pedagogía Social
~
Educación Social

Construcción científica e intervención práctica

Gloria Pérez Serrano

Segunda edición

NARCEA, S. A. DE EDICIONES

MADRID

GLORIA PÉREZ SERRANO ha publicado en esta Editorial:

Modelos de Investigación Cualitativa en Educación Social y Animación Sociocultural. Aplicaciones prácticas

Elaboración de Proyectos Sociales. Casos prácticos

A mis padres
que tanto me han animado
a lo largo de mi vida

© NARCEA, S.A. DE EDICIONES, 2017

www.narceaediciones.es

Fotografía de la cubierta: Francisco Ramos

ISBN papel: 978-84-277-1440-3
ISBN ePdf: 978-84-277-1661-2

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Índice

PRESENTACIÓN, JOSÉ MARÍA QUINTANA CABANAS

INTRODUCCIÓN

1. ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LA PEDAGOGÍA SOCIAL

Vía histórica: ¿Qué motivó el nacimiento de la Pedagogía Social?

La Pedagogía Social clásica. La Pedagogía Social en Alemania.

Representantes de la Pedagogía Social

Pestalozzi. La obra pedagogico-social de A. Kolping. Hitos pedagógicosociales en el s. XIX.

La Pedagogía Social Moderna. Diesterwerg y Kerschensteiner

Etapas de la Pedagogía Social en Alemania

Primera etapa (1850-1920). Segunda etapa: La tradición historicista y hermenéutica. H. Nohl (1920-1933). Tercera etapa (1933-1949): Utilización de la Pedagogía Social para la propaganda política. Cuarta etapa: Desde 1949 a nuestros días. Delimitación profesional. Conclusión.

2. OBJETO DE ESTUDIO DE LA PEDAGOGÍA SOCIAL

La educación como ámbito del saber

Filosofía de la ciencia y problemas epistemológicos. Ciencias Sociales y su clasificación. La educación como ámbito del saber. ¿Qué tipo de ciencia es la Pedagogía?

Objeto de estudio de la Pedagogía Social

La educación del individuo para vivir en comunidad (Natorp, Ruiz Amado). La educación en su relación con la sociedad (Luzuriaga). La sociedad educadora (Volpi, Rutelli). Educación Social del ser humano. La sociabilidad (Fermoso, Marín, Arroyo, Ortega y Pérez).

Qué se entiende por Pedagogía Social

Conceptos de autores relevantes. Nuestra definición de Pedagogía Social.

Diferentes concepciones de la Pedagogía Social

Pedagogía Social como doctrina de la formación social del individuo. Como doctrina de la educación política y nacionalista del individuo. Como teoría de la acción educadora de la sociedad. Como doctrina de la beneficencia, pro-infancia y juventud. Como doctrina del sociologismo pedagógico.

3. LA PEDAGOGÍA SOCIAL COMO CIENCIA. APROXIMACIÓN CONCEPTUAL

La Pedagogía Social entre las Ciencias de la Educación

La educación en el marco del saber pedagógico. La Pedagogía Social entre las Ciencias de la Educación.

Carácter científico de la Pedagogía Social

Carácter normativo y prescriptivo de la Pedagogía Social. Carácter teóricopráctico de la Pedagogía Social.

La Pedagogía Social y su relación con otras disciplinas

Pedagogía Social y Pedagogía General. Pedagogía Social y Psicología Social. Pedagogía Social y Sociología de la Educación. Pedagogía Social y Trabajo Social.

Diferentes perspectivas de la Pedagogía Social

Pedagogía Social como ayuda. Pedagogía Social como una tecnología social. Pedagogía Social como saber autónomo (Pedagogía especial y tecnología social).

Especificidad disciplinar de la Pedagogía Social

Objeto de estudio de la Pedagogía Social. Ciencia pedagógica. Ciencia práctica y aplicada. Integración teórica. La Pedagogía Social como Ciencia de carácter interdisciplinario. Métodos en Pedagogía Social. Vertiente profesional de la Pedagogía Social.

4. LA EDUCACIÓN SOCIAL. OBJETO DE ESTUDIO DE LA PEDAGOGÍA SOCIAL

Perspectivas según algunos autores

Problemas conceptuales

Vertientes de la Educación Social: socialización y tratamiento de la inadaptación social. Aportaciones de diversos autores. ¿Qué se entiende por Educación Social? Objetivos de la Educación Social.

Perspectivas de la Educación Social

La Educación Social supone una intervención desde el ámbito socioeducativo. Pretende corregir la concepción clásica de institucionalización. Es una practica social que media en la socialización de los individuos. Propone acciones ajenas a lo subsidiario y asistencial. Es un recurso integrado en la comunidad. Definición de Educación Social. Vinculación con otros conceptos.

El educador y el pedagogo social

Ámbitos de intervención del educador social. Profesionalización y funciones del educador social. Profesionalización del pedagogo social.

5. LA PEDAGOGÍA SOCIAL COMO DISCIPLINA ACADÉMICA

La Pedagogía Social en la Universidad española

Desplazamiento de la Pedagogía Social a la Sociología de la Educación. Resurgir de la Pedagogía Social en la Universidad española. Colaboración entre profesores de Universidad y educadores sociales. Producción científica.

¿Cómo ha surgido la figura del educador social?

Títulos de Educación Social y Pedagogía Social

Título de Diplomado en Educación Social. Título de Licenciado en Pedagogía Social. Impulso de la Pedagogía Social en la Universidad.

Espacios profesionales del educador social y pedagogo social

Vinculación teoría-práctica en la formación del educador y pedagogo social

6. EL MÉTODO HEURÍSTICO EN EDUCACIÓN. VÍA ANALÍTICA DE DIFERENCIACIÓN DISCIPLINAR

Aproximación al concepto de método

Hitos en el desarrollo del método

Precursores. Desarrollo del método. De Descartes a nuestros días.

El problema del método

Paradigmas en la investigación en educación

Paradigma positivista/postpositivista. Paradigma interpretativo. Paradigma sociocrítico. Paradigma orientado a la decisión y al cambio. Debate sobre el positivismo y el enfoque sociocrítico. Debate entre Adorno y Popper.

Análisis comparativo y soluciones propuestas

Propuesta de comparación. Unidad, diversidad o complementariedad paradigmática. Síntesis de las visiones analizadas.

¿En qué consiste la investigación socioeducativa?

Investigación vinculada al contexto. Problemas metodológicos y consideraciones generales.

7. LA PEDAGOGÍA SOCIAL DESDE LOS DIFERENTES PARADIGMAS

Perspectivas y polémica sobre los paradigmas de la Pedagogía Social

Perspectiva cualitativa. Orientación del raciocinio critico (Brezinka, Rössner). Orientación interpretativa-simbólica y hermenéutica (Nohl, Pallat, Litt, Bäumer). Orientación crítica (Mollenhauer, Giesecke). Aportaciones desde los diferentes paradigmas a la Pedagogía Social

Hacia un pluralismo integrador multimétodo

Principio de complementariedad/diferencia. Nexos de unión. Aportación a la Educación Social. Apuesta por la investigación multimétodo. La unidad de la investigación educativa. Los valores como eje.

Reflexiones sobre el proceso

Reputación de la investigación educativa. Recursos humanos y creación de equipos interdisciplinares. Dificultades y barreras de la investigación en Pedagogía Social.

8. INTERVENCIÓN EN PEDAGOGÍA SOCIAL

Técnicas específicas de intervención en Educación Social

Técnicas preventivas, de ayuda, de carácter terapéutico, orientadas a trabajar el currículum social, de resolución de conflictos.

Elaboración y diseño de Proyectos Sociales

Elementos para elaborar un Proyecto

Diagnóstico y análisis de la realidad. Planificación. Aplicación-ejecución. Evaluación. Informe y difusión de la información. Reflexión crítica

EPÍLOGO: JOSÉ MARÍA QUINTANA CABANAS

BIBLIOGRAFÍA

Presentación

LA PROFESORA Gloria Pérez Serrano nos ofrece una obra que representa un compendio muy completo de esta nueva ciencia pedagógica que es la Pedagogía Social. Pocas personas hay en España que sean tan calificadas como ella para abordar esta magna empresa, pues ha asistido, como protagonista activa, en todo el proceso de gestación de dicha ciencia en nuestro país, a lo largo de más de veinte años, desde las Primeras Jornadas Nacionales celebradas en Sevilla en 1981 y el Encuentro Internacional tenido en Santiago de Compostela en 1982; y, paralelamente, en el proceso de implantación de esta ciencia como asignatura en el plan de estudios pedagógicos y, más aún, como una especialidad autónoma en los mismos y como carrera universitaria, reconocida oficialmente como una Diplomatura de Educación Social y pugnando por que igualmente sea establecida una Licenciatura en Pedagogía Social.

Toda esta ingente labor constructiva, organizativa y hasta reivindicativa, la ha realizado la Doctora Pérez Serrano en sus actividades de docencia, investigación, publicaciones y coordinación corporativa. Fue de las primeras personas que enseñaron Pedagogía Social en la Universidad, en este caso la UNED, luego como Catedrática de Pedagogía Social en la Universidad de Sevilla y, actualmente de nuevo en la UNED, completando la enseñanza de la asignatura con cursos de doctorado, de posgrado y masters de esta disciplina. La investigación la ha llevado a profundizar en diversos ámbitos de la misma, especialmente la metodología (y en particular los métodos cualitativos y de dinámica de grupos), la educación cívica, la educación democrática y la Animación Sociocultural. Todo esto lo ha ido plasmando en una serie de valiosas publicaciones, que se han ido jalonando periódicamente, de forma ininterrumpida, a lo largo de esos veinte años, y de los cuales la obra que ahora nos ofrece representa, a la vez, una culminación científica y una especie de perspectiva global, constituyendo un exponente de la visión general y básica que ella tiene de la Pedagogía Social, y de la madurez intelectual con que la contempla y nos la muestra.

Año tras año han ido apareciendo, en diversas Universidades, obras de carácter general de Pedagogía Social, que revelan la vitalidad y notable preparación de los profesores que a ella se dedican. El libro de Gloria Pérez Serrano viene a unirse a ellos, con personalidad propia y como un valioso cuadro en esa espléndida galería, buen testimonio de que la Pedagogía Social, nacida ayer, ha alcanzado hoy ya su edad adulta. Todo ese colectivo de profesores están pugnando por afianzar su corporatividad profesional frente a otros grupos que también se dedican al Trabajo Social en otras facetas del mismo, y junto a los cuales desean trabajar por la mejora de la sociedad, tanto en la población en general (infantil, joven y adulta) como en los grupos marginales de ella, promoviendo en todos la deseable socialización. También en esta organización profesional corporativa, está implicada la autora del presente libro, haciendo propuestas a la Administración estatal para que sea reconocido el estatuto del pedagogo social y organizando encuentros de educadores sociales.

Toda esta vasta panorámica es la que se refleja en las páginas que siguen.

JOSÉ MARÍA QUINTANA CABANAS

Introducción

ESTA OBRA dedicada a la Pedagogía Social tiene como finalidad presentar una visión de la evolución histórica de esta disciplina así como profundizar en su concepto, en el método y en sus diferentes áreas de intervención, siendo éstos los elementos básicos de la estructura del texto. El estudio gira en torno a dos ejes fundamentales: la Pedagogía Social y la Educación Social. La primera, como ciencia y, la segunda, como ámbito de aplicación práctica. En el caso presente, se da la circunstancia de su novedad. Aunque no se puede afirmar que gran parte de los contenidos que le son propios sean nuevos —otra cosa muy distinta es que resulten novedosos—, sí presenta, en cambio, un importante rasgo de novedad la materia como tal, dado que todavía no existen muchas publicaciones al respecto. Por todo ello, no ha sido nada fácil elaborar un texto que intenta sistematizar los ejes fundamentales de la Pedagogía Social y la Educación Social. Ahora bien, como señala un reciente documento de la UNESCO: «El futuro no es un lugar a donde vamos, sino que estamos creándolo, y sus caminos cambian tanto al que los hace como a los que se destinan».

Los informes internacionales de los últimos años coinciden en un aspecto que consideran clave y esperanzador de cara al futuro que se presenta incierto. Destaca el papel que está llamada a desempeñar la educación como factor de promoción, desarrollo e igualdad entre los pueblos: hoy nadie duda de que la educación es el pilar fundamental para construir la paz y la libertad de las personas; sin ella no habrá desarrollo posible. La Comisión Internacional de Educación para el siglo XXI destaca que en «la agenda de la humanidad no hay problema más importante que la educación». Igualmente, para Mayor Zaragoza: «Educar, no es solamente inculcar saber; consiste en despertar el enorme potencial de creación que cada uno de nosotros encierra, para que cada uno de nosotros esté en condiciones de abrirse y aportar su mejor contribución a la vida en sociedad».

Todas las personas tienen derecho a la educación. Esto implica el derecho que el individuo tiene a desarrollar todas sus posibilidades y la obligación de la sociedad de transformar estas posibilidades en relaciones efectivas y útiles. La educación es uno de los conceptos más amplios y con más capacidades de propiciar y generar una convivencia armónica en sociedades que se encuentran debatiéndose entre el equilibrio y el terror. Como manifiesta Wells: «La historia humana se está convirtiendo cada vez más en una carrera entre la educación y la catástrofe». La educación puede considerarse como un factor de armonía en el contexto de mundialización creciente de la sociedad humana.

La mejor manera de preservar el futuro es diseñar una educación eficaz, razonable y capaz de ofrecer a los jóvenes un mensaje espiritual de calidad. ¿Cómo no creer que la educación genera la democracia y el porvenir de los hombres y de los pueblos? La educación pone también en cuestión el problema de las relaciones entre la identidad del grupo y la identidad universal, entre lo particular y lo general. ¿De qué manera podemos actuar? Es necesario definir bien las finalidades de la educación: concebirla como principio para el desarrollo integral del individuo y capaz de abrirse a una sociedad pluralista. Formar no simplemente individuos, sino seres sociales abiertos a la comunicación, al diálogo; ciudadanos capaces de asumir responsabilidades y luchar contra la desigualdad de oportunidades.

El debate de la educación debe ser un debate social. Es decir, para lograr desarrollar las finalidades antes mencionadas, es preciso que el problema de la educación constituya un debate público, en el que participen no solamente las instituciones, gobiernos y organizaciones no gubernamentales, sino la sociedad civil. Todos los individuos deben sentirse implicados.

La familia, la escuela y los medios de comunicación social han de preparar a las personas para convivir, colaborar y ser solidarios. Una institución sola no puede ocuparse de esta tarea, precisa de la colaboración de todos.

Se aspira a facilitar ese camino mediante la elaboración de este estudio. Como principios que lo inspiran se señalan algunos de los más relevantes, enmarcados en el Art. 1 de la Declaración de la Conferencia Mundial de Educación para Todos (Jomtien, Tailandia, 1990): «La meta del desarrollo de la educación es la transmisión y enriquecimiento de la cultura general y de los valores morales. Es en estos valores donde los individuos y la sociedad encuentran su identidad. La satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje contribuye a promover la educación de otros y favorecer la causa de la justicia social, conseguir la protección ambiental, ser tolerantes respecto a otros sistemas sociales, políticos y religiosos que difieren del suyo, asegurando que los valores humanísticos comúnmente aceptados y los derechos humanos son respetados, y trabajar por la paz internacional y la solidaridad en un mundo interdependiente».

Este trabajo pretende poner de manifiesto varias afirmaciones:

El desarrollo personal y la mejora social constituyen no dos polos opuestos, sino la cara y cruz de una misma moneda que dejaría de existir al eliminar uno de ellos. No se puede lograr la autorrealización personal al margen del medio social en el que se está inserto, como tampoco es posible el progreso social sin tener en cuenta las aportaciones innovadoras de las personas comprometidas con la sociedad. La educación en sus diferentes niveles educativos debería orientarse hacia el desarrollo de estos valores.

La persona humana es una realidad abierta que necesita ponerse en contacto con el mundo que le rodea, con el otro y con los otros; pues convivir implica entrar en relación con los otros, hace referencia a la alteridad. Por lo mismo, la convivencia constituye el fundamento de la vida moral.

La educación es un proceso. Debe prestarse atención a los resultados, a los output y al rendimiento. Ahora bien, la Educación Social se juega en los procesos; por ello, conviene prestarles la máxima atención. En ellos confluyen toda una serie de variables precedentes y concomitantes que inciden en el aprendizaje. Los procesos de Educación Social son bastante complejos; el sujeto debe impregnarse de una serie de valores y actitudes morales y cívicas que requieren un clima, un tiempo, una situación y, sobre todo, un profesorado con preparación específica.

Como principios de carácter educativo se podrían destacar: la socialización a través del aprendizaje cooperativo, la atención a las diferencias individuales y a la diversidad, así como la actividad como motor del “aprender haciendo”. Estos principios se reflejan en el estudio en lo que se ha denominado logro de objetivos y competencias. La educación juega un papel importante en la construcción de un modelo de convivencia cultural. Como subraya el informe Delors (1996:104): «Enseñar la diversidad de la especie humana y contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia de todos los seres humanos… El descubrimiento del otro pasa necesariamente por el conocimiento de uno mismo».

La formación para la convivencia es parte de esa deseable educación y aprendizaje a lo largo de la vida, a modo de educación permanente o continua. Esa tarea solamente puede llevarse a cabo con plena eficacia si el sistema educativo y la educación no formal cuentan con el compromiso y el apoyo de la familia y de la comunidad respectiva en su concepto más amplio, además de la colaboración activa de otras instituciones preeminentes tales como las correspondientes a comunidades espirituales, las empresas y sus órganos de gobierno, la administración pública, los medios de comunicación, los periodistas, etc. En resumen, educar para la convivencia democrática es responsabilidad y tarea de todos, porque requiere sustentarse sobre sólidas bases sociales y nutrirse en una profunda fundamentación moral, en vez de limitarse a un simple adiestramiento o a reflejos artificiales. De hecho, también resulta fundamental una participación responsable y progresiva de los propios educandos. En consecuencia, toda convivencia democrática debe atender tanto al ámbito familiar, escolar y de la comunidad local, como al regional, nacional y de la comunidad internacional, todo ello basado en el respeto a cada individuo y a la comunidad, a fin de lograr el pleno desarrollo de la dimensión individual y social del educando.

Convivir es un arte que se aprende, algo que merece la pena descubrir, y lograrlo es su premio. Convivir implica no exigir que los demás vivan a mi ritmo, sino que a mí me merezca la pena acomodarme a las necesidades y ritmos de los otros. Convivir no es parasitar a costa de los demás, sino compartir ámbitos y experiencias. En la convivencia hay que desarrollar un talante conciliador, aprender a coordinar la propia autonomía con la libertad de los demás. Aprender a convivir exige, en suma, cultivar actitudes de apertura, interés positivo por las diferencias y respeto por la diversidad, enseñando a resolver las diferencias de manera constructiva y pasando de las situaciones de conflicto a las de reconciliación. De este modo, se puede lograr una «convivencia armónica», como el director de orquesta que logra la armonía con la disciplina a la que todos se someten porque respeta la peculiaridad y calidad de cada instrumento.

Los informes internacionales postulan la idea de cohesión social, que exige una imagen renovada de ciudadanía. No ha de fundarse únicamente en consideraciones económicas y en el concepto estrecho de estado-nación, sino que deberá avivar el sentido y el espíritu de equidad socioeconómica y la solidaridad cosmopolita. En el momento actual, es necesario revisar el contenido y los métodos de la educación para la ciudadanía y orientarlos hacia el desafío de una formación de ciudadanos demócratas capaces de definir nuevas fórmulas de cohesión social que posibiliten «vivir juntos» en sociedades plurales, aspecto relevante de la Pedagogía Social.

La investigación constituye una dimensión imprescindible para el avance del conocimiento. En este sentido, es un eje en la vida universitaria; en un mundo en continuo cambio y con grandes demandas sociales, el conocimiento que no avanza retrocede. En el campo que nos ocupa, la Pedagogía Social, precisa de una investigación constante y profunda con el fin de consolidar este ámbito del conocimiento y abrir nuevas líneas de acción socioeducativa.

En el nivel universitario la investigación tiene que jugar un papel prioritario, ya que las funciones asignadas a la Universidad son fundamentalmente la docencia y la investigación. La dimensión investigadora estará presente en los objetivos, contenidos y tareas a realizar y la reflexión crítica e investigadora debe presidir la vida universitaria actuando como motor del cambio. La crítica implica la mejora e integración de posiciones contrapuestas. El universitario afrontará los problemas partiendo de la reflexión crítica sobre los mismos, la investigación y la búsqueda de soluciones alternativas. Sólo desde una visión teórica y científica podrá satisfacer el criterio de la autonomía profesional.

El principio que orienta este libro es la búsqueda de la coherencia entre la teoría y la práctica. La coherencia, por todos demandada, no siempre resulta fácil en un trabajo de estas características. El hilo conductor que vertebra la obra, así como la meta hacia la que tiende, es la formación integral del sujeto desde la vertiente de la Educación Social. Esta vertebración inicial se plasmará en una secuencia lógica entre los diferentes capítulos. Los criterios de coherencia, secuencia lógica y pertinencia están en la base del estudio.

Este trabajo se articula en dos grandes apartados diferentes y complementarios. En primer lugar, se ha dedicado el esfuerzo a la clarificación conceptual de la Pedagogía Social lo que ha permitido entrever, ya desde el principio, la finalidad, el contenido y los límites de la disciplina.

En segundo lugar, la pregunta sobre el método guarda una estrecha relación con el concepto y la finalidad de la disciplina. En el fondo, se podría afirmar que el concepto, el método y las vías de acceso a la información constituyen una única cuestión, vista desde perspectivas diferentes. Determinando adecuadamente el concepto, es lógico que resulte más clara su finalidad; una vez establecida ésta, quedarán patentes las vías de investigación o los métodos para lograr los objetivos que se pretenden conseguir al cultivar esta materia. En los capítulos dedicados al estudio de los métodos de investigación de Pedagogía Social y Educación Social, se intenta presentar una visión suficientemente clara y completa de las diferentes líneas de investigación que delimitan el campo objeto de estudio.

La finalidad de esta obra es que la Pedagogía Social se beneficie del impulso que pueda aportarle ya que es fruto de una larga reflexión contrastada con la realidad viva. Se pretende que de sus ideas puedan derivarse aplicaciones prácticas que mejoren las condiciones de vida de personas de toda índole.

Esta obra se dirige a los interesados por la Pedagogía Social y la Educación Social tanto desde la reflexión teórica como desde el amplio campo de la acción social en el deseo de que contribuya a desarrollar la teoría y la práctica, así como a abrir nuevos caminos que impulsen el desarrollo de la ciencia pedagógico-social y de su praxis en el discurrir del tercer milenio

No quiero finalizar esta introducción sin reconocer la valiosa colaboración de muchas personas y amigos que con su ayuda y apoyo constante han contribuido a revisar y enriquecer el contenido de esta obra. Entre ellas quiero mencionar por su significativa dedicación a Victoria Pérez de Guzmán Puya y de manera especial a Fernando López Noguero y a Sara de Miguel Badesa, quienes en ningún momento regatearon tiempo ni esfuerzo para que este libro viera la luz. Mi gratitud también para el profesor José María Quintana Cabanas quien ha tenido la amabilidad de redactar la presentación y el epílogo, subrayando sus aspectos más relevantes. A él le debemos todos los profesores de Pedagogía Social la primera obra publicada en España con este título; ha sabido acercarnos la Pedagogía Social alemana con claridad, sabiduría e inteligencia. Su personalidad como pedagogo y humanista le definen como padre de la Pedagogía Social española. Como compañero, maestro y amigo quiero expresarle mi más sincero reconocimiento.

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Origen y evolución de la Pedagogía Social

LOS ANTECEDENTES de la Pedagogía Social se remontan en el tiempo a los siglos XVIII y XIX. No obstante, su denominación es más reciente, si bien se pueden encontrar referencias a lo social desde la antigüedad.

Identificar el origen y evolución de una disciplina no es tarea fácil; tampoco lo es conceptualizar el complejo ámbito de la Pedagogía Social. Si nos preguntamos qué es, no podemos contestar con una respuesta única. Son diversos los caminos que se han seguido para intentar construirla con coherencia y credibilidad.

Para definir la Pedagogía Social se nos plantean una serie de cuestiones: ¿De qué tipo de saber se trata? ¿Es teórico o práctico? ¿Es una ciencia? Si lo es, ¿de qué clase?, ¿cuál es su objeto de estudio y cuáles sus métodos de trabajo?, ¿qué funciones cumple?, ¿para qué sirve?, ¿cuáles son sus ámbitos de intervención? Intentaremos dar respuesta a estas cuestiones, por ello es necesario reflexionar sobre ellas para intentar precisar la identidad de la Pedagogía Social en el complejo panorama de las Ciencias Sociales y Humanas y, de un modo más concreto, en las Ciencias de la Educación.

Para aproximarnos al estudio de la Pedagogía Social se pueden seguir vías diversas. Es muy frecuente considerarla como ciencia, como ciencia social. Analizaremos su ubicación en el contexto de las Ciencias de la Educación y su consideración como ciencia práctica de intervención socioeducativa. Estas vías son de gran interés en el campo objeto de estudio. En algunos momentos nos acercaremos a este camino que parece ya consagrado en el ámbito que nos ocupa. Tengamos en cuenta, sin embargo, que desde que Inkeles (1968:2-36) propuso una triple vía de acercamiento al objeto de la sociología (histórico, empírico y analítico), se va haciendo cada vez más común aplicar el mismo esquema al resto de las Ciencias Sociales, sirviendo como vías de aproximación para clarificar la funcionalidad científica y profesional de cada materia.

Se pretende reflejar una concepción de la Pedagogía Social y de la Educación Social desde percepciones diferentes de aproximación a la realidad que estudiamos. Desde esta triple perspectiva sería necesario profundizar en varias cuestiones; por lo que estudiaremos las aportaciones del contexto social, cultural y educativo que contribuyeron al nacimiento de la Pedagogía Social. Así nos preguntamos:

¿Qué han opinado los filósofos y los pedagogos, más en concreto, los pedagogos sociales, al respecto? Tratamos de profundizar en la vía histórica de configuración de la Pedagogía Social.

¿Qué trabajo realizan los que se ocupan de la docencia e investigación en las universidades, así como en los diversos ámbitos del mundo profesional? Esta cuestión constituye la vía empírica de identificación disciplinar.

¿Qué dicta la razón? Esta vía nos lleva a la reflexión epistemológica, al terreno de la crítica hermenéutica. Vía analítica de diferenciación disciplinar.

VÍA HISTÓRICA: ¿QUÉ MOTIVÓ, EL NACIMIENTO DE LA PEDAGOGÍA SOCIAL?

Se ha reforzado el estatus epistemológico de la Pedagogía Social a través de la vía histórica, con aportaciones de corrientes geográficas de gran tradición en Educación Social (Alemania, Francia, Bélgica e Italia), con perspectivas diferentes.

La vía histórica no se limita a revisar lo que se ha venido haciendo en otros países en este campo, sino que se entrelaza con la perspectiva analítica para explicitar nuevos modelos teóricos y constituir así una metateoría.

En nuestro país se ha ido publicando una bibliografía abundante sobre la Historia de la Educación Social, que da lugar a un discurso cada vez más sólido. Los profesores de Historia de la Educación han elaborado trabajos de gran interés sobre temas sociales. Este impulso se ha producido, sobre todo, al introducirse en los planes de estudio de Ciencias de la Educación, la Historia de la Educación Social. Es abundante también la bibliografía sobre los paradigmas de la Pedagogía Social. Se han puesto de relieve diversos enfoques personales que legitiman los qué (contenidos), los cómo (procesos y estrategias) y los para qué (finalidades) de la Educación Social.

Tanto la vía histórica, como la empírica y la analítica, se entrelazan mutuamente en la construcción de la Pedagogía Social. Su división se efectúa tan sólo con fines didácticos; somos conscientes de que en la realidad se construyen entretejiendo el ámbito del conocimiento, en definitiva, objeto del estudio.

Para abordar la perspectiva histórica del nacimiento y evolución de la Pedagogía Social, seguiremos, desde una perspectiva filosófica, sociológica y pedagógica, a diversos estudiosos. No se pretende, en esta ocasión, llevar a cabo un desarrollo exhaustivo del tema, sino diseñar en breves pinceladas el discurrir de la Pedagogía Social. La Pedagogía, como otras muchas ciencias, se desarrolló estrechamente vinculada a la Filosofía y no alcanzó su autonomía hasta hace unas décadas. Desde esta óptica presentamos su evolución histórica.

La Pedagogía Social clásica

Podemos remontarnos como antecedentes históricos para el estudio de la estrecha conexión entre Filosofía y Pedagogía a los sofistas y Platón. Indica Urruti (1911:11), que la propia conciencia ha de ser despertada; mas el conocimiento del conocer necesita ayuda. El principio de la «comunidad» en la educación fue a Sócrates y Platón tan familiar como el de la «espontaneidad»; esto es, la producción personal de todo contenido en el espíritu que se educa. Significa para ellos, esencial y originariamente, filosofar en común.

El hombre, como ya indicaba Platón, no es educado sino por la comunidad y en sí misma. Esto es, el hombre, para llegar a serlo, necesita del hombre. Esta es la idea radical de la educación y el sentido de la parábola de la educación espiritual expresado por Platón, especialmente en El Banquete.

Debemos tener presente que el problema de la educación consiste en formar al hombre en su integral plenitud, favoreciendo de un modo justo todas las direcciones esenciales de su persona y actividad. El centro de la doctrina de la educación en Platón es precisamente la «idea». Para él, la idea abarca, al propio tiempo que las leyes éticas, las estéticas y lógicas. Pero el mismo Platón había reconocido en la «idea de bien» la más alta idea. De igual modo, Kant, al determinar en sus Críticas las tres direcciones fundamentales del conocimiento, otorgó a la razón práctica, esto es, a la ética, la primacía.

Ahora bien, quien habla de educación, no se refiere tan sólo a idea, sino a dirección y puntos en esta dirección; de leyes que determinan en su unidad y pluralidad las direcciones particulares; esto es, el método. Este concepto, tanto en Platón como en Descartes y en Kant, describe la marcha de la filosofía crítica y adquiere con Pestalozzi el valor de un concepto significativo para la Pedagogía: Pestalozzi ve claro que el método es esencialmente uno y que el método en la educación se refiere en último término, al método del conocimiento; según el cual se construye el objeto en la conciencia.

En la Edad Media se tiende hacia un despliegue armónico del humanismo, con una visión teocéntrica. En el Renacimiento se impone como filosofía de la educación la visión estética, subordinando la ética. Por su parte, la época de las luces ofrece la primacía del intelectualismo y en los tiempos de Kant, de Pestalozzi y del llamado neo-humanismo, se muestran acordes estas direcciones o fuerzas armonizadas y, a su vez, se llega a advertir que tal armonía sólo se puede lograr mediante el reconocimiento de un todo fundamental que no puede ser sino el ético.

La Pedagogía Social en Alemania

La concepción utópica de la educación se desarrolló en Alemania en los siglos XVIII y XIX. Kant estaba convencido de que «cuanto el hombre es se lo debe a la educación». En esta misma línea se puede citar a Fichte en sus discursos a la nación alemana a la que arengaba —cuando Berlín estaba cercado por los ejércitos napoleónicos— intentando convencerles de que el remedio más poderoso contra la decrepitud de los pueblos era la educación.

El kantismo, el idealismo y lo que podemos denominar como hegelianismo son los sistemas filosóficos que más han incidido en el nacimiento y desarrollo de la Pedagogía Social en Alemania. Para estos sistemas, la educación es una dimensión esencial para el desarrollo de la comunidad. Nació, por tanto, la Pedagogía Social en un momento concreto con tonos idealistas, mesiánicos y utópicos. Natorp tomó del pensamiento de Kant y Hegel el contenido para afrontar el estudio de la Pedagogía Social.

Existen una serie de factores que propiciaron el despliegue de la Pedagogía Social en Alemania; pueden resumirse en dos bloques principales: por un lado, una mentalidad abierta, sensibilidad social y madurez conceptual con relación a la educación social, y por otro, una situación social cargada de problemas, carencias y conflictos que reclama respuestas educativo-sociales urgentes.

Como condicionantes, los autores mencionan de manera especial las necesidades y exigencias educativas de la revolución industrial y las carencias y conflictos derivados de las guerras que asolaron Europa en el siglo XX.

La educación en esta época ya no se consideraba patrimonio de clases priviligiadas, sino un derecho humano y un deber social. Recordar a Pestalozzi ayudará a entender este vínculo social de la educación, considerada como un concepto y un proceso histórico integral, que se desarrollaba en la intersección entre lo individual y lo social.

La revolución industrial, desencadenante, en algunos casos, de procesos y situaciones de marginación, inadaptación y desamparo, tuvo una gran incidencia como agente promotor del despliegue de la Pedagogía Social. Esta situación social, unida a la carencia y necesidad de la postguerra, fue creando el caldo de cultivo necesario para el nacimiento de una Pedagogía Social que respondiera a esas necesidades sociales e individuales y que ayudara a obviar el individualismo, en pro de planteamientos orientados al desarrollo de la comunidad.

El contexto que favorece el nacimiento de la Pedagogía Social viene explicado por una compleja situación sociopolítica, a la vez que contradictoria realidad social. Así, los ejes que contribuyeron a su aparición pueden sintetizarse en:

Una sociedad sometida a fuertes cambios económicos, sociales y políticos, con conflictos que demandan con urgencia respuestas educativosociales.

La importancia de la dimensión social de la educación y la confianza en la comunidad y su fuerza para resolver los problemas generados por el individualismo.

La esperanza puesta en esta época en una pedagogía renovada.

La importancia adquirida por el concepto de la “ayuda” social y educativa para mejorar la sociedad.

Prestaremos especial atención al estudio de la Pedagogía Social alemana, su origen y evolución, ya que Alemania puede considerarse, sin lugar a dudas, la cuna de la Pedagogía Social. Como tendencias principales se recuerdan:

La tradición kantiana. Tendencia sociopedagógica representada por Natorp. Se extiende a lo largo de las dos primeras décadas del siglo XX.

La tradición historicista y hermenéutica, propia de la filosofía de la vida. Concibe la Pedagogía como ciencia del espíritu; se deriva de ella una fecunda Escuela de Pedagogía Social (Nohl). A partir de 1920 surgió el movimiento social pedagógico, de considerable influencia.

Para analizar estas dos tendencias acudiremos a estudios realizados por especialistas en el tema, principalmente los de Quintana, Arroyo, Fermoso y Radl.

En el cuadro nº 1 podemos observar los factores, los problemas, las tendencias y los representantes del origen de la Pedagogía Social.

Kant: su incidencia en el nacimiento y desarrollo de la Pedagogía Social

El pensamiento filosófico y educativo kantiano ha tenido un gran impacto en la sociedad. Sin duda, este pensador marcó un hito histórico de gran importancia en el desarrollo del conocimiento. Presentamos, a continuación, la incidencia de Kant en uno de los principales referentes de la tradición sociopedagógica: Natorp.

Kant recoge en su teoría de la educación la exigencia de Rousseau «que la educación sea libre y haga al hombre libre». Entiende la educación como una acción orientada por el ideal de libertad. Pretende dos objetivos: desentrañar el sentido de libertad y asignarle un puesto en el conjunto del pensamiento crítico.

Cuadro nº 1. ORIGEN DE LA PEDAGOGÍA SOCIAL
Factores: Mentalidad abierta, sensibilidad social y desarrollo industrial (vivienda, trabajo…).
Problemas: Carencias, conflicto social, urbanización, guerras, marginación y desamparo.
Tendencias: Tradición kantiana. Pedagogía como saber práctico. Tradición historicista y hermenéutica.
Representantes de la Pedagogía Social:
  Pedagogía Social clásica: Platón y Aristóteles.
  Precursores:

Comenio: educación para todos.

Pestalozzi: educador del pueblo.

Kolping: mundo obrero.

Kerchensteiner: educación/trabajo.

Estudia la educación como problema. Entiende que es de lo más grande y difícil que puede ser propuesto al hombre. De ahí los dos empeños que la persona humana ha de considerar como más difíciles: el arte de gobernar y el de educar.

Para Kant, el hombre es educable porque es libre. La libertad, es la condición de posibilidad de la educación: «Únicamente por la educación el hombre puede llegar a ser hombre». La educación supone que el ser humano tiene que actuar respecto de sí mismo. Esto plantea, al menos, tres problemas:

1. La educación como arte y no como ciencia. Entiende la educación como saber práctico, como un arte, cuya práctica ha de ser perfeccionada por muchas generaciones. La distinción entre conocimiento teórico y práctico viene de Aristóteles. La independencia de uno y otro y, junto a ellos, el conocimiento estético, ha quedado definitivamente asentada por Kant.

2. La educación como arte razonado. Para Kant, el arte de la educación o pedagogía, si ha de desarrollar la naturaleza humana para que pueda alcanzar su destino, no es un arte mecánico, necesita ser razonado. Bastaría una sola esencia para encontrar un verdadero pronóstico de lo que la humanidad puede esperar de la educación. El método auténtico (los principios) los proporcionó Rousseau, y el nuevo modo de organizar la escuela lo realizó Basedow en el Philanthropinum de Dessau. Todo ello para la búsqueda del ideal de la libertad.

3. La educación como arte orientado. No se debe educar conforme al presente, sino con relación al futuro, conforme a la idea de humanidad. Desde una perspectiva antropológica, el hombre está destinado, por su razón, a formar sociedad con los demás y, debe cultivarse, civilizarse y moralizarse en esta sociedad.

La tarea de la educación debe consistir en neutralizar o domar el mal radical que hasta ahora ha causado que el hombre se desvíe constantemente de su destino. El ser humano tiene el deber, en toda época y en todos los pueblos, de actuar en el sentido del progreso hacia lo mejor, aunque el éxito de este proyecto pueda ser problemático. Kant atribuye a la educación cinco finalidades: dar al hombre crianza, disciplinarlo, cultivarlo (darle cultura), hacerle prudente o civilizado y moralizarlo.

La educación moral apunta hacia la autonomía. Concierne al carácter que incluye la obediencia, la veracidad y la sociabilidad. Este proceso tiene tres pasos: la formación escolar que se refiere a la habilidad, la formación pragmática referida a la prudencia y la formación moral.

A través de la educación, el hombre adquiere un valor en relación con toda la especie humana. Se puede afirmar, por tanto, que la educación, para Kant, adquiere su sentido último como educación social, ya que el hombre está llamado a vivir en sociedad. Para el idealismo kantiano, la teoría de la educación se construye desde la praxis a la idea. En el pensamiento pedagógico de este autor la conexión entre el momento hermenéutico y el crítico se efectúa desde la propia pedagogía, considerada como un saber práctico.

REPRESENTANTES DE LA PEDAGOGÍA SOCIAL

En Europa se dieron una serie de circunstancias históricas, sociales y políticas, que contribuyeron a impulsar el nacimiento de la Pedagogía Social. Los autores más representativos de esta disciplina se sitúan principalmente en Alemania, aunque en alguna ocasión se mencionen también autores de otros países que han incidido de manera especial en esta disciplina.

La concepción clásica de la Educación Social arranca de Platón y Aristóteles, que no establecieron una diferencia fundamental entre Sociedad y Estado y, por tanto, entre la Pedagogía Social y la Política. En la Edad Media no se produjo una teoría social autónoma, ya que toda la vida estaba concentrada en la teología. No obstante, existía una realidad social con sus instituciones y organizaciones correspondientes. En el Renacimiento, la Pedagogía tuvo un carácter principalmente individual. En la Edad Moderna, Comenio (1592-1670), natural de Moravia, fue el primero en formular una concepción pedagógico-social. Pide que la educación se extienda a todas las personas, sea cual fuere su condición social y económica. Su expresión más representativa se puede reducir a estas palabras: «Nosotros pretendemos la educación general de todos los que han nacido hombres, para todo lo que es humano». Proclama, así, el principio de la Educación Social para todos los seres humanos.

Pestalozzi

Pestalozzi (1746-1827), pedagogo suizo con gran incidencia en la Pedagogía Social, está considerado como el verdadero fundador de la Educación Social autónoma. Su vida estuvo dedicada a la educación del pueblo. Quintana lo califica como reformador social, casi revolucionario. Fundó diversos orfanatos y centros educativos. Puede considerarse como el primer antecesor o representante de la Educación Social, tal y como actualmente la entendemos.

Concibe la educación como un derecho humano y como un deber de la sociedad. La familia es, para él, el punto de referencia de todas las ideas: el segundo círculo de la educación estaría constituido por la sociedad civil. El último grado de la educación se orienta hacia la consecución de una educación pura, sin limitaciones, con un carácter eminentemente moral. Para este autor, la educación en colectividad es ideal para el desarrollo de la mente y del espíritu. El apelativo de educador social conviene a Pestalozzi, como indica Quintana, en dos sentidos:

Como promotor de la educación en cuanto medio de superar las desigualdades sociales, ya que, por ella, trataba de elevar el nivel social y cultural de los grupos sociales más desfavorecidos.

Como fundador de instituciones educativas destinadas a acoger a niños marginados y a procurar su inserción social.

Pestalozzi deseó luchar por la ilustración y la libertad de las clases populares de su país, en contra de la opresión. Escribió en su libro Cómo Gertrudis enseña a sus hijos (1902:2-10): «Hace tiempo, desde mi adolescencia, que mi corazón, como un río impetuoso, se dirigía únicamente hacia un fin único: cegar las fuentes de la miseria en que yo veía a mi alrededor sumergido al pueblo… Yo conocía tal vez mejor que nadie al pueblo y las causas de su embrutecimiento y de su degradación; y no deseaba nada, absolutamente nada más que la supresión de esas causas y el fin de las miserias del pueblo».

Presta gran importancia a la formación profesional, que debe ser integrada en la educación, como propulsor de la acción educativa. Pero esta formación profesional debe estar sometida a la educación general humana. Intuyó la necesidad de que la enseñanza técnica y profesional fuese temprana. Para Pestalozzi, es importante la fórmula: cabeza, corazón y mano, en el sentido de ars-técnica, y hacia ella debe dirigirse la educación. Pero, ¿qué significa técnica? No se trata de una mera unión externa de lo teórico y lo práctico, ni coincide totalmente con las fórmulas artísticas. Acompaña ésta siempre a todo arte y, en este sentido, son dos conceptos correlativos, aunque la técnica lleva, en sí misma, ciertas limitaciones.

Este concepto no corresponde sólo al hacer; se extiende a diversos ámbitos del conocimiento y, por consiguiente, la oposición sería más que entre arte y técnica, entre pensamiento y acción. Pestalozzi considera el trabajo como un medio unitivo de gran importancia pedagógica. Veía en la enseñanza para el trabajo la fusión del cultivo intelectual y la moral. En cierto sentido, para éste autor toda la enseñanza humana desemboca en el trabajo.

Otro elemento clave de la pedagogía de Pestalozzi es el método, palabra clave que, tanto en Platón como en Descartes y en Kant, descubre la marcha de la filosofía crítica. Con Pestalozzi adquiere el valor de un concepto regulativo para la Pedagogía. Él ve claro que el método es esencialmente uno y que el método en la educación no puede ser considerado, en último término, sino el método del conocimiento. Según el cual se construye el objeto de la conciencia. Es ante todo, intuitivo, inductivo y experimental.

En síntesis, los principios educativos de Pestalozzi pueden resumirse como sigue:

La Educación Social debe fundamentarse en una buena educación de la personalidad.

La cuestión social es de orden moral; pues se resuelve formando la conciencia y el amor al prójimo. Puede acometerse, por consiguiente, por medio de la educación.

Hay que comenzar por arrancar al hombre de su miseria para llevarlo a la cultura y al bien.

El educador del pueblo debe moverse por un amor desinteresado hacia el mismo.

Cultivando los valores de la persona, se construye una sociedad justa y feliz.

La teoría de la Educación Social en Pestalozzi se basa en un realismo social y, al propio tiempo, en un humanismo que lleva a un ardiente deseo de bienestar social para todos y, por consiguiente, de justicia social. Subraya el valor formativo de la vida austera y la educación de la voluntad a través de la lucha que impone la vida.

La obra pedagógico-social de A. Kolping

Kolping (1813-1865) es el fundador de la asociación de trabajadores que lleva su nombre. Tuvo gran influencia en el movimiento obrero social-cristiano, fundado en 1846 que se extendió por toda Alemania. Kolping fue un sacerdote católico preocupado por el mundo obrero en el siglo XIX, con el gran resurgir industrial de Alemania. La asociación llegó a contar en 1860 con mas de 60.000 miembros. La concibe como una asociación de compañeros de trabajo, «como el punto de apoyo que ganaría, de nuevo para la fe cristiana, a los jóvenes trabajadores manuales alejados de la Iglesia. Al mismo tiempo la considera como institución pedagógico-social, en la que deben ser discutidas y transmitidas orientaciones espirituales y conocimientos profesionales especializados». Entre sus objetivos destacamos:

Formación ético-social del joven trabajador.

Configuración de una vida comunitaria de base profesional como prevención y protección frente al riesgo de aislamiento y desarraigo.

Amplia formación general de base religiosa y formación continuada y profesional en las ramas específicas del trabajo manual.