GIMNASIA, JUEGO Y DEPORTE PARA MAYORES

Robert Baur
Robert Egeler

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Título original de la obra: Gymnastik, Spiel und Sport für Senioren

© Verlag Karl Hofmann, Steinwasenstraβe 6-8, D-73614 Schorndorf, Germany

Traducción: Eva Nieto

Revisor técnico: Pilar Pont Geis

© 2015, Robert Baur

Robert Egeler

Editorial Paidotribo

www.paidotribo.com

E-mail: paidotribo@paidotribo.com

2ª reimpresión de la 1ª edición

ISBN: 978-84-8019-532-4

ISBN EPUB: 978-84-9910-917-6

BIC: WS; VFD; LNTS

Fotocomposición: Editor Service, S.L.

ÍNDICE

Alfred Entenmann

PRÓLOGO

Ommo Grupe

EL SIGNIFICADO DEL MOVIMIENTO, EL JUEGO Y EL DEPORTE PARA LAS PERSONAS MAYORES

Hans Gabler

GIMNASIA, JUEGO Y DEPORTE PARA MAYORES

PARTE TEÓRICA

Dietrich Kurz

GIMNASIA, JUEGO Y DEPORTE PARA EDADES AVANZADAS
(Un informe con interés pedagógico)

Robert Baur

DESARROLLO Y ORGANIZACIÓN DE GIMNASIA, JUEGO Y DEPORTE PARA MAYORES

Hans Gabler

REFLEXIONES PEDAGÓGICAS DESDE EL CRITERIO DE LA PRÁCTICA

Erhard Ellwanger

INDICACIONES PRÁCTICAS DESDE EL PUNTO DE VISTA MÉDICO

Robert Egeler

METODOLOGÍA: ENSEÑAR, APRENDER, PRACTICAR, ENTRENAR

PARTE PRÁCTICA

Hans Gabler

MAYORES SANOS

Margret Schmidtbleicher

GIMNASIA SIN APARATOS

Rainer Kratt

GIMNASIA CON APARATOS MANUALES

Margret Schmidtbleicher

ACOMPAÑAMIENTO DEL MOVIMIENTO

Hans Gabler

JUEGOS PARA MAYORES

Aloys Leyendecker

JUEGOS SOCIALES PARA MAYORES

Hannes Hepp

BAILAR CON SENIORS

Birgit Reinert

EJERCICIOS FÍSICOS EN EL AGUA

Hans Gabler y Hartmut Gabler

ENTRENAMIENTO DE RESISTENCIA PARA LOS MAYORES

Hans Gabler

MANTENIMIENTO Y FORTALECIMIENTO DE LOS MÚSCULOS

Birgit Reinert

FUNCIÓN DE LOS GRUPOS DE MÚSCULOS MÁS IMPORTANTES

 

AUTORES

ALFRED ENTENMANN

PRÓLOGO

La gimnasia, el juego y el deporte son tareas que, ya desde su fundación, se propuso la Federación Suaba de Gimnasia y sus asociaciones. Al ser humano le acompañan, en cada momento de la vida, múltiples y variados ejercicios físicos y se le abre la posibilidad de un variado aprovechamiento de sus horas de ocio, de un modo de vida sano, y un mantenimiento y provecho para la salud.

Ya hace tiempo, la Federación Suaba de Gimnasia se dio cuenta de que, para la gente mayor y no entrenada, que hacía décadas que no practicaba ningún deporte, se hacía necesario presentar formas de gimnasia, juegos o deportes, y había que intentar desarrollar los ejercicios adecuados. Ya desde 1968, colaboradores e instructores para la teoría y la práctica de ejercicios especiales han enseñado en cursos y clases en la Escuela Ruit para el Deporte y de Monitores Juveniles. Desde 1972, la Federación Suaba de Gimnasia se dedica intensamente al ámbito de la gimnasia de mayores. En 1974 acordó un programa de acción que todavía sigue vigente. Con el establecimiento de un departamento de gimnasia para mayores demostró, en 1975, que se esforzaba para que aquellas personas que estaban apartadas desde hacía tiempo de la competición deportiva tuvieran posibilidades de conseguir un mantenimiento y una mejora de su forma física. Las medidas para llegar a este objetivo eran, entre otras:

Fomento del sistema de aprendizaje y perfeccionamiento para instructores de grupos.

Seminarios para el debate de cuestiones de principio.

Designación de los encargados de sección y grupo.

Expansión del sistema de aprendizaje y perfeccionamiento para secciones y grupos.

Elaboración de material de información y enseñanza, por ejemplo, en el año 1977, el folleto “Altengymnastik” (Gimnasia para mayores).

Publicación del presente manual “Gymnastik, Spiel und Sport für Senioren“ (“Gimnasia, juegos y deporte para mayores”).

Realización de jornadas de información y enseñanza.

Organización del Primer Congreso de la Federación Alemana de Gimnasia Senior en 1977.

Colaboración en el Consejo Regional para Mayores de Baden-Württemberg, donde las federaciones de gimnasia velan por los intereses del deporte.

Además, la Federación Suaba de Gimnasia se preocupa por colaborar con otras instituciones. Aquí se debe citar el “Fellbacher Modell” (Modelo Fellbach), que, a modo de ejemplo, muestra la posibilidad de un trabajo conjunto entre las federaciones de deporte y gimnasia y las asociaciones no oficiales de ayuda a los mayores.

Este libro ayudará a muchas personas mayores a encontrar sentido a la necesidad de un entrenamiento activo y, simultáneamente, a ofrecer ayudas responsables e indicaciones para su desarrollo. Un buen trabajo conjunto con las asociaciones de trabajo con mayores, tanto las estatales como las municipales y las no oficiales debe promover una amplia compenetración para alcanzar una buena salud corporal a través de la gimnasia, el juego y el deporte.

La Federación Suaba de Gimnasia agradece a todos los autores, investigadores y científicos la cooperación en este libro, para el que deseamos una amplia divulgación de modo que nuestros conciudadanos mayores se inclinen por la gimnasia, el juego y el deporte y, gracias a ello, acrecienten su gozo de vivir.

Alfred Entenmann

Presidente de la Federación Suaba de Gimnasia

OMMO GRUPE

EL SIGNIFICADO DEL MOVIMIENTO, EL JUEGO Y EL DEPORTE PARA LAS PERSONAS MAYORES

Ahora también se ha descubierto el significado del ejercicio para las personas mayores, el valor que las personas reconocen al juego, la utilidad de la gimnasia y el deporte – esto es lo que cabría pensar si se mira la abundancia de publicaciones, aclaraciones, medidas y programas que en los últimos años se ocupan de estos temas. Pero, ¿se han dado realmente nuevas razones a las que seguirán unas medidas prácticas totalmente reno-vadas? Una pregunta así sólo se puede contestar en parte. Realmente existen, desde hace tiempo, ejercicios de gimnasia para mayores y las asociaciones y federaciones de gimnasia se han esforzado mucho con sus miembros de más edad, aunque, por así decirlo, no tenían en sus manos su destino deportivo. Por detrás no sólo está el saber que los mayores pertenecen también a la comunidad del ser humano en las asociaciones, sino la razón activa de lo importantes que son para su salud y su bienestar, para su autoconfianza y su seguridad, sus contactos sociales y relaciones –con respecto a la vida en grupo y en comunidad dentro de la asociación– el movimiento, los ejercicios de gimnasia y deporte, los juegos y las caminatas.

Entonces, ¿cuál es la novedad?

Dos cosas son nuevas: por un lado, queda confirmado que este tranquilizador conocimiento está basado en algo más que en experiencias relativas al concepto del ejercicio del movimiento, del juego y del deporte hechos de manera progresiva, además de en los conocimientos “científicos”. Por otro lado, se amplía el círculo que no sólo se refiere a la in-fancia, sino también a las personas activas capaces de moverse, pertenecientes a las asociaciones deportivas. También afecta a las personas que no tenían relación alguna con la gimnasia y el deporte, para quienes, ya en una edad avanzada, lógicamente supone un gran esfuerzo, a pesar de que lo consiguen gracias a su buena disposición. A esto se añade que las asociaciones de gimnasia y deporte se hacen cada vez más amplias para poder ocuparse de estos grupos de personas y quieren llevar el significado de la gimnasia, el juego y el deporte a un fin práctico. Entonces es muy útil y necesario asegurar el significado del deporte, en especial para las personas mayores, tal y como deberíamos ha-berlo aclarado, de antemano, explicando lo importante que es el movimiento para nuestra vida, hecho del que muchas veces nos damos cuenta cuando aquél ya está restringido o se nos presenta de un modo delimitado. El movimiento es, de hecho, el “acceso” a nuestro mundo y a nuestro entorno, un tipo de “mediación” a través de la cual nos ponemos en relación con ese mundo, y a la vez es una percepción de ese entorno, a través del cual lo vivimos, lo experimentamos y lo conocemos. Formar algo, expresar algo, comunicar algo, agarrar y coger algo, moverse hacia algún sitio o retirarse de algún lugar: todo ello son pequeños ejemplos para este papel doble y cambiante del movimiento humano.

En este sentido podemos asegurar:

El movimiento, el juego y el deporte colaboran (si se practican regularmente y con una intensidad adecuada) a la obtención de salud y bienestar. La persona se siente mejor, se siente capacitada todavía para hacer algo y también se exige a sí misma hacer las tareas diarias, que ahora le son más sencillas. Uno está menos achacoso y sabe lo que puede realizar, que a menudo es más de lo que creía. Y a veces es suficiente el hecho de que el movimiento hace sencillamente bien.

El movimiento, el juego y el deporte nos permiten conocer algo sobre nuestro cuerpo, sobre su legitimidad y sus capacidades, sobre lo que se puede hacer con él a pesar de la edad, cómo, por una parte, es dependiente del lapso de vida que ya ha transcurrido y, por otra, cómo se pueden ampliar sus capacidades. Estas experiencias son simultáneamente experiencias de nosotros mismos, hacen que tengamos impresiones de nosotros mismos, ayudándonos a que sepamos más sobre nosotros, nuestras capacidades y nuestras posibilidades. Y también son experiencias de la naturaleza, a la que se tiene acceso a través del movimiento, de la que primero se tienen noticias gracias a una forma correcta de información y de la que se descubren otros comportamientos cuando se navega por ella. Las nuevas experiencias proporcionan lo que a menudo se denomina relajación, armonía y fuerza para vivir.

El movimiento, el juego y el deporte facilitan los contactos con otras personas, haciendo que se den rasgos en común en el juego, experiencias en grupo al hacer ejercicios conjuntamente, movimientos y juegos: se tiene ocasión de hablar con más gente, se pueden intercambiar opiniones, se supera el aislamiento y el retiro social, que a menudo van unidos a la edad.

En este sentido, el movimiento, el juego y el deporte contribuyen a la realización y a la satisfacción, a la confianza y al optimismo. Quien todavía aprende a una edad avanzada se exige algo a sí mismo, consigue un pedazo de independencia y de soberanía, no sólo obtiene la capacidad para moverse, sino que con ella gana en posibilidades y, a través de ello, en autoconfianza y seguridad en sí mismo.

El movimiento, el juego y el deporte no son sólo algo que deba tener algún significado para los jóvenes y los niños. También las personas mayores pueden conservar este significado, pueden experimentar sus buenos efectos y pueden comprobar qué es el complemento, el enriquecimiento y la profundización de sus vidas.

Profesor Doctor Ommo Grupe

Profesor y Director del Instituto para la Ciencia del Deporte de la Universidad de Tübingen

HANS GABLER

GIMNASIA, JUEGO Y DEPORTE PARA MAYORES

INTRODUCCIÓN

Este libro de bolsillo está pensado para aquellos a quienes gusta practicar. A quien ha percibido el significado de la gimnasia, el juego y el deporte para mayores y busca, para mejorar, un monitor de ejercicios, debe ofrecérsele una actividad de ayuda que sea apropiada para ser llevada a la práctica con total confianza.

El concepto “deporte” en relación con los mayores es un anticipo del futuro. Aún se asocia el deporte, sobre todo en la juventud, con el rendimiento y la rivalidad. Pero muchos síntomas indican que los prejuicios que hay en el concepto “deporte” también pueden ser desmontados poco a poco. La sociedad tiene que aportar su parte. El proceso de aprendizaje y de asimilación en el ámbito del deporte hará importantes progresos. Las expectativas y exigencias de los mayores tienen que ser comprendidas por los más jóvenes. El hecho de que “los mayores son el futuro de la juventud” no puede ser eludido por nadie.

La actividad deportiva de los mayores de sesenta años se ha definido, hasta ahora con conceptos como deporte para mayores o para la tercera edad, gimnasia para la tercera edad, deporte para ciudadanos de edad avanzada, ejercicios físicos como ayuda para la tercera edad, etc. Con esto se echa en falta una regulación gramatical uniforme. El concepto “senior”1 se utiliza en este libro para el grupo de mayores de sesenta años, aunque designe en la mayoría de los ámbitos del deporte de competición designe a otros grupos de edad.

Gimnasia, juego y deporte para seniors son tres típicas expresiones que se pueden encontrar en denominaciones como deporte de rendimiento para seniors, deporte para toda clase de seniors, gimnasia para seniors (ver para ello DIETRICH KURZ, página 11).

Las fronteras entre estos tres tipos de práctica deportiva en edad avanzada están va-gamente trazadas.

El presente libro se centra en la gimnasia y en toda clase de deporte para mayores. Las condiciones y requisitos que en él se exponen deben tenerse muy especialmente en cuenta.

Si este libro ha de ser una ayuda para monitores, su contenido debe estar orientado principalmente a las preguntas que se hacen en torno a la práctica. ¿Qué conocimientos pedagógicos, psicológicos y técnicos necesitan para desarrollar bien su trabajo? Esto es, ¿sabe analizar la condición psíquica y física de sus alumnos?, ¿es capaz de motivar a los participantes?, ¿cómo puede ganarse su confianza?

¿Conoce la importancia de los diferentes rendimientos dentro del grupo? ¿Dosifica de-bidamente el esfuerzo? ¿Consigue satisfacer las condiciones individuales? Gimnasia, juego y deportes para mayores está también orientado hacia el compañerismo ¿Qué puede aportar en este sentido el monitor? ¿Hay suficiente espacio libre para la práctica, es decir, espacio para la autorrealización, para la espontaneidad?, etc.

También interesan al monitor preguntas aparentemente menos importantes. Por eso no es trivial, para el éxito de las clases prácticas, el lugar donde se vayan a realizar, qué ropa es la adecuada, cuánto va a durar el ejercicio y cuándo se va a hacer.

También se preguntará en qué intervalo de tiempo hay que realizar los ejercicios y qué cantidad de participantes deben integrar el grupo.

La pregunta relativa a los aparatos con los que se debe trabajar desemboca en la reflexión de si los aparatos manuales pueden ser fabricados por los mismos alumnos. De igual modo, el monitor debe encontrar el interés por los movimientos de acompañamiento rítmico.

Entre las preguntas que seguidamente se someten a deliberación, la más importante es:

¿Cómo puede hacer el monitor que la clase sea lo más variada, divertida y eficaz posible?

La clase práctica forma parte de la contribución al servicio de la salud. El monitor puede, a través de informaciones y motivaciones, cuidar de que los ejercicios “para casa” de gimnasia, juego y deporte se conviertan en ejercicios obligatorios practicados con regularidad. La salud debe ser un ejercicio diario, y esto ha de constituir una evidencia para una colectividad solidaria.

Uno se acostumbra demasiado fácilmente a la salud y vive inconscientemente, sin preocupaciones, en la tierra de nadie que existe entre la salud y la enfermedad.

Para la concienciación hay que tener en cuenta que la gimnasia, el juego y el deporte rechazan la jubilación total, una inactividad que atrofia las ganas de vivir, la iniciativa y la creatividad. La gimnasia, el juego y el deporte ayudan a mantener lo más posible la fuerza corporal y moral. La gimnasia, el juego y el deporte posibilitan una mayor independencia, seguridad en el día a día mediante el dominio del cuerpo, bienestar, alegría por estar en condiciones, incremento del espacio vital y, sobre todo, diversión también en una edad avanzada. La gimnasia, el juego y el deporte –a la vez rehabilitación y profila-xis– significan una oportunidad para una mejor calidad de vida.

La gimnasia, el juego y el deporte cierran la cadena. El deporte como ayuda vital desde la niñez hasta la edad más avanzada llegará a ser algún día una evidencia.

Hans Gabler

Monitor especialista de gimnasia para mayores y miembro del consejo de educación del Schwäbischer Turnerbund (STB)

__________

1    Utilizaremos indistintamente, a lo largo del texto, los términos “senior”, “seniors”, “mayores”,”gente de edad” ... etc., como traducción del concepto “senior” (N. de la T.)

DIETRICH KURZ

GIMNASIA, JUEGO Y DEPORTE PARA EDADES AVANZADAS2

Un informe con interés pedagógico

Este artículo pretende darnos una visión general sobre el estado de la investigación científica en el tema de las personas mayores y los deportes. Tiene en cuenta la literatura orientada a la medicina, las técnicas de los movimientos y los entrenamientos, así como la literatura psicológica, la sociológica y la pedagógica.

El lector podrá hacerse una idea orientativa de los puntos de vista, las experiencias y los resultados de cada una de las disciplinas.

Es natural que los temas individuales de cada una de las parcelas de conocimiento se toquen sólo de manera básica. Quien desee ampliar sus conocimientos sobre un determinado tema dispone para ello de referencias suficientes en el Anexo bibliográfico. El monitor también se puede beneficiar de muchas maneras de este artículo teórico como, por ejemplo:

Conocer varios puntos de vista para redondear una impresión general del tema de la gimnasia, el juego y el deporte para personas mayores.

Además, experimentar los resultados que pueden tener la gimnasia, los juegos y el deporte en personas muy mayores.

Este conocimiento le ayudará a justificar, argumentar y convencer en los entrenamientos.

Lo mismo es válido a la hora de negociar, con una comunidad o asociación, la formación de grupos.

¿Cómo se deberían comportar las personas mayores respecto a la gimnasia, los juegos y los deportes? ¿Qué deberían hacer por su cuerpo y su salud? ¿Cuáles de las formas de “ejercicio físico” y de la “cultura del cuerpo” que ejercitan los jóvenes pueden realizar o deben evitar? Si se orienta así el tema de este artículo, entonces se refiere a un tema muy antiguo que ha incitado al ser humano a reflexionar sobre su concepción de la vida. Y es, además, un tema muy amplio que no puede ser resuelto desde la perspectiva de una sola ciencia.

El informe que se presenta en estas líneas está escrito con interés pedagógico. Esto debería querer decir que se concentra en preguntas, afirmaciones, teorías y resultados que pueden ser significativos para la concepción de una vida llena de sentido. Bajo este punto de vista parte de lo escrito, o de lo que se vaya a escribir, puede que no tenga que tomarse en consideración. Pero, aun así, todavía quedaría tanto como para escribir otro informe que se centrara en otras particularidades diferentes.

La bibliografía ofrecida en este informe supone necesariamente una elección arbitra-ria no exhaustiva. Por regla general se trata de los escritos más asequibles, de nuevas edi-ciones con carácter de resumen; en algunos casos son informes relativos a resultados de investigaciones conducidas de manera ejemplar.

1.  PUNTOS ESENCIALES DE LAS INVESTIGACIONES HASTA LA ACTUALIDAD: UN PRIMER RESUMEN

Un estudio actual de documentación sobre Sport im Alter3 (MEUSEL et al., 1980) reunía cerca de 1.800 títulos; un trabajo estándar orientado a la medicina Physical Activity and Aging4 (SHEPHARD 1978) incluye en su bibliografía 1.120 títulos. Pocos de los títulos de ambas bibliografías coinciden y ni siquiera agrupándolos constituirían la totalidad de la literatura existente sobre el tema, pero sí permiten tener una impresión de las actividades investigadoras que se han desarrollado hasta ahora. De ellos se desprende la siguiente imagen.

La mayoría de los artículos científicos, por número y por extensión total, están “orientados a la medicina”. Por lo tanto se refieren a los procesos biológico-corporales del envejecimiento y a los resultados de los esfuerzos físicos durante esos procesos. Entre estos artículos orientados a la medicina hay un punto básico de investigación en la pregunta general de la influencia en la población de edad de un esfuerzo aerobio continuado: con qué frecuencia y cómo se puede entrenar de forma asidua en edades muy avanzadas, qué riesgos entraña y qué resultados positivos tiene para el sistema circulatorio, entre otros sistemas del organismo, un entrenamiento constante bien dosificado. Éstas son preguntas para las que se han encontrado las respuestas más detalladas, fiables y útiles para la práctica en los últimos 20 años (ÅSTRAND, 1958, HOLLMANN / HETTINGER, 1976, 340-471; SHEPHARD, 1978, 63-114). En comparación, los artículos médicos tratan de otros aspectos además del tema aquí tratado, pero se separan más aún los informes de otras ciencias. Hay que nombrar principalmente los siguientes campos:

En el ámbito de la investigación sobre la motricidad humana (“Aprendizaje del movimiento”) también se investiga hasta qué punto hay indicios típicos y leyes del desarrollo de la motricidad de las personas mayores (BUYTENDIJK, 1956, 325-331; WINTER, 1977). De ello se desprenden preguntas del siguiente tipo: tales desarrollos ¿pueden ser influi-dos con ejercicios?, ¿qué significan los conocimientos sobre la motricidad de las personas mayores para la elección de los tipos de deporte adecuados, y qué para el desarrollo de los entrenamientos?

En el ámbito de una Psychologie des Alterns5 (LEHR, 1977) se reúnen y describen síntomas añadidos de tipo psíquico. Sobre todo estos trabajos, los de más importancia para nuestro tema son los que buscan comprender las condiciones y las consecuencias de la actividad física para edades avanzadas (comparar RIEDER, 1977; GEBHARD / HERTLE, 1980).

Los trabajos orientados sociológicamente se han ocupado de las condiciones básicas del envejecimiento en las sociedades altamente desarrolladas. Al ámbito de una Soziologie des Alterns6 (TEWS, 1976) no pertenecen únicamente el sondeo de datos cuantitativos de estructura de la población y de compromiso con el deporte, sino también, por ejemplo, el cálculo del conjunto de personas mayores que se ha desarrollado en nuestra sociedad (SCHENDA, 1972) y sus consecuencias para el movimiento, los juegos y el deporte en edades avanzadas (SCHMITZ-SCHERZER, 1974/75).

Del mismo modo está sobre todo sociológicamente orientada una investigación del tiempo libre, que en los últimos tiempos se ocupa cada vez más de los comportamientos de las personas mayores en relación con el tiempo libre, y a sus condiciones y temas asociados (SCHMITZ-SCHERZER, 1975).

También en los últimos tiempos hay que añadir controversias que abordan la cuestión del deporte para personas mayores con pretensiones marcadamente pedagógicas (BRODTMANN, 1977). En tanto su contenido particular sea la importancia de la actividad deportiva para el enriquecimiento general de la vida de las personas mayores, tales controversias pueden ser un importante fundamento, también desde el punto de vista antropológico, de la importancia que tienen el movimiento, los juegos y el deporte para el ser humano (GRUPE, 1976).

Entre las correspondientes publicaciones con pretensiones claramente científicas hay un gran número que informan sobre investigaciones empíricas. El siguiente informe mostrará que este tipo de investigaciones ha proporcionado multitud de datos importantes a muchas de las preguntas, pero, al menos de momento, no se puede justificar un concepto pedagógico de la gimnasia, los juegos y el deporte en edades muy avanzadas basándose sólo en ellas. Las reflexiones deducidas por la teoría y, quizá más importante aún, las vivencias re-flexionadas son las bases irrenunciables de la práctica. Por ello el siguiente informe no puede limitarse a reproducir los resultados de las investigaciones; está incluido entre los títulos que se proponen como bibliografía, por lo menos en ejemplos y afirmaciones. La división del informe no se basa en las diferentes disciplinas científicas que hayan editado artículos sobre este tema. Se ha intentado más perseguir cuestiones repre-sentativas desde un punto de vista pedagógico, más allá de las fronteras de la Ciencia, en una composición orientada a la re-solución de los problemas.

Figura 1:  La relación entre menores de 15 años y personas por encima de los 65 años entre 1890 y 1980 (LEHR, 1977, 44).

PERSONAS MAYORES Y DEPORTE - ALGUNOS DATOS PARA LA REFLEXIÓN

La esperanza de vida media y el cambio en la pirámide de edad

La esperanza de vida del ser humano ha aumentado significativamente en las últimas décadas en prácticamente todos los lugares de la tierra. Mientras que en Alemania en 1900 la vida media estaba por debajo de los 50 años, en 1980 la media se ha situado por encima de los 70 años. De la misma manera se modifican los datos porcentuales de la población; las personas de edad aumentan en proporción y en importancia social. En 1980, el grupo de personas mayores de 65 años en la ex-República Federal de Alemania era prácticamente igual al de habitantes menores de 15 años. En 1890 eran una séptima parte (LEHR, 1977,44; SCHMITZ-SCHERZER, 1974/75).

El promedio de vida de las mujeres en las sociedades industrializadas es mayor que el de los hombres. En la ex-República Federal las mujeres viven una media de unos 6 años más que los hombres. En los grupos de edades más elevadas la parte proporcional aumenta más aún; entre las personas de 70 años hay más del doble de mujeres que de hombres (SCHENDA, 1972, 37).

El compromiso de las personas mayores con el deporte

La búsqueda de condiciones para que este grupo, cada vez mayor, de personas de edad pueda desarrollar una vida plena y llena de sentido es una labor social de creciente importancia. Si la gimnasia, los juegos y el deporte pueden contribuir en este sentido, es entonces un requisito fundamental el conocer cuántas personas de edad están compro-metidas e interesadas en ello. También sobre esto existe gran cantidad de datos (SCHLA-GENHAUF, 1977, 139-147; MEUSEL, 1980, 21-32). En general parece claro que el desarrollo activo del deporte en la ex-República Federal centra su apogeo en la juventud y va de-creciendo a medida que se envejece. No obstante, el reflejar este hecho en números resulta difícil. Así, por ejemplo, una encuesta realizada por Spiegel reflejaba en 1975 que un 7% de las personas por debajo de los 65 años realizaba algún deporte, y según una encuesta de Emnid de 1972/73 era un 17% (MEUSEL, 1980, 24 y siguientes). Tras estas diferencias se esconde la inseguridad de lo que los consultados entienden en cada cuestionario por actividad deportiva: ¿también se incluye pasear7 como deporte o por placer, pasear en bicicleta o bañarse?; ¿se es “activo deportivamente” si una vez al año se va de vacaciones al mar o a la montaña? (ver JÜTTING, 1976, 88-101).

Algo más fiables son los datos de consultas realizadas, por ejemplo, entre los miembros de un club deportivo, en las que se pregunta o refleja específicamente qué se entiende por práctica regular del deporte. Entonces se muestra que la disminución del compromiso con el deporte al incrementarse la edad no es de ninguna manera claramente continuada ni general. Así, aumentan –quizá en relación con factores como creaciones de fa-milias y compromisos laborales– quienes a principios de la cuarta y a finales de la quinta década de su vida afirman realizar algún deporte al menos una vez al mes, incluso según transcurren los años (SCHLAGENHAUF, 1977, 142). Además, se observa que no en todos los grupos de población disminuye la actividad deportiva por igual con la edad. Poniendo en cifras los datos del porcentaje de miembros de una asociación deportiva, por clases de edad, y también por sexo, se obtienen los siguientes resultados:

Figura 2:  Miembros de una asociación deportiva: Representación gráfica de los datos de SCHLAGENHAUF, 1977, 146.

Las mujeres, que participan menos de las asociaciones deportivas se retiran con la edad del deporte en mayor medida que los hombres. Los mismos resultados se muestran si se ope-ra relacionando edad y estrato social: los representantes de los estratos medios, sin duda en cantidades masivas, continúan haciendo más deporte con la edad que los de las clases sociales más bajas (MEUSEL, 1980,23; SCHLAGENHAUF, 1977, 49 y siguientes). Estos resultados muestran que la edad condiciona sólo a veces la participación en el deporte.

La disminución de la práctica deportiva con la edad: una conclusión errónea

Se deben plantear más dudas aún cuando analizamos cómo se ha llegado a afirmar que existe un descenso del compromiso con el deporte motivado por el envejecimiento. Todas las investigaciones de las que disponemos hoy en día han sido realizadas sobre medias, lo que significa que si se comparara el compromiso deportivo de las personas que hoy tienen entre 30 y 40 años con las que tienen de 50 a 60, se comprobaría que los más mayores tienen menos interés en el deporte y se concluye que hay un descenso motivado por el incremento de edad. En realidad en los últimos 20 años en la ex-República Federal se ha producido un fuerte incremento en el interés por el deporte. Los datos conseguidos de esta manera, en el sentido de un “corte longitudinal artificial”, no reflejan por ello que las personas que hoy tienen 50 años hagan más deporte en promedio que hace 10 años, cuando ellos mismos tenían 40 años. En relación con un aspecto de compromiso con el deporte, como es el formar parte de un club deportivo, se puede justificar la siguiente suposición: desde 1965-1974 los porcentajes de los socios de clubes en las correspondientes clases de edades han crecido más que disminuido (SCHLAGENHAUF, 1977, 146). A pesar de que las clases de edades no se corresponden totalmente, dado que los estudios no se plantearon con la homogeneidad aquí mencionada, las comparaciones son suficientemente aclaratorias (fig. 3).

La hipótesis de un retroceso del interés por el deporte directamente dependiente del envejecimiento se invierte en este caso: el esfuerzo intensivo por “popularizar” los clubs deportivos ha conducido a que muchas personas de edad avanzada se hayan animado a inscribirse en ellos. Hasta aproximadamente los 65 años sucede que cuanto más mayores se hacen las personas más deporte practican. Para los observadores con intereses pedagógicos estos datos son un resultado alentador. La disminución de la actividad deportiva por motivos de edad no es ley, sino que –allí donde sucede– es un desafío.

RAZONES A FAVOR Y EN CONTRA DEL DEPORTE Y LOS LÍMITES DEL CUESTIONARIO

¿Por qué muchos adultos y personas mayores practican deporte y otros no? ¿Qué esperan del deporte aquellos que se deciden a practicarlo? ¿Por qué motivos o experiencias otras personas se mantienen alejadas de él? Es comprensible que tales preguntas hayan sido planteadas en muchos de los estudios. Si pudieran ser respondidas claramente, se sa-bría mucho más sobre cómo deberían aparecer las propuestas para hacerlas atractivas y la publicidad agradable.

Figura 3:  Miembros de un club deportivo – valores comparativos de dos estudios: representación gráfica de los datos de SCHLAGENHAUF, 1977, 146. (La flecha une los grupos que se corresponden en las dos investigaciones.)

Entre las posibles razones que existen para hacer deporte podemos distinguir, sobre todo, las siguientes (KURZ, 1979, 85-104):

La salud: el deseo de mantener la salud corporal, adelgazar, tener aspecto sano y sentirse bien.

El progreso: el esfuerzo por la autorreafirmación por medio de acciones, y que sus resultados sean reconocidos por los demás.

El movimiento: la búsqueda de estímulos de los sentidos que puede proporcionar el movimiento, por ejemplo, la satisfacción que se desprende de la correcta ejecución de unos pasos de baile, el estímulo de la velocidad, las sensaciones del movimiento en el agua, pero también la experiencia de la naturaleza descubierta por los propios movimientos.

Los juegos: la emoción del drama y la tensión que se desprende de la ambivalencia entre triunfar o fallar, ganar o perder.

La comunicación: la búsqueda de la compañía de otros, del contacto social, la pertenencia a un grupo.

La multitud de investigaciones a nuestra disposición (resumen MEUSEL, 1980, 28-30) conducen de manera concurrente a dos resultados:

1. Al incrementarse la edad la preocupación por la salud es cada vez más importante.

2. Al incrementarse la edad la motivación por los resultados pierde importancia.

Estas afirmaciones recurrentes sugieren en la práctica consecuencias muy claras. Las ofertas para las personas más mayores no deberían incluir deporte para edad avanzada, sino gimnasia saludable y entrenamientos dirigidos al aparato circulatorio-corazón. Aquí aparecen dudas, sobre todo cuando tales conceptos se sostienen unilateralmente. Los estudios de los que se desprenden estas consecuencias prácticas se han realizado sobre todo basándose en cuestionarios, un instrumento también cuestionable en muchas ocasiones. Dependiendo de con qué palabras se expresen los motivos en el cuestionario los resultados varían. Muchas personas mayores (pero también más jóvenes) no van a contestar afirmativamente, si se les pregunta directamente, que para ellos el “progreso” o incluso el “progreso deportivo” tiene gran importancia. Pero si se les pregunta si les gustaría mejorar –o al menos mantener– sus habilidades deportivas en algún aspecto, si para ellos es igual ganar o perder y si les importa que todas las otras personas de su edad sean más rápidas que ellos mismos haciendo footing8, entonces los “resultados” se ven de otra manera. Realmente –también según los datos de los cuestionarios– parecen tener gran importancia para el abandono del deporte las experiencias negativas. Informes de la práctica resaltan la influencia positiva que suponen los buenos resultados: cuando se aprende a nadar con 60 años; cuando con 50 años se corren sin pausa los primeros 30 minutos seguidos por primera vez; cuando el nieto le pide que sea su compañero o profesor de tenis o ping-pong ... (ver RIEDER, 1977).

Por otro lado, el motivo de la salud es más un argumento dictado por la razón que la fuerza motriz real. En estos casos, de las afirmaciones al comportamiento real hay una gran diferencia: según las encuestas, hay muchas más personas que piensan que el deporte es importante para la salud de las que luego lo practican por este motivo; y quienes lo practican saben poco sobre si su forma de practicarlo es realmente saludable (VOIGT, 1978, 75-88). Mencionan la “salud” sobre todo los que quieren reiniciar o comenzar por primera vez la práctica de un deporte. Aquel que ya lleva mucho tiempo practicando alguno propone este motivo en muy contadas ocasiones –incluso en encuestas– (NEUMANN, 1976, 11-15). Según un estudio de Tübingen sobre footing, que incluye datos de cuestionarios, observación del comportamiento y entrevistas, se desprende el siguiente cuadro: el que inicia la práctica de este deporte lo hace casi siempre porque ha oído que es sano. El que la continúa es sólo quien encuentra algo estimulante en el correr. El desarrollo típico es más o menos el siguiente: se encuentra un compañero agradable, quizá se disfruta de esta nueva manera sin compromiso de estar con otra gente, incluso cuando la carrera ha sido un martirio se siente el placer posterior (bajo la ducha) como una señal o prueba, ya que no se puede sentir el resultado saludable; en algún momento se nota que la carrera ya no es agotadora ni martirizante, sino que hasta puede resultar placentera; se empieza a tomar nota con interés real de los resultados propios y ajenos, y a comparar tiempos. El que no llega a experimentar al menos una parte de este estímulo adicional no aguanta mucho tiempo (GABLER 1978).

Este resultado se deja generalizar sin ningún inconveniente: ningún motivo, quizá el de la salud el que menos, vale por sí solo a una persona para permanecer mucho tiempo realizando un deporte. El deporte más estimulante es el que interesa por muchos motivos y cumple con muchas expectativas a la vez, y entre ellos el de los resultados hacia el exterior, circunstancia que, incluyendo probablemente a las personas mayores, no es un motivo tan secundario.

RESULTADOS DE LA ACTIVIDAD DEPORTIVA EN EDADES MUY AVANZADAS – HIPÓTESIS Y DATOS

Teorías sobre el envejecimiento: teoría del desgaste frente a teoría de la actividad

Cuando el ser humano se hace mayor podemos observar en su aspecto externo y en su comportamiento una serie de cambios: los cabellos se vuelven grises y disminuye su cantidad, la piel se llena de arrugas, desaparece la fuerza de los músculos, los movimientos se ralentizan, las reacciones duran más, se va perdiendo la memoria, el contacto con otras personas se va haciendo más difícil, etc. Durante mucho tiempo se ha pensado –y muchos aún piensan lo mismo hoy en día– que son cambios naturales: el envejecimiento como inevitable degradación de las habilidades. Pero tales cambios no se manifiestan en todos los seres humanos de la misma manera ni se desarrollan con la misma rapidez en todas las personas. El hecho de que alguien “está muy envejecido” de repente, o que otro se “mantiene muy joven” es una observación muy común. Con toda seguridad factores como la constitución, una enfermedad o los avatares del destino juegan un papel importante. Se puede dar por seguro que la forma de vivir es decisiva en muchos de los límites de la velocidad y la forma del proceso de envejecimiento. Aún está muy extendida la opinión de que el envejecimiento es ante todo la consecuencia de un tipo de degeneración; según ella, tranquilidad, reposo, pasividad, dormir mucho y pocos sobresaltos o disgustos son los requisitos para una vida larga y sana. La investigación científica sobre la vejez (LEHR, 1977, 218-229; ver SCHMITZ-SCHERZER, 1974/75) ha dado por insostenible esta teoría del desgaste, según la cual es natural y razonable una retirada progresiva hacia la pasividad (desentendimiento) a edades avanzadas. Hoy en día se considera que el mejor remedio contra un envejecimiento prematuro es un esfuerzo dosificado y elegido según las condiciones individuales.

En el ámbito de esta Teoría de la Actividad del envejecimiento se puede describir el posible significado de la gimnasia, los juegos y el deporte.

Relaciones biológicas entre esfuerzo y aclimatación

Lo más evidente y lo mejor investigado son las condiciones para los cambios de los órganos corporales como el corazón, los pulmones, los músculos, etc. Un músculo, por ejemplo, se desarrolla en unos márgenes muy amplios dependiendo de la magnitud de su esfuerzo y utilización. Cuando se le somete a esfuerzos a menudo se hará o permanecerá grueso y fuerte; si no lo necesitamos (en casos extremos: si debe estar enyesado), quedará más delgado y débil. Pero el esfuerzo o el reposo no tienen un efecto inmediato, sino después de transcurrido algún tiempo: quien –como ejemplo sencillo– hace el lunes por la mañana 30 flexiones de piernas, a medio día estará quizá más débil que el que no las ha hecho; pero el martes o el miércoles se sobrepondrá. Este proceso biológico básico de la aclimatación de los órganos del cuerpo a las eventuales condiciones de esfuerzo es válido en principio para cualquier edad. El que se extenúa regularmente, se fortalecerá con la persistencia; el que busca evitar el encuentro –y no se expone– se debilita persistentemen-te (HOLLMANN / HETTINGER, 1976, 1 y siguientes; SCHMIDT, 1972).

Hoy en día es seguro que la fuerza de los músculos, la capacidad de respuesta del corazón y la circulación de los pulmones, que son fundamentales para nuestra supervivencia, la movilidad y capacidad expansiva de los músculos, tendones y ligamentos, y la velocidad de los procesos de cambio de la materia hasta el final de nuestros días están supeditados a este ciclo de esfuerzo y adaptación, y permanecen más jóvenes si se les somete a esfuerzos. Impresionantes pruebas han demostrado que un programa de entrenamiento correctamente dosificado puede mejorar notablemente la fuerza, resistencia y movilidad de mujeres y hombres de 60 y 70 años (HOLLMANN, 1974/75; JOKL et al., 1973; NEUMANN, 1976, 29-53; SELIGER et al., 1973; recopilación MEUSEL et al., 1980, 32-44). Las diferencias debidas a la edad consisten únicamente en que el mismo resultado del entrenamiento puede nece-sitar mayor esfuerzo (más tiempo de entrenamiento, más repeticiones del ejercicio) y que el máximo alcanzable es más bajo. El margen entre el punto actual de la práctica media de la población y el que se puede alcanzar a cualquier edad con un esfuerzo por desentume-cerse es tan grande, que muchos hombres activos, incluso con 50 o 60 años, aventajan a los “normales” de 30 años en condición física como consecuencia de su rendimiento deportivo. Que en estos casos se diga que esa persona se ha mantenido muy joven no es sólo una imagen. Realmente el entrenamiento físico y, sobre todo, el entrenamiento constante, es tan efectivo que muchos de los efectos que admitimos como características del envejecimiento se ralentizan o incluso se retrasan temporalmente.

La ralentización de los procesos de cambio de la materia (LIESEN, 1977; SHEPHARD, 1978, 24-51), el acortamiento del margen entre frecuencia cardíaca en reposo y frecuencia cardíaca máxima (HOLLMANN / HETTINGER, 1976, 412-454), el aumento de la presión sanguínea, la disminución de la capacidad pulmonar (BRÜSCHKE et al., 1966), todos éstos son síntomas del envejecimiento que se pueden combatir con el ejercicio corporal. De modo correspondiente hay numerosos cuadros clínicos típicos del envejecimiento que no se pueden evitar, pero sí se pueden hacer menos probables (EITNER et al., 1966; HALHUBER / MILTZ, 1972; MELLEROWICZ / MELLER, 1978, 91-101; SCHMIDT, 1972).

Sobre las esperanzas de vida de las personas activas

Algunos investigadores han llegado a sugerir que en condiciones particulares asegura-das podría ser posible que las esperanzas de vida de las personas activas sean mayores (MEUSEL et al., 1980, 59-62). Sobre todo, han sido estudiados en estos cuestionarios los casos de deportistas que fueron de alto rendimiento y que han permanecido activos. KARVO-NEN, 1974, por ejemplo, dice haber descubierto que los esquiadores fineses viven una media de 4,3 años más que la media de la población. A estos estudios, así como al dicho “los corredores de fondo viven más”, no se les debería prestar demasiada credibilidad. Evidentemente no se puede explicar la esperanza de vida únicamente con un factor como el entrenamiento de la movilidad. Merece atención en este marco el descubrimiento de LEHR (1977, 276-281), según el cual el juicio subjetivo de la propia salud sería decisivo para el desarrollo de la vida al envejecer: el que se considera más sano que otros (cuestión que no tiene por que ser real) tiene un enfoque activo del envejecimiento, se esfuerza más y gracias a ello vive realmente más sano, y disfruta más de su vida. Que el entrenamiento corporal, sobre todo el entrenamiento continuado, alargue la vida no lo sabemos con seguri-dad; lo que sí es cierto es que, en la mayoría de los casos, hace la vida más agradable.

Sobre la influencia del ejercicio corporal en la motricidad

En muchos estudios se ha comprobado un cambio medio de la motricidad al envejecer: los tiempos de reacción se alargan (“prisa con pausa”); la coordinación, sobre todo en movimientos complejos repetitivos, empeora (“uno tras otro”); las tareas que requieren equilibrio crean cada vez más dificultades; la precisión de los movimientos, de los que depende la seguridad, se reduce, etc. (recopilación BUYTENDIJK, 1956; WINTER, 1976). También en estos casos existe gran cantidad de ejemplos sobre el hecho de que la base de estos cambios está más en la falta de ejercicio que en una degeneración de las capacidades por motivo de la edad y que se puede retrasar, e incluso en algunos casos y por algún tiempo, disminuir considerablemente gracias al correspondiente ejercicio continuado y regular (ver, por ejemplo, SINGER, 1968, recopilación MEUSEL et al., 1980, 32-43).

Hipótesis sobre la influencia de la gimnasia, los juegos y el deporte en la personalidad

Si se contempla la salud y el envejecimiento como algo física y biológicamente condicionado, el ejercicio de la coordinación es algo sin valor (HOLLMANN / MAEGERLEIN, 1975, 25). Pero la cosa cambia se tienen en cuenta los resultados psicológicos. KREITLER / KREITLER, 1970, por ejemplo, opinan que en muchos casos el miedo a los ejercicios corporales basado en la inseguridad motriz conduce a tensiones anímicas que se interiorizan y ya no pueden ser calmadas a través del ejercicio. Por otro lado, muchos autores afirman que las personas que, al envejecer, siguen entrenando regularmente su motricidad permanecen manifiestamente más equilibradas emocionalmente y de mejor humor, etc. A pesar de que la mayoría de los estudios relativos basados en amplias comparaciones entre “deportistas” y “no deportistas” (por ejemplo, CURETON, 1963; HARTUNG / FARGE, 1977; FOLKINS, 1976) tienen sus limitaciones metodológicas, hay que admitir por principio las relaciones psicosomáticas de este tipo.

En la mayoría de las publicaciones sobre nuestro tema se encuentran, solapada o abiertamente, conjeturas sobre la influencia que la gimnasia, los juegos y el deporte pueden tener sobre el cuerpo, la salud y la motricidad, y sobre la personalidad de los individuos en las edades más avanzadas. Algunas de las afirmaciones más extendidas y repetidas son: el deporte puede ser para las personas mayores un medio efectivo contra el aislamiento social, la soledad y el aburrimiento que les acompaña. El deporte puede sobre todo compensar la disminución de contactos sociales frecuentemente ligada al final de la vida laboral. Las personas mayores que aún practican deporte se describen como menos introvertidas. El deporte puede ofrecer una compensación cuando el puesto laboral y la posición, que eran determi-nantes para el estatus y la autoapreciación, pierden importancia y finalmente desaparecen. En este contexto, el rendimiento deportivo puede ser significativo para encontrar una nueva identidad, un contrapeso subjetivo contra la alternativa de la pérdida de capacidades por la edad, sobre todo en una sociedad en la que se juzga a las personas por su capacidad para obtener resultados (LEHR, 1977, 281-283; SCHMITZ-SCHERZER, 1974/75, 19-22; STEINBACH, 1971). Incluso la posibilidad de asumir responsabilidades y funciones en el propio club o el mero hecho de sentirse incluido entre personas con los mismos intereses son importantes. En la misma dirección se manifiestan las nuevas tendencias por las que el decisivo valor que tiene para la personalidad hay que verlo en que la gimnasia, los juegos y el deporte contienen permanentes desafíos en la actividad. El que se plantea tales desafíos, y al envejecer se orienta no tanto al pasado como a tareas futuras, hace lo correcto en el sentido de la “Teoría de la Actividad” del envejecimiento. Su actitud activa, que se manifiesta claramente en el deporte, con toda seguridad no se limita a este aspecto, sino que se manifiesta en otros ámbitos de su vida. Conforma una buena base que se traduce por una actitud positiva hacia su cuerpo, su ejercicio y salud, y se expresa en un espíritu optimista de la propia salud y capacidad de resultados que son una premisa fundamental para el mantenimiento real de la salud corporal. Con ello se cierra el círculo: el deporte a edades avanzadas puede ser no sólo directamente sano; es a la vez expresión y confirmación de una actitud básica en la vida, que es a su vez indirectamente provechosa para la salud.

Resultados empíricos para la personalidad de las personas mayores activas

Estas hipótesis sobre las influencias psíquicas de la actividad corporal en edades avanzadas (recopilación, por ejemplo, BERNDT, 1977; MEUSEL et al., 1980, 55-57) corresponden a diferentes experiencias e informes de la práctica. Por tanto, parece evidente que se ha intentado justificar empíricamente de muchas maneras. Tales estudios se encuentran con multitud de dificultades. Sólo se pueden obtener resultados con credibilidad real com-parando a personas activas corporal o deportivamente que hayan sido observadas durante largo tiempo con otras que no lo son. Por el enorme gasto que supone tan largo estudio (“corte longitudinal”), éste nunca se ha llevado a cabo. Los resultados de los que disponemos