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Blanco Barros, José Agustín.

Obras completas: IV Geografía histórica/José Agustín Blanco Barros; ed., Jorge Villalón Donoso, Alexander Vega Lugo. —Barranquilla, Colombia: Editorial Universidad del Norte, 2018.

xxxvi, 473, p. : il., col ; 24 cm.

ISBN 978-958-741-836-1 (impreso), ISBN 978-958-741-837-8 (PDF),

ISBN 978-958-741-838-5 (ePub)

1. Geografía (Colombia)--Historia. 2. Atlántico (Colombia : Departamento) I. Villalón Donoso, Jorge. II. Vega Lugo, Alexander. III. Tít.

(986.115 B641ot 23 ed.) (CO-BrUNB)

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Vigilada Mineducación

www.uninorte.edu.co

Km 5, vía a Puerto Colombia, A.A. 1569

Área metropolitana de Barranquilla (Colombia)

© Universidad del Norte, 2018

Herederos de José Agustín Blanco Barros

Coordinación editorial

Zoila Sotomayor O.

Diseño y diagramación

Munir Kharfan de los Reyes

Diseño de portada

Joaquín Camargo Valle

Ilustración de portada

Mapa de Francisco Javier Vergara y Velasco.

Mapa del departamento del Atlántico, 1903 (fragmento).

Corrección de textos

Henry Stein Impreso y hecho en Colombia Panamericana Formas e

Panamericana Formas e Impresos S.A. (Bogotá)

© Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio reprográfico, fónico o informático así como su transmisión por cualquier medio mecánico o electrónico, fotocopias, microfilm, offset, mimeográfico u otros sin autorización previa y escrita de los titulares del copyright. La violación de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

Contenido

PRESENTACIÓN

Eduardo Verano de la Rosa

PROEMIO

Jesús Ferro Bayona

IN MEMORIAM

María Melania Blanco Barón y Constanza Blanco Barón

PRÓLOGO

Alexander Vega Lugo y Jorge Villalón Donoso

INTRODUCCIÓN

Luis Horacio López Domínguez

PARTE 1

GEOGRAFÍA

Colombia marítima

EL CARIBE COLOMBIANO

Límites

Estructura y morfología

Climatología

EL PACÍFICO COLOMBIANO

Límites

Estructura y morfología

Climatología

Corrientes marinas

Mareas

BIBLIOGRAFÍA

Artículos

Atlas

Mapas

La clasificación climática en Colombia

RESULTADOS EN LA APLICACIÓN DEL SISTEMA DE KÖPPEN EN COLOMBIA

Geoformas colombianas debidas a organismos vivos

ARRECIFES CORALINOS

BIBLIOGRAFÍA

Investigaciones geográficas de extranjeros en Colombia

NOTA INTRODUCTORIA

El tiempo en geografía

EXPLICACIÓN PRELIMINAR

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA GEOGRAFÍA

EL PROBLEMA DEL TIEMPO EN GEOGRAFÍA

TIEMPO DEL HÁBITAT Y TIEMPO DE LOS RASGOS CULTURALES

EL POBLAMIENTO DEL DEPARTAMENTO DEL ATLÁNTICO

CONCLUSIONES PRELIMINARES

La ciencia geográfica en la historia de Colombia

LA COLONIA: SIGLOS XVI, XVII Y XVIII

LA REPÚBLICA

LOS MILITARES Y EL TRABAJO GEOGRÁFICO EN COLOMBIA

LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFÍA

LA INVESTIGACIÓN GEOGRÁFICA

El archipiélago de San Andrés. Noticia geográfica

LA OBRA

DEMOGRAFÍA

EL PUEBLO ISLEÑO. RAZA, CARÁCTER Y COSTUMBRES

Los fondos marinos de San Andrés y Providencia

EL ARCHIPIÉLAGO NO HACE PARTE DE LA PLATAFORMA CONTINENTAL DE NICARAGUA

LA PROCLAMACIÓN TRUMAN

PROFUNDIDAD DEL MAR CARIBE COLOMBIANO

GLOSARIO

Archipiélago de San Andrés y Providencia: Batimetría

LA EXPEDICIÓN FIDALGO. SITUACIÓN A FINALES DEL SIGLO XVIII

RESEÑA CARTOGRÁFICA DEL ARCHIPIÉLAGO DE SAN ANDRÉS Y PROVIDENCIA

POSICIONES DE PROFUNDIDAD: UNA VISIÓN MÁS COMPLETA DEL TERRITORIO

CONCLUSIÓN

El archipiélago de San Andrés y Providencia

SINOPSIS

HALLAZGO DE SANTA CATALINA Y SAN ANDRÉS

LA APERTURA DEL CANAL AURY Y LA DIVISIÓN DE LA ISLA DE SANTA CATALINA

PURITANISMO Y PURITANOS

FUNDACIÓN DE LA COMPAÑÍA DE AVENTUREROS DE PROVIDENCIA

DE LOS COLONOS Y SU INCONFORMIDAD

FIN DE LA COLONIA DE LA VIEJA PROVIDENCIA

BIBLIOGRAFÍA

PARTE 2

CENSOS

El censo de Cartagena de Indias en 1777

INTRODUCCIÓN

LOS CENSOS ESPAÑOLES CONTEMPORÁNEOS Y EL DE CARTAGENA DE INDIAS

PADRÓN DEL BARRIO “SANTO TORIBIO

Oficios y empleos

Aspecto urbano general

Edades y sexos

Comparaciones

Censo de San Basilio de Palenque 1777. Análisis, comentarios y documentos

INTRODUCCIÓN

EL PADRÓN

LA FAMILIA

OTROS ASPECTOS

APELLIDOS PALENQUEROS EN 1777

DOCUMENTOS ANEXOS

PARTE 3

HISTORIA

Una contribución a la geografía histórica del poblamiento del departamento del Atlántico

ÁREA DE ESTUDIO

POBLAMIENTO PREHISTÓRICO

PUEBLOS DE INDIOS EN LOS TIEMPOS HISTÓRICOS

POBLADOS DE ORIGEN NEGROIDE O CIMARRÓN

SITIOS DE LIBRES

TRANSFORMACIÓN DEL AMBIENTE FÍSICO-GEOGRÁFICO

BIBLIOGRAFÍA

Historia de la Sociedad Geográfica de Colombia: Antecedentes geográficos

HISTORIA DE LA SOCIEDAD GEOGRÁFICA DE COLOMBIA

I. El siglo XIX y las sociedades geográficas

II. La Sociedad Geográfica de Colombia. Fundación

III. Estatutos y reglamentos

IV. El Boletín

Dos colonizaciones del siglo XVIII en la Sierra Nevada de Santa Marta. Transcripciones paleográficas

Fundaciones coloniales y republicanas en Colombia, normas, trazado y ritos fundacionales

FUNDACIONES COLONIALES HISPÁNICAS

NORMAS PARA FUNDAR

SITIOS PARA FUNDAR

TRAZA DE LA CIUDAD

OTRAS FUNDACIONES COLONIALES

FUNDACIONES REPUBLICANAS

BIBLIOGRAFÍA

La primera división regional en Colombia

“Bundes” y “canjilones” en los antecedentes de los carnavales de la Costa Atlántica

El general Francisco Javier Vergara y Velasco y sus obras

AGRADECIMIENTOS

PRESENTACIÓN

PRIMERA PARTE

LOS ANTEPASADOS

LA ÉPOCA

LOS ESTUDIOS

LA PERSONALIDAD

EL FALLECIMIENTO

EL RETORNO A BOGOTÁ

EL MILITAR

EL GEÓGRAFO

LA EDICIÓN DE 1901

EL CONTENIDO DE LA OBRA

EL MÉTODO DE LAS REGIONES NATURALES Y SU ORIGEN

VERGARA Y VELASCO Y EL DETERMINISMO GEOGRÁFICO - FÍSICO

EL CARTÓGRAFO

EL HISTORIADOR

LA “DOBLE COLUMNA” DE EDUARDO POSADA CONTRA VERGARA Y VELASCO

BIBLIOGRAFÍA

El encuentro de dos mundos

DISCURSO PRONUNCIADO EN LA SESIÓN SOLEMNE CONMEMORATIVA DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA EL 10 DE OCTUBRE DE 2006

El mapa de Martin Waldseemüller

El mapa de Diego Ribero

Historia de Bogotá

INTRODUCCIÓN

LOCALIZACIÓN Y LÍMITES DE BOGOTÁ

ANTECEDENTES DE LA FUNDACIÓN DE BOGOTÁ

¿CÓMO FUE LA FUNDACIÓN?

APÉNDICE

BIBLIOGRAFÍA

Semana Santa en Sabanalarga

PARTE 4

FUNCIONARIOS COLONIALES

Antonio de la Torre y Miranda, funcionario poblador en la provincia de Cartagena y explorador en los Llanos Orientales

ANTECEDENTES

LABOR FUNDADORA EN LA PROVINCIA DE CARTAGENA

LA EXPEDICIÓN AL RÍO ATRATO Y A LA PROVINCIA DE CITARÁ

LA EXPEDICIÓN A LOS LLANOS DEL ORINOCO Y A GUAYANA

BIBLIOGRAFÍA

Bicentenario de Antonio de Ulloa, autor de Noticias secretas de América

Presentación

Tengo el honor de presentar este cuarto y último tomo de las obras completas del historiador atlanticense José Agustín Blanco Barros, un proyecto del Departamento de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad del Norte.

Como autoridad política del antiguo Partido de Tierradentro, que es como bautizaron los españoles a esta sección del país, expreso mi alegría de ver que una parte importante de la memoria de nuestra época colonial está recuperada para nosotros y las futuras generaciones. Quisiera destacar el hecho de que esta historia nuestra ha sido escrita por un ser humano nacido en esta tierra, tal como el mismo lo reconoce en su texto sobre el primer censo que se hizo en 1777, cuando nos dice que: “…lo que nos ha animado en estas búsquedas e investigaciones es un indestructible afecto terrígeno, que procede de la arcilla misma del Departamento del Atlántico y de generaciones que desde hace centurias de ella se han nutrido”.

José Agustín siempre se sintió siempre parte de nuestra tierra, y dedicó casi toda su vida a expresar su amor a través de la reconstrucción de nuestro pasado colonial. Fue alumno de la Escuela Normal Superior en Bogotá, luego como docente en Tunja y finalmente como investigador y profesor de geografía de la Universidad Nacional de Colombia y de la Pontificia Universidad Javeriana. En su tiempo libre por las tardes, pasó muchas horas en los archivos de Bogotá buscando la información necesaria para su trabajo. Quizás esta dedicación fue una manera de disminuir la nostalgia que sentimos cuando estamos lejos de nuestra “arcilla”. Sus días en la fría capital los terminaba en su casa, donde hasta la medianoche descifraba los pergaminos en los que encontró las diferentes historias de los antiguos pueblos de indios, luego las encomiendas, los sitios de libres, las haciendas, y todo aquello que da origen a nuestros actuales municipios con sus corregimientos.

Como autoridad departamental agradezco a la Universidad del Norte por haber concebido y llevado a cabo esta edición, especialmente al señor rector Jesús Ferro Bayona y al Consejo Directivo que apoyaron este proyecto que vemos terminado con éxito. Del mismo modo al equipo de la Editorial Universidad del Norte y a los docentes del Departamento de Historia y Ciencias Sociales que hicieron la compilación y publicación de esta magna obra histórica sobre nuestra tierra.

El trabajo de recuperación de nuestra memoria, de nuestra historia común, aún no ha terminado y seguiremos apoyando este tipo de proyectos, como por ejemplo la obra del arqueólogo e historiador Carlos Angulo Valdés, cuyo legado ha sido celosamente guardado en la Universidad del Norte y que se puede ver en el Museo Arqueológico de Pueblos Karib (Mapuka). Por haber sido su alumno y amigo, esperamos que también puedan publicarse sus obras completas, con lo cual se cubrirían unos cuatro mil años de historia precolombina que Angulo investigó durante medio siglo.

Este proyecto de edición de las obras de Blanco Barros y de Angulo Valdés sirven de base esencial para el curso de historia de Barranquilla en la Universidad del Norte y también para los cursos de historia del Departamento del Atlántico que se imparten en la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta, proyecto que estamos apoyando y que esperamos que culmine con la publicación de un Manual de Historia del Departamento del Atlántico, y que está dirigido a todos los docentes de cursos de historia y geografía de nuestro territorio atlanticense.

El trabajo de José A. Blanco nos anima a seguir buscando y construyendo colectivamente nuestro sueño de organizarnos como una región colombiana con autonomía para poder planear mejor nuestro futuro, para fluir en la historia nacional y global teniendo como base nuestra propia historia de cuatro mil años.

Finalmente quisiera nuevamente recordar a la familia de don José Agustín, la cual siempre estuvo dispuesta a colaborarnos con este proyecto, y agradecer una vez más de manera especial a Beatriz Barón de Blanco (QEPD), quien siempre y hasta el final de sus días apoyó la edición del trabajo de su esposo.

Eduardo Verano de la Rosa

Gobernador del Departamento del Atlántico

Barranquilla, enero de 2018

Proemio

La culminación exitosa de la publicación de los cuatro tomos de las Obras completas del geógrafo e historiador atlanticense José Agustín Blanco Barros forma parte de una serie de iniciativas lideradas por esta alma máter desde los inicios de la década de los ochenta, tendientes a impulsar los estudios históricos y culturales de la región Caribe.

Siguiendo este propósito, desde la rectoría impulsamos diversos proyectos investigativos y editoriales; podemos mencionar, entre muchos otros, la creación de la revista Huellas, el rescate documental de publicaciones como Voces y Crónica y la consolidación de la Colección Roble Amarillo.

La idea de publicar la producción intelectual de Blanco Barros fue también una necesidad pedagógica que surgió al crearse la asignatura de Historia de Barranquilla y del Caribe Colombiano en 1994, la cual se convirtió en el ámbito propicio para acopiar valiosa documentación que permitiera a los estudiantes, y al público en general, la posibilidad de leer, investigar y pensar sobre el pasado, presente y futuro de nuestra ciudad y de la región Caribe en el mundo.

Ahora, al completar esta serie de cuatro tomos que se constituyen en el legado de José Agustín Blanco Barros, se podrán consultar textos que son referencia obligada acerca del surgimiento de esta realidad cultural que es la región Caribe y en especial “Tierradentro”, nuestro departamento del Atlántico. Del mismo modo, se podrán rastrear en estas Obras completas los orígenes de nuestras 23 cabeceras municipales durante la época hispana y los intrincados procesos de transculturación biológica y cultural que se han dado en esta tierra. Esto, sin lugar a dudas, es un valioso aporte para el rescate de nuestra memoria y el fortalecimiento de nuestra cultura.

Por todo ello, agradecemos a la Academia Colombiana de Historia en Bogotá, por su respaldo documental; a la familia del autor que autorizó la realización de este proyecto de rescate; a los profesores Jorge Villalón y Alexander Vega, que lideraron y llevaron a feliz término esta compilación, y al equipo humano de la Editorial Universidad del Norte, que asumió con esmero la edición de las Obras completas de José Agustín Blanco Barros, uno de los grandes intelectuales del Caribe colombiano.

Jesús Ferro Bayona

Rector de la Universidad del Norte

Barranquilla, febrero de 2018

In memoriam

José Agustín Blanco Barros

Mucho se ha escrito de él y se le evoca por sus logros académicos, su excelente memoria, sus charlas llenas de conocimiento, su entrega como profesor durante tantos años, pero yo lo recuerdo como el mejor padre, que me acompañó en los momentos más difíciles de mi vida, pero sobre todo porque me enseñó a valorar el amor y la vida.

Mi padre apreciaba mucho estas Obras completas que la Universidad del Norte ha publicado, y puedo decir que sirvieron, de alguna manera, para medir en el tiempo cómo fue cerrándose su vida: para el primer tomo, pudo mi padre poner su dedicatoria con una letra temblorosa; ya en el segundo dictó el texto, y finalmente en el tercero ya no podía hablar y fui yo la que colocó algo para la memoria.

Su amor a su esposa y a su familia, su fe en Dios y su amor a Colombia y a su trabajo como profesor e investigador son un ejemplo para nosotros y las nuevas generaciones.

MARÍA MELANIA BLANCO BARÓN

… y yo les doy vida eterna y no perecerán jamás ni nadie los arrebatará de mis manos.

Juan 10:28

Papá nos enseñó la disciplina, la rigurosidad en las labores que emprendíamos, el sentido de la justicia, la necesidad de la verdad, pero por encima de todo el amor a Dios. Como tuve oportunidad de expresarlo en su despedida, lo recuerdo ayudándonos a mí y a mis hermanos Beatriz, Alejandro, María y Tatiana en las tareas escolares, consiguiendo tarde en la noche el papel milimetrado, haciendo cometas en los meses de viento, confeccionando un dinosaurio de paño lency, o inclinado sobre su escritorio de toda la vida “llevando la mano” de Juanita, una de sus nietas, para enseñarle a escribir, o reunido con Carolina, Carlos Andrés, Daniel Felipe o Sergio, sus otros nietos, contándoles historias, o emocionado hasta lo último con los avances de la investigación sobre el universo, o comentando a San Pablo o a alguno de los evangelistas, pero también desvelado cuando estuvimos enfermos, preocupado por nuestros problemas, y orgulloso cuando teníamos logros.

Y ya cerca de su ocaso, la dedicatoria de una de sus obras que le hizo a Santiago, su nieto mayor, muestra una de sus preocupaciones: “Con el deseo de que nunca olvide que lo que hacemos lo debemos realizar sin desmayos hasta lograr culminarlo”.

CONSTANZA BLANCO BARÓN

Bogotá, barrio Rincón de los Andes, enero de 2017

Prólogo

Con la entrega de este cuarto y último tomo de las Obras completas de José Agustín Blanco Barros culminamos un trabajo de una década en la cual logramos recopilar toda la producción bibliográfica de este autor, dispersa en libros y revistas editados por diversas instituciones, además de textos inéditos guardados en las gavetas de su estudio.

Estamos obligado a dar cuenta de una obra que solo tuvo una edición y que no se incluye en esta compilación de cuatro tomos. Se trata del Atlas histórico geográfico: Colombia. Ese trabajo fue editado con apoyo gubernamental en 1992 a propósito de los 500 años del descubrimiento de América por los españoles. El autor tardó seis meses en hacerlo y contiene solo los mapas que reposan en el Archivo General de la Nación en Bogotá. Por tratarse de una obra muy costosa, solo circuló en instituciones nacionales e internacionales.

Siempre hemos considerado nuestro trabajo como algo necesario para el difícil proceso de construcción de la memoria histórica del departamento del Atlántico en el período colonial que abarca unos tres siglos, y no solo por ser el período más largo, sino porque precisamente en estos siglos coloniales se formaron los rasgos culturales y raciales de la población que hoy habita en esta sección del país. Son muchos los aspectos de la actual sociedad atlanticense que se pueden explicar observando sus raíces en esta época de intento de predominio español. El lenguaje, las festividades, la religiosidad, las comidas, las danzas, entre otras expresiones, encuentran sus raíces en esta época de una aparente calma, pero fecunda en el proceso de gestación de la sociedad atlanticense. Blanco Barros tuvo la fortuna de contar con un trabajo anterior dedicado a la época aún más larga de esta historia que fueron los grupos indígenas que habitaron este territorio y que fueron investigados por el arqueólogo Carlos Angulo Valdés (1914-2001). Cuando Blanco Barros iniciaba la publicación de su obra El Norte de Tierradentro y los orígenes de Barranquilla, en 1987, en esos mismos años Angulo Valdés acababa de terminar la investigación sobre el sitio de Malambo con los inicios del cultivo de la yuca y las excavaciones sobre el sitio humano más antiguo del Atlántico: la ribera de la laguna del Guájaro, que señala la presencia humana unos dos milenios antes de la era cristiana. Estos dos grandes historiadores nacidos en esta tierra nos legaron para la posteridad el proceso histórico de unos cuatro mil años que forman la base de la evolución del habitante atlanticense hasta el día de hoy.

Como compiladores y editores de esta bella obra solo nos consideramos un eslabón en una cadena que no debe romperse, para que los interesados en la historia y la geografía del departamento del Atlántico puedan recoger toda la información que el autor encontró en los archivos existentes en Colombia.

La obra y la personalidad académica de Blanco Barros es necesario ubicarlas en la historia misma de Colombia, de la cual se puede deducir que fue decisiva la gestión e inversión en educación que se hizo en la década de los años treinta del siglo XX. Esas políticas públicas en materia educativa, que entre sus logros destaca la Escuela Normal Superior donde Blanco Barros se formó como investigador en geografía, en historia y en el arte de la docencia.

Respecto al futuro de los estudios de historia y geografía del departamento del Atlántico, consideramos que en estos cuatro tomos publicados por la Editorial de la Universidad del Norte se puede encontrar valiosa información para investigaciones futuras sobre variados temas. Una de estas posibles miradas a nuestro pasado hace relación al concepto de “transculturación” del científico social cubano Fernando Ortiz, quien ya en 1929 lo propuso para enfocar los estudios en América Latina que consideraran que durante la época colonial tres culturas diferentes se entrelazaron de manera no planeada y que hizo posible el surgimiento de una nueva realidad de civilización. Para desarrollar estudios con base en esa propuesta metodológica, esta obra de Blanco ofrece, sin duda alguna, valiosa información para los futuros investigadores.1

Para finalizar solo nos resta agradecer a los directivos de la Universidad del Norte que nos apoyaron en este proyecto, a la familia del autor, al equipo humano de la Editorial Uninorte y a los gobernadores del departamento del Atlántico Eduardo Verano y Antonio Segebre.

Alexander Vega Lugo

Jorge Villalón Donoso

(Compiladores)

Barranquilla, en noviembre de 2017

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1 Ortiz, Fernando. Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (1940). Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1987.

Introducción

JOSÉ AGUSTÍN BLANCO BARROS Y SU TRAYECTORIA AUTORAL POR LA GEOGRAFÍA Y LA HISTORIOGRAFÍA DE COLOMBIA

Luis Horacio López Domínguez

Antropólogo. Universidad de los Andes

Académico secretario de la Academia Colombiana de Historia

Por inmerecido encargo de los compiladores de las Obras completas del académico José A. Blanco Barros, me corresponde ejercer el rito de culminación de su trabajo —que en lo arquitectónico se conoce como “cierre de tejado”— al formular, a modo de introducción, unas anotaciones de guía a los lectores de este cuarto volumen, con el que concluye un largo y cuidadoso esfuerzo de los profesores Jorge Villalón y Alexander Vega, y por iniciativa de la Universidad del Norte, donde ejercen la docencia, entre otras, en la cátedra Historia de Barranquilla.

Con este volumen concluye aquel proceso editorial que fue adentrándose en la trayectoria investigativa y de acopio de la dispersa producción bibliográfica del académico Blanco Barros, singular colombiano, con una extensa obra escrita a lo largo de su memoriosa y productiva existencia. Edición acompañada de una calculada estrategia de difusión escalonada y que ha sido provechosa para los lectores y usuarios de las bibliotecas públicas de Colombia. Compilación impresa en cuatro volúmenes, acompañados de un conjunto de textos introductorios de gran utilidad, ya que ponen en valor los aportes investigativos del autor y reconstruyen etapas investigativas y de docencia a lo largo de su ciclo vital.

Quiero entonces reiterar mis agradecimientos por la invitación a escribir unas reflexiones en torno al contenido de este IV volumen, intitulado Geografía histórica, orientadas a establecer el entramado espacio-temporal del contenido de los textos que lo integran y que provienen de múltiples fuentes de publicaciones seriadas y de libros académicos y que muestran una diversidad temática de textos de geografía y de contribución al enriquecimiento a la historiografía colombiana.

EL ACADÉMICO BLANCO BARROS QUE CONOCÍ

Los volúmenes anteriores, estructurados temáticamente en torno a los referentes de fuentes coloniales de Barranquilla, de encomiendas, pueblos y haciendas de la provincia caribeña de Tierradentro, de censos, “sitios de libres” y pueblos de indios, hoy permiten disponer de una visión integral de estos territorios y a la vez reconstruyen la dinámica demográfica y logran una admirable unidad temática en aquellos primeros tomos.

Los textos reunidos en este cuarto y último volumen cubren una diversidad de temas, de extensión variada, y sobre los cuales haré unos comentarios sobre el origen y motivaciones del autor en diferentes momentos de su larga y activa vida, no solo como docente universitario sino como divulgador de sus hallazgos y de su producción bibliográfica, como miembro de dos entidades académicas a las que perteneció y a las que tanto aportó con sus colaboraciones a los órganos de difusión institucional: la Sociedad Geográfica de Colombia, que lo distinguió como académico correspondiente, de número y honorario, la más alta distinción, en 1965. A la Academia Colombiana de Historia ingresó el 18 de mayo de 1993 como académico correspondiente y disertó sobre “Demografía colonial de Tubará, en el departamento del Atlántico”; años después fue promovido a la categoría a académico de número y tomó posesión de la silla n° 21, el 24 de agosto de 1995, en reemplazo de monseñor Alfonso María Pinilla Cote, y disertó sobre “Francisco Javier Vergara y Velasco, geógrafo, historiador y cartógrafo”.

Con disciplina y constancia concurría a las sesiones de la Academia Colombiana de Historia y nos deleitaba con sus disertaciones, que luego fueron reproducidas en el Boletín de Historia y Antigüedades, la publicación seriada más antigua del país. Así mismo, la Academia le distinguió con la edición en sus colecciones de dos de sus obras, a las que haremos referencia más adelante, y en las que pude acompañarlo en el proceso editorial: una biográfica y otra de temas de la geografía e historia del sur de Tierradentro.

Tuve la oportunidad de ser interlocutor de vieja data del profesor Blanco Barros, y también el honor de ser vocero de la Academia Colombiana de Historia en un reconocimiento que la Universidad Javeriana y su Departamento de Historia le hicieran a su labor como docente en ese claustro, en 2004. Así mismo, fui contertulio en múltiples eventos y sesiones académicas. Tuve adicionalmente el privilegio de recibir sus observaciones a borradores míos que le pedía me revisara sobre aspectos lindantes con la geografía de Colombia, en particular a la obra que coordiné para el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en su 75° aniversario de su creación. Para el efecto, me hizo atinados y valiosos comentarios sobre el relieve y los pisos térmicos andinos, especialmente al sur de Colombia; hago esta mención, únicamente para ilustrar desde la perspectiva editorial la consulta que hacemos los responsables al círculo académico de amigos antes del último hervor de una obra en marcha y la generosidad del autor para con mis textos con amigable severidad.

De su trabajo investigativo siempre puso en evidencia un vínculo con sus cercanos amigos y colaboradores, y así lo consigna en casi todos los escritos cuando expresa honrados reconocimientos a quienes le apoyaron en sus publicaciones; primero en el ambiente íntimo de su hogar: el apoyo de Melania, su hija economista y dedicada lectora, a la par del aporte de las conversaciones, entrevistas, donaciones de textos e información de sus contertulios sabanalargueros, sus colegas de academia y aquellos que formaban el círculo íntimo de sus afectos.

PARA ESTA EDICIÓN, UNA RELACIÓN PRIVILEGIADA ENTRE EL AUTOR Y SUS COMPILADORES

Tuvieron un privilegio mutuo de intercambiar información en los primeros tres tomos el autor con sus compiladores y recibir orientaciones, absolver incógnitas y apoyar su labor editorial. Jorge Villalón es un aquilatado y versado historiador, especialista en la historia de Barranquilla; hace parte de la nómina de la Academia Colombiana de Historia como académico correspondiente y es mi colega como secretario de la Academia de Historia de Barranquilla, a la cual tanto empeño ha puesto en su revitalización. Alexander Vega, licenciado en Ciencias Sociales, participó en la creación de la asignatura Historia de Barranquilla en la Universidad del Norte desde 1994, que fue donde se tropezaron con la obra dispersa de Blanco Barros. Estas calidades profesionales y académicas han sido una garantía para el trabajo editorial y la rigurosa compilación de tan variada y dispersa obra en las publicaciones seriadas del siglo pasado dedicadas a la difusión de los estudios de la geografía y la historia de Colombia y de las ediciones de sus libros en los fondos editoriales del Banco de la República y las academias. Y sea ocasión para reiterar cómo este esfuerzo editorial ha puesto en valor ese corpus bibliográfico del académico Blanco Barros, quien tuvo la generosidad y el entusiasmo de dilucidar dudas y guiar a los profesores Villalón y Vega en su búsqueda de fuentes y en la preparación de los volúmenes primeros, hasta cuando la salud del autor lo permitió.

ESTE VOLUMEN REÚNE UNA DIVERSIDAD DE TEMAS Y REFERENTES BIOGRÁFICOS

Ya los comentaristas de los tomos anteriores plasmaron valiosos comentarios y testimonios sobre la trayectoria del académico Blanco Barros como docente y directivo de los programas de formación profesional en centros universitarios capitalinos y de provincia a los que se vinculó en forma activa y productiva. Sobran los comentarios sobre el particular.

Este cuarto volumen logra reunir una desigual producción en cuanto a extensión y contenidos: artículos metodológicos cortos, textos monográficos y otros a modo de biografías cortas y extensas en torno a diversos temas vinculados a la caracterización del territorio colombiano y a notas metodológicas y descriptivas de la diversidad geográfica y la complejidad que caracteriza este territorio “que se llamaría Colombia”, como lo bautizaron Francisco de Miranda, El Precursor, y El Libertador Simón Bolívar en su Carta de Jamaica de 1815.

Este volumen muestra varias características desde una perspectiva editorial. Es el resultado del acopio específico de la impronta académica del autor —como se ha dicho—, de su trayectoria como integrante de la Sociedad Geográfica de Colombia y la Academia Colombiana de Historia, y de otro considerable número de textos publicados en distintas publicaciones seriadas. Se reproducen diversidad de aspectos temáticos, metodológicos, de reseñas bio-bibliográficos de geógrafos que estudiaron este territorio y algunos otros textos muy puntuales en torno a temas geográficos y la caracterización de otros. Muestra en su heterogeneidad de fuentes el empeño de los compiladores por agotar las fuentes y ubicar los textos en diversidad de publicaciones periódicas.

También en este tomo se pueden inferir las decisiones del autor de publicar textos sobre historia local de Sabanalarga teniendo en mente un público lector objeto: sus paisanos sabanalargueros, en un artículo referente a la Semana Santa en su tierra, y otros un poco marginales, sobre los antecedentes de expresiones populares coloniales en el contexto de las carnestolendas y los carnavales previos a la cuaresma y que pasado el tiempo hicieron del Carnaval de Barranquilla un ícono del patrimonio inmaterial de la humanidad, declarado por la Unesco. Las referencias a los fandangos o “bundes” al son de tambor o “canjilones” animados con gritería y licor en documentos del siglo XVIII muestran las controversias entre la autoridad religiosa y el ambiente lúdico en los asentamientos como diversiones populares cuestionadas por los jerarcas y curas lugareños a los espacios festivos de libres y esclavos en los asentamientos del Caribe.

Es oportuno destacar su trabajo de compilador de fuentes institucionales. Me refiero a la reseña monográfica de la historia de la Sociedad Geográfica de Colombia, una admirable síntesis institucional, de gran utilidad y fruto de una paciente lectura de las actas y documentos históricos, la trayectoria cronológica de sus presidentes y la periodización de su devenir institucional y de sus publicaciones.

No es un arrume de temas históricos los reunidos en este tomo. Por el contrario, es oportuno manifestar la vigencia como referentes informativos de temas de actualidad, como las colaboraciones en la revista Credencial Historia sobre el archipiélago de San Andrés y la reseña de la cartografía de la batimetría y las mediciones y trazados de isobatas, sobre los fondos marinos del Archipiélago. Tema incluyente en el litigio y pretensiones de Nicaragua sobre nuestra plataforma continental. Recuerdo los animados diálogos e intercambios de información previos con el académico e internacionalista Dr. Enrique Gaviria Liévano.

Otros textos son, a su vez, el resultado de sus lecturas novedosas en la Academia Colombiana de Historia, como la colonización de la Sierra Nevada de Santa Marta y el poblamiento primigenio del Archipiélago, con analítico enfoque en el manejo de fuentes.

Otros textos reproducidos en este volumen constituyen admirable síntesis de sus conocimientos, fruto de la revisión minuciosa de cronistas de Indias y de fuentes documentales y publicaciones, tan útiles para los historiadores, como el de la invasión ibérica y alemana al territorio de los muiscas y posterior fundación de poblaciones y repartimiento de tierras e indios en encomiendas de la Sabana de Bogotá.

Otros —en contraste— son trazos muy sintéticos de aspectos particulares de una obra en marcha de mayor alcance: textos con carácter provisional, o mejor, antecedentes de libros reproducidos en los volúmenes anteriores y que no fueron desechados por los compiladores y aquí reproducidos nos señalan caminos para entender la obra mayor plasmada en un libro, años después. Es así como deben entenderse los trazos preliminares biográficos sobre su siempre admirado geógrafo e historiador Francisco Javier Vergara y Vergara como pionero en los trazados de las regiones naturales de Colombia, y que sus continuadores poco crédito dieron a su labor pionera en los modelos de regionalización. Con una recriminación que hizo explícita en la obra biográfica editada por la Academia Colombiana de Historia. Debe reiterarse, se trata de textos testimoniales de esbozos temáticos a las obras de mayor alcance que fue puliendo y acrecentando y que la Academia Colombiana de Historia publicó en su fondo editorial en 2006 y 2010.

ERUDICIÓN ENCICLOPÉDICA DEL AUTOR Y PROMOTOR DE NUEVOS CAMPOS INVESTIGATIVOS

Con el desarrollo personal de sus capacidades mentales, especialmente su inteligencia alerta y su “memoria de largo plazo”, logró el autor acumular en ficheros y archivos personales un repertorio de datos provenientes de fuentes documentales, bibliográficas y otras de tradición oral logradas a través de entrevistas abiertas y que pudo ir vinculando y ensamblando en los sucesivos textos que publicó en revistas y luego en sus libros. De parte del autor, la paciencia y la facilidad en el trato y su discurso erudito cuando se interesaba en un tema particular hicieron de esta compilación un verdadero legado exhaustivo, de su trabajo investigativo y docente.

Es conveniente subrayar aquí la diferencia en la actividad principal profesional del investigador, porque fue, sin duda y primordialmente, un educador. En el caso del profesor Blanco es más relevante la producción de varias de sus publicaciones por su orientación a que fueran lecturas de referencia para sus discípulos. No circunscrito a una simple lectura individual sino con proyecciones pedagógicas, más en un medio como el colombiano donde el acceso a las colecciones de publicaciones seriadas en su momento no era fácil para sus alumnos y tampoco estaban poco extendidos los hábitos de exploración bibliográfica en los alumnos de primeros niveles.

Los registros minuciosos de datos que formaron ese caudal acumulativo —producto del rastreo en sus incursiones por archivos y bibliotecas— le permitió redactar un cúmulo de textos con los que logró hacer en sus clases universitarias útiles definiciones y conceptos de referencia de las disciplinas de las ciencias de la tierra. Siempre con el propósito de brindar a sus alumnos y lectores profanos una visión didáctica aplicada de los conceptos geográficos básicos. Es lo que lo motiva también en su incursión a las fuentes de archivos, y que difunde en la revista Credencial Historia, referidos a los poblamientos precolombinos, españoles y republicanos.

La validación de los datos, la rectificación a publicaciones referenciadas y las novedades o aportes en su larga producción solo puede entenderse en un autor que conoce y sabe cómo agrupar, cómo distinguir e ilustrar procesos legales de personajes y burócratas coloniales extraídos y transcritos de legajos de archivos como censos, encomiendas y todos aquellos documentos que en horas largas de lectura pasaron por sus ojos alertas, formados en ese trabajo de transcripción de fuentes primarias. Lejano ese escenario mental de los actuales acopios y repertorios de Wikipedia donde se entremezcla valiosa información con equívocos juicios que se introducen en la construcción colectiva. Porque no debe olvidarse que la cantidad de datos a los que tiene acceso un usuario de Internet hoy no se compadece con la validez y calidad de lo que encuentra en sus búsquedas el usuario profano sin el bagaje del investigador experimentado que distingue lo pertinente de lo superfluo y que, en ocasiones, exige eliminar como equívocos históricos.

Como geógrafo se muestra cauteloso hacia futuros juicios de sus colegas sobre la dimensión temporal de los fenómenos que trata; lo que lo lleva a interrogarse sobre la validez de sus incursiones en tiempos de diversa duración, desde los fenómenos geológicos a la par de los demográficos, económicos y a la dicotomía presentepasado, pero un tanto esquivos sus planteamientos a los marcos teóricos de la evolución cultural y las mutaciones socioeconómicas de los modelos formulados por los economistas e historiadores profesionales contemporáneos.

Los procesos demográficos y la incidencia de las medidas coloniales, como un primer esbozo de sus preocupaciones en su primigenio objeto de estudio, le abren perspectivas que luego va a llevar a la verificación en el terreno sobre yacimientos arqueológicos, sobre la concentración en pueblos de indios al toque de campana del clérigo evangelizador y declives demográficos de la poblaciones nativas, así como la incidencia de las políticas coloniales ensayadas bajo diversos regímenes virreinales. Esbozos muy restringidos a sus interrogantes. Tal vez limitados en su acceso a otras perspectivas de los estudios comparados.

La cortapisa de los límites interdisciplinarios y los marcos descriptivos desde la geografía tradicional que le enfrentaban a colegas y a otros autores de antaño y hogaño los formula con honradez investigativa. Pero siempre pensando qué puede aportar, cómo esclarecer. Quizás la lectura actual de sus textos pueden señalar vacíos teóricos y metodológicos que no invalidan sus aportes pioneros de su trabajo archivístico, pues con frecuencia los teóricos son ajenos a los trabajos dispendiosos de verificación o búsquedas en fuentes documentales.

Sorprenden varias dimensiones en su trabajo: la forma sistemática, cuidadosa y sin afanes en el tiempo invertido para trazar, complementar con cuidado sus textos antes que mojen tinta. Otra, la diversidad de temas de interés investigativo de su área espacial de actividades exploratorias. En compartimientos estancos va acumulando datos que le permiten, como en un tejido de tramas múltiples, dar a conocer a sus lectores los textos reunidos en este último volumen y que hacen referencia a los motivos gestores de obras de mayor alcance y solidez, como ya se ha señalado. Son como los trazos inspiradores de una producción más robusta y podemos develar las motivaciones, los senderos que se propone recorrer y la cosecha que espera reunir en su recorrido por cientos de folios de documentos de archivo explorados con sentido riguroso de quien sabe qué busca y dónde hallarlo.

A diferencias de la hiperactividad y producción inmadura de los avances de autores noveles, en Blanco Barros se descubre la lenta paciencia y la pertinaz labor de los tiempos empleados en los procesos investigativos y en las horas en su gabinete, donde reflexiona y vincula datos que le permitirán ir configurando y enriqueciendo los esquemas primigenios de sus publicaciones. Un trabajo sin afanes, con una severa autocrítica, y así lo consigna en los reportes sobre sus hallazgos provisionales.

El recorrido temático en el que va enlazando textos de diversa magnitud en la obra nos muestra cómo los subproductos logrados de la transcripción de censos de población, lectura de visitas, procesos administrativos que combina con comunicaciones y datos extraídos de documentos conexos le permite una reconstrucción integral de procesos sociales, económicos y demográficos. Análogamente, podríamos asimilar su trabajo al empeño del restaurador de piezas arqueológicas, cuando va juntando y uniendo segmentos de una vasija y, en el trabajo archivístico, datos de diversos espacios lejanos o próximos, tratando de superar los vacíos que le deja la lectura de legajos del Archivo General de la Nación.

La disciplina de su formación de base y sus vínculos de socialización temprana por sus progenitores —docentes de trayectoria— hacen de su entrenamiento nemotécnico una útil y valiosa capacidad memorística para vincular en diversos momentos y áreas de investigación datos que para el profano parecieran irrelevantes, como ya lo hemos destacado.

Los contextos genealógicos, de cargos y responsabilidades de funcionarios, así como de los beneficiarios o protagonistas de hechos y acontecimientos o como autores de trabajos significativos, hacen que el autor los ponga en contexto y los ubique en una dimensión diacrónica.

Sus pretensiones académicas tienen un referente de difusión: poner al alcance de otros jóvenes investigadores sus hallazgos, con la modestia del picapedrero medieval que sabe que su talla contribuye en últimas a permitir la culminación de una catedral gótica y con la esperanza de que su labor tenga continuidad generacional. Hay en la producción bibliográfica que reúne este cuarto volumen un cúmulo de intereses temáticos, pero sobre todo el trabajo de complementación de fuentes por diversas vías. De ahí la vigencia de este volumen para los lectores jóvenes. Hay en el académico Blanco Barros una obsesión, diríamos contextual, y es enriquecer los textos con datos etnográficos, geográficos, genealógicos, demográficos, de visitas y pleitos que permitan contextualizar en el tiempo los procesos evolutivos de la cartografía, de los poblamientos del territorio, del control socioeconómico y comercial de las poblaciones emergentes, entre otros.

Desde que ingresa al medio académico su visión sociológica de las instituciones le hacen sumergirse en sus orígenes y con el propósito de dar cuenta acerca de cómo fue su evolución, cuáles los líderes, y sobre todo el referente espacio-temporal de qué se exploraba, qué se investigaba en fuentes primarias y secundarias y cuál era la dinámica de las entidades educativas, gremiales, profesionales y académicas ligadas a su quehacer investigativo como geógrafo y posteriormente las incursiones en el medio histórico.

Quiero subrayar los valiosos aportes de datos menudos con los que hace exuberantes sus textos sobre asuntos que han sido tratados desde décadas anteriores por otros y que tienen como referencia múltiples publicaciones de nacionales como de estudiosos extranjeros. Hay una preocupación por tratar de reconstruir las improntas cartográficas o textuales de cronistas, viajeros e investigadores en los periodos de larga duración. Con un sentido sin duda enciclopédico de los eruditos profesores de las disciplinas geográficas y sociales que le antecedieron, pero con el convencimiento de que sus informes investigativos serán de ayuda para los futuros lectores.

UNA MIRADA RETROSPECTIVA A LAS FUENTES Y LOS AUTORES, A LAS ENTIDADES ACADÉMICAS Y A LA PROFESIÓN

En los primeros volúmenes se concentraron las páginas de su trabajo medular de reconstrucción archivística de los procesos de poblamiento y caracterización de su espacio referencial de Barranquilla, Tierradentro y las localidades costeras del Caribe.

Los compiladores han realizado ahora una exquisita selección y concentración temática de textos en este volumen último, equilibrada entre geografía y una dimensión no ya del historiógrafo sino las preocupaciones metodológicas y los referentes de las disciplinas de tiempo y espacio. La geografía, la demografía histórica y los procesos socioeconómicos de poblamiento. Al lector que no tiene como referente y no ha leído los volúmenes anteriores le parecerá muy desigual y como englobadas en los raseros viejos de las publicaciones denominadas como “misceláneas”, pero como se observa en la lectura, responden a diversas fechas de edición.

La vigencia de los temas que trabajaba en diversos periodos hizo que algunos de ellos fueran más bien obras por encargo y en otros, en el caso de la Academia Colombiana de Historia, de un consenso en las líneas investigativas y de publicaciones en las que se enmarcaron sus colaboraciones tanto del Boletín de Historia y Antigüedades como de la programación editorial anual de libros.