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Tomás Carrasquilla

Cuentos escogidos 2

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Notas y Glosario de Leticia Bernal Villegas

Municipio de Santo Domingo

Nota a la edición

En la valoración de una obra artística, el sentido crítico y la apropiación de un pueblo que reconoce en ella una forma superior de su cultura son esenciales. Para lograr estos objetivos son necesarios el conocimiento de la tradición, estudios comparados que establezcan las corrientes, tanto universales como particulares, que han dado forma al hecho artístico nacional, y una amplia divulgación de obras y autores.

La Universidad de Antioquia y la Alcaldía del municipio de Santo Domingo se han unido para ofrecer al público una nueva edición de algunas de las obras de Tomás Carrasquilla, enriquecidas con notas y glosario, paratextos que permiten al lector de hoy apropiarse de las fuentes y los referentes culturales, históricos y políticos del autor antioqueño, y así potenciar el goce estético de su obra.

“Tomás Carrasquilla —escribe Hernando Téllez en 1952— es, para mi gusto, el gran clásico de la prosa colombiana. ¿De la novela? Esto último no es para mí tan claro como lo primero. Si me viera forzado a responder, adoptaría una solución intermedia: el gran clásico del cuento. […] La cuestión merece algunas explicaciones, entre otras cosas porque su prosa, desde un punto de vista muy general, se presenta con ciertas limitaciones que emanan de la utilización admirable, en ella misma, del lenguaje típicamente antioqueño. Y no obstante la presencia natural, biológica, de ese argot en su prosa, esta es en su contextura, en su ritmo, en su expresión y en sus raíces, la más viva, la más sabrosa, la más rica, la más plástica que de escritor alguno colombiano yo haya leído jamás”.

Y un poco más adelante, al evocar Téllez el placer que le produce la lectura de las obras literarias del escritor antioqueño, afirma: “La lectura de la obra de Carrasquilla me ha deparado una de las más hondas y perdurables emociones que he tenido en mi vida literaria. Carrasquilla está ligado para mí al confuso despertar de la vocación literaria en los días de la niñez; me acompañó en la adolescencia, me sigue acompañando en la madurez. Esa voz cálida y zumbona por donde hablan la sabiduría y la gracia de un pueblo, una vez oída con atención, se hace inolvidable”.1-2


1 Hernando Téllez, Crítica literaria II. 1948-1956, edición establecida, introducida y anotada por Carlos Rincón, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, Serie Páramo, 2017, pp. 219 y 221.

2 Los textos aquí recogidos fueron transcritos conservando los usos ortotipográficos y las grafías presentes en las ediciones tomadas como base; solo se intervinieron en aspectos ortográficos de unificación y actualización básicas.