Edición: Norma Suárez Suárez

Corrección: Aida Elena Rodríguez Reiner Diseño de cubierta: Carlos Javier Solis Méndez Diseño interior: Oneida L. Hernández Guerra Composición digitalizada: Norma Collazo Silvariño

Ajuste y conversión ebook: Enrique G. M.

© Tomás Diez Acosta, 2017

© Sobre la presente edición:Editorial de Ciencias Sociales, 2018

ISBN 978-959-06-1999-1

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Presentación


El presente ensayo —Un intento de revancha— que ponemos a la consideración del lector, tiene el propósito de analizar las relaciones de confrontación Estados Unidos-Cuba durante la administración Nixon, transcurrido entre el 20 de enero de 1969 y el 8 de agosto de 1974. El pueblo cubano tuvo nuevamente que enfrentar un gobierno muy hostil, en particular su Presidente, quien pretendió tomar revancha y revertir la paz del país alcanzada después de la derrota de la vía armada de la guerra sucia protagonizada por la contrarrevolución interna, alentada y financiada por los Estados Unidos, desde 1959 hasta 1965.

Basado en fuentes documentales del Gobierno norteamericano, recientemente desclasificadas, la obra estudia cómo Nixon —en contradicción con los preceptos de la Realpolitik que sustentaron la política y la doctrina exteriores de su administración— intentó proseguir el fracasado camino de la confrontación violenta del cual, una década antes, había sido uno de sus principales promotores desde la vicepresidencia de los Estados Unidos. Sin embargo, la situación interna y externa de ese país y Cuba no lo permitió. El bloqueo económico, comercial y financiero; el aislamiento diplomático y la guerra psicológica siguieron siendo los métodos principales empleados en su política anticubana.

El derrocamiento del Gobierno Revolucionario prevaleció como el objetivo principal de la estrategia política de esa nueva administración, desoyendo a los funcionarios dentro del propio gobierno que proponían una renovación de la política hacia Cuba. Uno de los problemas para alcanzar ese objetivo subversivo era el desencanto y la frustración de los elementos disidentes internos a la Revolución que, en su mayoría, desecharon el camino de la oposición armada y prefirieron la emigración hacia los Estados Unidos.

La unidad del pueblo cubano en torno a la Revolución constituía, en lo fundamental, el principal valladar en el cual se estrellaban los planes anticubanos de las administraciones estadounidenses. Destruir ese obstáculo constituyó un propósito de la política subversiva de la administración Nixon para lo cual se elaboraron planes. En esa dirección, sus estrategas consideraron aprovecharse de los problemas objetivos que atravesaba la economía cubana, en particular, obstaculizar la meta de alcanzar, en la zafra azucarera de 1970, los diez millones de toneladas de azúcar, con la creencia que ese revés provocaría un descontento popular generalizado que podría traducirse en divisiones en el seno de la dirección de la Revolución que propiciarían las condiciones para una insurrección armada.

No fue casual que durante los primeros dos años de mandato de Nixon se produjeran nuevas acciones clandestinas y de sabotajes para entorpecer la economía, en particular la zafra de 1970, mediante la infiltración de grupos mercenarios y las amenazas de invasiones paramilitares. La meta de los diez millones no se logró, pero no se debió a esas acciones. Este revés, como en otras ocasiones, sirvió para iniciar todo un proceso de fortalecimiento en todas las esferas de la vida política, económica y social de la nación, el cual los enemigos trataron infructuosamente de entorpecer.

Una de las agresiones que causó grandes daños económicos al país y atentó contra la alimentación del pueblo fue la introducción del virus de la fiebre porcina africana. Creció el acoso y detención de naves pesqueras y sus tripulaciones por los guardacostas estadounidenses. Con absoluta impunidad actuaron los grupos terroristas y criminales contrarrevolucionarios radicados en los Estados Unidos, ejecutaron ataques piratas contra objetivos económicos y poblados indefensos en las costas y atacaron naves de pesca cubanas, secuestrando a sus tripulaciones. Continuaron las peligrosas salidas ilegales del país, en especial por la Base Naval de Guantánamo. Igualmente, la CIA y la contrarrevolución prepararon planes de atentados contra la vida de Fidel y otros dirigentes. Sin embargo, todas estas acciones no llegaron a alcanzar la proporción que tuvieron en la década de los sesenta.

En ese contexto agresivo también se produjeron momentos de crisis y tensión. Uno de ellos lo constituyó la “crisis” de los submarinos soviéticos en Cienfuegos que fue resuelta bilateralmente, de manera diplomática, entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Otro momento de conflicto estuvo motivado por la actuación de impunidad que gozaban los grupos terroristas de origen cubano en los Estados Unidos, cuyas fechorías eran alentadas —y hasta publicitadas— en ese país, como el ataque criminal al caserío de Boca de Samá, lo cual provocó la reacción del Gobierno Revolucionario, dando lugar a lo que en el presente ensayo he denominado como la “crisis de los buques madre”. En 1972, el declive de los grupos y organizaciones contrarrevolucionarias fue un hecho innegable. En ese contexto tomaron fuerza los grupos terroristas, de corte fascista, que llamaban a la guerra contra Cuba “por los caminos del mundo”.

En contraste con todo lo anterior, durante la administración Nixon se produjo la búsqueda con el Gobierno cubano de un acuerdo contra los secuestros aéreos, los cuales se habían convertido en un problema para su seguridad nacional. A pesar del tortuoso y prolongado proceso de negociaciones, en febrero de 1973 se pudo arribar, entre ambos países, a un memorando de entendimiento contra el secuestro de naves aéreas, marítimas y otros delitos, mutuamente satisfactorio, pues detuvo los secuestros de aviones norteamericanos que llegaban a Cuba; pero a su vez, frenó las acciones de piratería que se preparaban desde el territorio de los Estados Unidos. El acuerdo concertado no pudo ser el preámbulo de un proceso de normalización de las relaciones diplomáticas estadounidense-cubanas, por la postura intransigente de Nixon.

Como resultado de las derrotas de la administración por doblegar al pueblo cubano, no fueron pocas las voces que —por primera vez desde el triunfo de la Revolución en 1959— se levantaron en el Congreso en demanda de una nueva reevaluación de la política anticubana de la administración de aislamiento político y económico, pues su fracaso era evidente. Para muchos legisladores la doctrina de distensión practicada con la Unión Soviética y la República Popular China, era incongruente con la política que se realizaba hacia Cuba.

El maridaje de Nixon con la contrarrevolución fue muy sólido durante su administración, cuyo ejemplo fehaciente fue el escándalo Watergate. De los cinco individuos arrestados por el asalto al edificio Watergate, la sede del Comité Nacional del Partido Demócrata, cuatro eran cubanos y todos habían estado implicados directamente en actividades contra Cuba. Watergate constituyó uno de los escándalos más grande en la historia de los Estados Unidos, que provocó la renuncia de Richard Nixon a la Presidencia de ese país el 8 de agosto de 1974.

La presente obra está estructurada en siete capítulos. El primero, “El contexto”, tiene el objetivo de abordar, en lo fundamental, la situación internacional, regional e interna de los Estados Unidos y Cuba que condiciona y, en muchos casos, son determinantes en el curso de los acontecimientos estudiados en el ensayo. El segundo, “La política de Nixon hacia Cuba: continuidad y ruptura”, está dedicado a las evaluaciones que durante el primer año de esa administración se realizaron por el Departamento de Estado y la CIA de la política que hasta ese momento se ejecutaba hacia Cuba y la necesidad de introducir cambios acorde a la situación existente. La postura intransigente de Nixon ante la Revolución Cubana no posibilitó ningún cambio esencial, más bien reafirmó las líneas agresivas que durante una década se practicaron. El tercero, “La CIA y la guerra económica secreta contra Cuba (1969-1970)”, explica y ejemplifica cómo fue empleado el exilio contrarrevolucionario en la ejecución de los planes concebidos a entorpecer el desarrollo social y económico de Cuba. Expone también en qué consistió la llamada “crisis de los submarinos soviéticos en Cienfuegos”, demostrativo del intenso espionaje aéreo al que era sometido el territorio nacional cubano por los servicios especiales de los Estados Unidos.

El capítulo cuatro, “Otras acciones de la guerra económica contra Cuba”, muestra la continuación de distintas variables de las acciones de guerra económica, psicológica y bacteriológica que la administración Nixon aplicó, entre estas se destacaron el acoso a los pescadores cubanos y la introducción del virus de la fiebre porcina que tanto daño causó al país. El capítulo cinco, “El declive de los grupos contrarrevolucionarios” demuestra el fracaso del exilio, en especial del Plan Torriente, para cambiar el curso revolucionario cubano, a pesar del apoyo e impunidad que gozaban para sus fechorías criminales. Un aspecto destacado en ese contexto fue la crisis de los “buques madre”, como resultado de la respuesta cubana al criminal ataque al caserío de Boca de Samá.

El sexto capítulo, “El acuerdo sobre secuestros de naves aéreas, marítimas y otros delitos”, demuestra cómo en un ambiente de hostilidad y de notables diferencias con Cuba se pudo negociar un acuerdo mutuamente satisfactorio para ambos países. Por último, el séptimo, “Debacle de un Presidente”, abarca el segundo período de mandato de Nixon, en el cual se resume la actividad terrorista de los grupos fascistas de la contrarrevolución en los Estados Unidos, los debates en el Congreso alrededor de las relaciones con Cuba y, finaliza, con el escándalo Watergate que provocó la renuncia de Nixon, en el cual tuvieron una importante participación figuras del exilio cubano.

Espero que este ensayo histórico que presentamos sea de utilidad y contribuya a conocer más de la historia de agresiones de los Estados Unidos contra Cuba que, a lo largo de más de medio siglo, ha tenido que enfrentar el pueblo cubano en defensa de su soberanía nacional.

1. El contexto