SOBRE EL AUTOR

El doctor Bruce Fife es escritor, conferenciante, nutricionista titulado y médico naturópata. Ha escrito más de veinte libros, entre ellos, Water for Health and Healing, El milagro del aceite de coco y Eat Fat, Look Thin. Es editor de Healthy Ways Newsletter, y presidente del Coconut Research Center (www.coconutresearchcenter.org), entidad sin ánimo de lucro cuyo objetivo es divulgar las propiedades nutritivas y beneficiosas para la salud del coco.

El doctor Fife está reconocido internacionalmente como la mayor autoridad sobre los aspectos nutritivos del coco y temas afines. Fue el primero en recopilar los estudios médicos sobre los beneficios de esta fruta para la salud y exponerlos en un formato comprensible y de lectura accesible para el público general. Como tal, viaja por todo el mundo para desvelar por igual a profesionales de la medicina y gente corriente las maravillas del coco. Por esta razón se le suele llamar el «gurú del coco», y mucha gente lo llama cariñosamente «doctor Coco».

Para una copia de muestra del Healthy Ways Newsletter del doctor Fife o para suscribirse gratuitamente al boletín, se puede visitar la página www.coconutresearchcenter.org/newsletter-sample.htm

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Título original: Oil Pulling Therapy: Detoxifying and Healing the Body Through Oral Cleaning

Traducido del inglés por Roc Filella Escolá

Diseño de portada: Editorial Sirio S.A.

Composición ePub por Editorial Sirio S.A.

Imagen de portada: ©Halfpoint-Fotolia.com

Una verdad nueva es un nuevo sentido,
porque conlleva la capacidad de ver cosas que antes no podíamos ver
– y cosas que no pueden ver quienes no conocen esa verdad.

WESTON A. PRICE,

ODONTÓLOGO

portada
portadilla

Capítulo 1

rallitas

UN NUEVO SISTEMA PARA
GOZAR DE MEJOR SALUD

LOS ENJUAGUES CON ACEITE ME DEVOLVIERON LA VIDA

¿Tomar una cucharada de aceite vegetal, ponérmelo en la boca y distribuirlo por toda ella? Tara no se lo podía creer. ¿Cómo era posible que enjuagarse la boca con aceite mejorara la salud? Sencillamente, no parecía que tuviera sentido. Pero cuando inició esa inusual terapia, sus dudas se convirtieron en convencimiento.

«Empecé con los enjuagues hace siete meses –nos relata Tara, de Melbourne (Australia), en un mensaje dejado en www.earthclinic.com–. Hacía catorce años que padecía fatiga crónica [...] Estaba postrada en la cama y tenía una movilidad reducida».

La fatiga crónica no era su único problema. Tara también padecía fibromialgia… «Sufría dolores crónicos y tenía ideas suicidas. Apenas podía mover la lengua y me era imposible andar. Estaba muy enferma. Nunca antes había padecido nada de tanta gravedad».

La terapia del oil pulling le cambió por completo la vida, con una mejoría evidente día tras día: «Seguí con los enjuagues con aceite, y los cambios se fueron sumando progresivamente, hasta que al cabo de un par de semanas recuperé la salud normal [...] Hoy me encuentro bien y con fuerzas, y no necesito descansar tanto. Llevaba muchos años en esas condiciones, y el oil pulling me devolvió la vida. También me solucionó un problema de la piel con el que nada parecía que sirviera [...] Los enjuagues me han cambiado la vida». En pocas semanas, Tara había superado dos enfermedades crónicas que los médicos aseguran que son incurables.

«Es la terapia más eficaz que nunca he seguido –afirma Lee, de West Bountiful (Utah), en un mensaje a www.earthclinic.com–. Llevo un mes y tres días enjuagándome la boca con aceite, y mi mujer también. Es para ambos una experiencia desconcertante. Me siento mucho más sosegado, digiero mucho mejor y las deposiciones son más regulares, duermo estupendamente y ha desaparecido la distensión muscular que sufría. Tengo sesenta y cinco años, siento los dientes mucho más firmes y tengo la sensación de que me muevo en el cuerpo de alguien más joven».

Lee está tan convencido de la eficacia de esta sencilla terapia que dice: «Tonto es quien no estudie y pruebe este sistema durante un mes para comprobar que funciona».

¿Basta con un mes para invertir situaciones crónicas de muchos años? En los casos de Tara y Lee fue suficiente. Otros convienen en que necesitan uno o dos meses para conseguir resultados importantes.

«Pensé que era muy joven para tener artritis –es el testimonio de Catalina, de Puerto Vallarta (México), en un mensaje dejado en www.earthclinic.com–, pero empezaban a dolerme las articulaciones de los hombros, la cadera, las rodillas, los pies y el cuello. Después de dos meses de oil pulling, desaparecieron todos los dolores, y seis meses después sigo sin ellos. Tengo los dientes más blancos, la lengua más limpia y sonrosada, las encías de color más vivo, se me han reducido las bolsas oscuras de la parte inferior de los ojos y tengo menos canas. Sí, es verdad. Mi marido y yo hemos observado que las canas han disminuido en un 50%, y que vuelve a crecernos el pelo castaño».

También Catalina, como Lee, se siente más joven: «Duermo más profundamente, tengo más energía y me siento mucho mejor en todos los sentidos. Sé que suena demasiado bien para que sea verdad, pero después de nueve meses de oil pulling, no entiendo que todo se pueda deber a un efecto placebo. Hay algo que funciona. Nunca dejaré los enjuagues». Catalina coincide con Lee: «Pruébalo treinta días, y notarás los resultados».

Como afirmaba Tara, y en lo que probablemente Lee y Catalina estarían de acuerdo: «El oil pulling me devolvió la vida».

¿QUÉ ES TODO ESTO?

Los cambios de los que hablan Tara, Lee y Catalina parecen increíbles. ¿Es posible algo así? Por mis estudios y práctica de la medicina, era escéptico. Cuando oí hablar del oil pulling por primera vez, pensé, como hacen muchos, que era demasiado simple para que tuviera algún valor. ¿Cómo podía ser que enjuagarse la boca con aceite vegetal curara la artritis o la fatiga crónica? No tenía sentido. Lo que enmarañaba aún más el misterio era que la mayoría de quienes practicaban el oil pulling en aquella época lo hacían con aceite de girasol. No se conoce ninguna propiedad curativa especial de este aceite, así que me dispuse a olvidarme del asunto sin molestarme en indagar más sobre él.

Sin embargo, en los meses siguientes, seguí oyendo hablar del oil pulling, y muchas personas parecían convencidas de que algo había de verdad en él. Los testimonios parecían sinceros y convincentes. Eran explicaciones de primera mano, no historias que me contara el hermano de la mejor amiga de la hermana de quien fuera. Por carácter y formación, soy muy escéptico ante las «curas milagrosas», y cuestiono cualquier tratamiento cuya eficacia no esté demostrada, en especial los del campo de la salud natural. He visto que muchos tratamientos «naturales» han demostrado ser completamente inútiles. Lo habitual es que los promoviera alguna empresa para aligerar el bolsillo de los demás y llenarse el propio. Pensaba que estaba ante una más de esas falsas curaciones. Sin embargo, empecé a oír tantas cosas sobre los enjuagues con aceite que decidí estudiar el tema mejor para ver de qué iba todo aquello.

Busqué en Internet y encontré varias páginas en las que se hablaba de la técnica, además de muchos testimonios como los expuestos antes. Indagué en un intento de hallar información técnica, pero no encontré nada. Sin embargo, me llamó la atención que en ninguna de esas páginas se vendiera nada relacionado con el oil pulling. No lo promocionaban con fines lucrativos, sino simplemente para informar. La mayoría de las terapias y productos nuevos tienen alguna relación comercial. Era agradable observar que no ocurría así con el objeto de mis indagaciones.

Averigüé que el oil pulling no era un invento nuevo ni ningún inteligente truco comercial. Se trataba de una técnica que se llevaba practicando durante generaciones en la medicina ayurvédica. En los últimos años ha despertado mayor atención debido a la obra del doctor F. Karach, que la ha perfeccionado e incorporado a su práctica profesional, con notables resultados. En una conferencia que pronunció en Ucrania, explicó su técnica, que había despertado mucho interés, en especial en la India, donde la medicina ayurveda tiene un gran prestigio.

Al empezar a leer sobre el tema, pronto me di cuenta de que los increíbles efectos curativos asociados con los enjuagues con aceite tenían una razón lógica y de base científica, pero nadie parecía saber cuál era. Leí todo tipo de teorías sobre cómo funciona el oil pulling –succiona las toxinas del flujo sanguíneo a través de una vena que discurre por debajo de la lengua, la boca absorbe los ácidos grasos esenciales del aceite, activa las enzimas desintoxicantes especiales presentes en la saliva, equilibra los chakras o el flujo de energía chi, etc.– y todas tenían muy poca credibilidad. La gente no sabía por qué ni cómo funcionaba, así que sus explicaciones eran las que más posibles se les antojaban. Me sorprendió que nadie mencionara la que, para mí, parecía ser la explicación más evidente.

LA BOCA ES EL ESPEJO DEL CUERPO

Hace unos años escribí un libro sobre los beneficios del aceite de coco para la salud: El milagro del aceite de coco. Mientras investigaba para aquel libro descubrí la clave que desvelaba el misterio que se esconde en el oil pulling. En publicaciones especializadas de medicina, y odontología en particular, había multitud de estudios que hablaban de la relación entre la salud bucal y la enfermedad sistémica. Empecé una investigación exhaustiva de cientos de estudios, y cuanto más buscaba, más pruebas hallaba que confirmaban la eficacia de los enjuagues con aceite como método terapéutico.

Se dice que los ojos son el espejo del alma. Pues bien, del mismo modo, la boca lo es del cuerpo. Con la observación de la boca, se pueden descubrir muchos datos sobre la salud de la persona. Los dientes infestados de caries, las encías tumefactas e inflamadas, el mal aliento, la decoloración de la lengua, las encías retraídas y sangrantes, los dientes amarillentos, la acumulación de placa bacteriana y sarro, los empastes, la falta de dientes, etc., son todos signos que reflejan el estado de salud del individuo. La boca forma parte del tracto digestivo. Si se mira en su interior, se ve una representación de la situación de todo el tracto intestinal. Si la boca está sana, también lo estarán los intestinos. Si los dientes y las encías se están deteriorando, la persona se está deteriorando también. La boca puede revelar señales de diabetes, sarampión, rubeola, leucemia, sífilis, sida, bulimia, colon irritado, ardor de estómago, cáncer y otras dolencias. 1

Las bacterias y otros microorganismos que habitan en la boca afectan a la salud y están afectados por ella. La enfermedad influye en el tipo de bacterias que se desarrollan en el revestimiento de la boca, la lengua y la garganta. Las primeras fases del cáncer, por ejemplo, se pueden detectar por el tipo de bacterias presentes. Unas bocas contienen bacterias más perjudiciales que otras. Si estos organismos consiguen entrar en la corriente sanguínea, pueden producir estragos en todo el cuerpo.

Sabía que las bacterias de las infecciones orales podían penetrar en la sangre y causar infecciones en otras partes del cuerpo. Hay una serie de estudios que así lo demuestran. Lo que quería averiguar es de qué forma las bacterias bucales podían provocar o desencadenar artritis, fatiga crónica, diabetes y el resto de los trastornos para los que la gente asegura que los enjuagues con aceite son útiles.

Parece que el oil pulling es un método excelente para mejorar la salud bucal. Absorbe o saca (pull) las bacterias y las toxinas causantes de las enfermedades que se acumulan alrededor de los dientes y las encías, de modo que limpia la boca mucho mejor que cualquier cepillo de dientes o limpieza de boca. Existen innumerables testimonios sobre la eficacia de los enjuagues con aceite para blanquear los dientes, eliminar la placa dental, reducir la inflamación y la infección de las encías y mejorar la salud general de la boca. Si esta es el espejo de la salud de la persona, es comprensible que el oil pulling pueda influir en el estado general del cuerpo.

Otro indicio de la legitimidad de los enjuagues con aceite procede del doctor Joseph Phillips, cirujano dental y periodontista de Osseo (Wisconsin). Hace más de sesenta años, el doctor Phillips desarrolló una técnica para «sacar» las infecciones y los gérmenes de la boca utilizando un sistema muy distinto del oil pulling, pero con resultados notablemente parecidos. Su sistema se conoce como Phillips Blotting Technique (técnica Phillips de desecado) y se sigue practicando en la actualidad. Se dice de él que elimina la halitosis, las caries, la placa dental, el sarro y la gingivitis. Elimina las bacterias y toxinas que provocan las infecciones bucales. Estas infecciones, si no se tratan adecuadamente, se pueden extender a otras partes del cuerpo, provocando todo tipo de dolencias infecciosas y crónicas.

Se ha dicho que la técnica Phillips de desecado no solo mejora la salud dental, sino también problemas sistémicos como la artritis y la dermatitis. Con ella se utiliza un cepillo de dientes de diseño especial. El cepillo desecante se parece a cualquier otro tradicional, pero se sujeta de forma distinta, tiene mayor densidad de cerdas y estas son de relieve más pronunciado. Los dientes no se cepillan, sino que se secan. Mediante la acción capilar, las bacterias que forman la placa se retiran de los dientes y las encías y se adhieren a las cerdas.

Quienes han utilizado la técnica Phillips de desecado dicen que se han recuperado completamente de la gingivitis y de las caries. La técnica del doctor Phillips fue diseñada específicamente para mejorar la salud bucal, cosa que al parecer hace a la perfección, pero como consecuencia de la eliminación de la boca de las bacterias causantes de enfermedades también mejoran otros diversos problemas de salud.

Me sorprendió la similitud entre el oil pulling y la técnica Phillips. Los dos son muy eficaces para eliminar las bacterias causantes de diferentes dolencias y mejorar la salud bucal. Las personas hablan de notables recuperaciones de problemas de salud dental y sistémica gracias a ambos métodos. Sin embargo, los enjuagues con aceite tienen varias ventajas: además de que no hay que comprar ni utilizar ningún cepillo especial, los enjuagues se pueden hacer en cualquier lugar y son mucho más minuciosos. El cepillo no puede llegar a todos los rincones y recovecos de la boca. En cambio, el aceite baña todas las superficies de los dientes, las encías y otros tejidos blandos, por lo que la limpieza es mucho mayor y minuciosa.

UNA CURA SENCILLA

A diferencia de la mayoría de los tratamientos médicos, los enjuagues con aceite son muy sencillos, completamente inocuos y muy baratos. No cuestan más que lo que pueda valer una cucharada de aceite vegetal al día –menos incluso que una tableta de vitaminas–. Sin embargo, es una de las formas de terapia más eficaces que jamás he visto. Como médico especialista en nutrición y naturopatía, he conocido muchas formas de terapia. Después de estudiar el oil pulling y de probarlo yo mismo, puedo asegurar que supera con mucho a cualquier otra forma de terapia natural.

Una de las cosas que realmente me impresionaron durante mis investigaciones fue la gran cantidad de testimonios sobre la eficacia del oil pulling, lo cual es importante. Si las reacciones positivas fueran escasas, se podrían atribuir al propio deseo de curarse o al efecto placebo, pero las de los enjuagues con aceite eran tantas que no se las podía ignorar. El simple volumen de resultados positivos demuestra que algo está sucediendo; no se puede deber todo a una histeria o una obsesión masivas sobre el tema.

El resultado más evidente del oil pulling es una mejor salud bucal. Los dientes se vuelven más blancos, las encías más sonrosadas y con un aspecto más sano, y el aliento más fresco. Esto solo bastaría para certificar la utilidad de los enjuagues. Pero lo verdaderamente notable es que los beneficios para la salud no acaban aquí. También mejoran o se solucionan completamente muchos problemas de salud, incluidos algunos para los que la ciencia médica aún no ha encontrado remedio. El oil pulling tiene el potencial de ayudar prácticamente en cualquier enfermedad o dolencia crónica.

La siguiente es una lista de algunas de las dolencias más habituales que las personas afirman que han reaccionado con los enjuagues con aceite vegetal:

Absceso dental

Acné

Alergias

Artritis

Asma

Bronquitis

Caries

Colitis

Congestión nasal

Dermatitis

Diabetes

Dolor de espalda y cervicales

Eccema

Encías sangrantes

Enfermedad de Crohn

Enfermedad periodontal

Estreñimiento

Fatiga crónica

Halitosis

Hemorroides

Hipertensión

Insomnio

Jaquecas

Síndrome premenstrual

Sinusitis

Úlceras pépticas

Además de las dolencias anteriores, estudios médicos señalan que las siguientes también pueden estar relacionadas directamente con la salud bucal y responder a la terapia de los enjuagues:

Absceso cerebral

Acidosis

Aterosclerosis

Cáncer

Cardiopatía

Derrame cerebral

Enfermedad de Paget

Enfermedad hepática

Enfisema

Episodios psicóticos

Gota

Hiperglucemia

Infertilidad

Insuficiencia renal

Mal de la vesícula biliar

Meningitis

Muchos tipos de enfermedades infecciosas

Neumonía

Osteoporosis

Parto prematuro o con bebé de peso insuficiente

Preeclampsia

Síndrome de distrés respiratorio del adulto

Síndrome del shock tóxico

Trastornos de la sangre

Trastornos nerviosos

Básicamente, la salud de la boca y los tipos de organismos que viven en ella pueden afectar a todas las partes del cuerpo.

LA NUEVA TERAPIA DEL OIL PULLING

Durante mi investigación, me impresionó la cantidad de estudios específicos relacionados con la terapia de los enjuagues con aceite. Aunque los que trataban de los efectos del propio oil pulling eran pocos, había cientos de investigaciones que relacionaban la salud bucal con enfermedades sistémicas y crónicas. Existía una sólida base científica de los muchos efectos positivos que se observaban en el oil pulling.

Empecé yo mismo a enjuagarme la boca con aceite, en mi caso con aceite de coco. Para conseguir resultados pronto, comencé a hacerlo tres veces al día, con el estómago vacío, antes de cada comida. Los resultados fueron casi inmediatos, pero distintos de lo que jamás hubiera esperado. Empecé a moquear y enronquecer de forma inhabitual, una situación que poco a poco derivó en laringitis. Al principio pensé que se trataba de la gripe, pero hacía más de ocho años que no había padecido un resfriado y mucho menos gripe, y nadie de la familia ni del trabajo estaba enfermo. Lo raro de esa «gripe» era que no me encontraba mal. Tenía la fuerza de siempre, dormía bien y no sentía ninguno de los dolores típicos que se asocian con esa enfermedad. Pronto me di cuenta de que no era gripe, sino una reacción limpiadora debida a los enjuagues con aceite. Había leído de otras personas que habían experimentado las mismas crisis curativas cuando empezaron con el tratamiento. Lo que realmente me convenció de aquella experiencia fue enterarme de un hombre que había desarrollado unos síntomas exactamente iguales que los míos. Al cabo de unos días, todos ellos desaparecieron. De vez en cuando aparecían otros distintos. Tuve un dolor de muelas que se prolongó un día entero, y del mismo modo que llegó se desvaneció. Dos días después, empezó a dolerme otro diente, un dolor que también despareció al día siguiente. En ocasiones sufría un ataque de tos y expulsaba una mucosidad muy compacta.

Me pareció muy interesante, porque he seguido muchos programas de «desintoxicación», y el oil pulling funcionaba como el mejor para eliminar toda la porquería de mi cuerpo y, debo admitirlo, lo hacía sin exigirme apenas esfuerzo alguno. Los enjuagues, por ejemplo, son mucho más fáciles que una dieta de solo agua. Tenía la boca claramente más limpia y de aspecto mucho más sano. Los dientes empezaron a adquirir un color más blanco y la lengua, un color sonrosado; además, tenía el aliento puro y fresco.

El cambio más evidente se reflejaba en mi cara. Llevaba treinta años batallando con una dermatitis crónica. Apareció por primera vez cuando estaba en la universidad. De forma periódica, se me enrojecían la cara y el pecho, con un color rojo brillante. Se me descamaba la piel, lo cual me provocaba muchos picores y dolor. A veces la inflamación era tan aguda que la piel se me agrietaba y supuraba. Fui a varios dermatólogos pero ninguno supo de qué se trataba ni le dio mucha importancia; solo me decían que usara cremas con cortisona para reducir la inflamación y que no me preocupara.

Con el paso de los años, la dolencia se agravó y se manifestaba con mayor frecuencia. Llegó un momento en que la inflamación de la cara y el pecho se prolongaba las veinticuatro horas del día, unas veces de forma más aguda que otras. Probé todo tipo de cremas, lociones, medicamentos, suplementos dietéticos y hierbas, sin resultado alguno. Incluso me hice pruebas para detectar posibles alergias o intolerancias a algún tipo de alimento, también sin resultado alguno.

Comencé a cuidar mejor de mi salud y a estudiar dietética, nutrición y medicina natural. Cambié de dieta por completo. Tardé varios años, pero con la mejora de la dieta mejoraba también mi piel. La inflamación remitía y la descamación era menos frecuente. Se trataba, sin lugar a dudas, de una mejora sustancial, pero no completa. Seguí varios programas de desintoxicación, incluidas muchas dietas a base de agua o zumos de hasta treinta días, pero el problema no se solucionaba. Seguía con las rojeces y las escamas de la piel.

Observé que cuando tenía debilitado el sistema inmunitario debido a un estrés excesivo, una infección o el consumo de demasiado azúcar, aparecían de nuevo las erupciones. Algunas sustancias, en particular el glutamato monosódico, también me debilitaban el sistema inmunitario y me provocaban sarpullidos. Cuando comía fuera de casa, podía decir si el restaurante en cuestión utilizaba glutamato monosódico, porque en un par de horas la cara se me llenaba de erupciones de aspecto horrible, que me picaban mucho y duraban varios días.

Desde el primer momento en que empecé con los enjuagues con aceite, las rojeces de la cara desaparecieron por completo, y desde entonces no he tenido ninguna erupción, ni siquiera cuando (en Navidad) me excedo con la comida y tomo mucho más azúcar del habitual. Esto es algo que quiero destacar. El oil pulling ha hecho por este problema mucho más que cualquiera de los programas de desintoxicación que jamás he probado, incluidas las dietas prolongadas. Hoy creo que los sarpullidos se debían a bacterias que habitaban en mi boca. Cuando mi sistema inmunitario flaqueaba, las bacterias podían proliferar. Probablemente las toxinas que liberaban esas bacterias eran las que hacían que mi piel reaccionara y se quebrara. En ese punto, supe que los enjuagues con aceite funcionaban y podían ser el sistema más eficaz para mejorar la salud de forma natural.

También ocurrió otro hecho importante. Toda la vida he tenido mucha caspa. No era un poquito aquí y allá, sino escamas enormes que caían por todas partes. Nada de lo que probaba la detenía. Lo único que podía hacer era controlarla con un champú medicinal. Los champús y jabones corrientes no servían de nada. Necesitaba un champú especial anticaspa. Cuando descubrí las propiedades del aceite de coco, sustituí por este todos los champús. Me masajeaba la cabeza con aceite de coco, dejaba que me impregnara el pelo unos minutos y luego me lo lavaba con un gel corriente. Para evitar una auténtica tormenta de nieve, tenía que usar de forma habitual champú anticaspa o aceite de coco. Si los dejaba más de una semana, la caspa reaparecía con fuerza, como si quisiera vengarse.

Como el oil pulling me había ido tan bien para la cara, pensé que también produciría un efecto en la caspa crónica. Así que, como experimento, dejé el aceite de coco y pasé a lavarme el pelo con un champú corriente. Lo normal era que la caspa reapareciera al cabo de más o menos una semana. Pasaron siete días y no había señal alguna de ella. Quince días, y sin signos evidentes. Dos semanas sin caspa. Estaba asombrado. Al cabo de tres semanas, el 95% de mi cabeza aparecía libre de esta afección. Nunca antes, sin ayuda del aceite de coco o algún champú medicinal, pude conseguir estar tanto tiempo sin caspa; nunca. Este problema lo provoca un hongo (Malassezia globosa) que crece en la piel y, en mayor o menor grado, afecta hasta a un 90% de la población. En su abundancia pueden influir el funcionamiento del sistema inmunitario y la dieta. Normalmente, la caspa se puede controlar con champús medicinales antihongos. Y, al parecer, también con los enjuagues con aceite.

Y ocurrió algo más. Una verruga que tenía en la cara desde hacía al menos veinte años de repente desapareció. Las verrugas las provoca un virus (Human papillomavirus) y, al parecer, el oil pulling es como una aspiradora que absorbe los virus, las bacterias y los hongos del cuerpo. Algunos profesionales de la salud creen que la mayoría de las enfermedades se debe a infecciones. Si es así, el oil pulling puede ser uno de los mejores sistemas de curación de que disponemos.

Seguí investigando, experimentando y hablando del tema con otras personas. Con el paso del tiempo combiné el método de los enjuagues con aceite del doctor Karach (mencionado en este capítulo) con lo que averigüé sobre la ciencia en que se basa. Lo perfeccioné, lo mejoré y elaboré un sistema de desintoxicación más completo, al que llamo «terapia del oil pulling del doctor Fife». Este libro no solo trata de los enjuagues con aceite, sino que es un curso completo sobre esta terapia.

NOTAS

1 Cromie, W. J. (22 de agosto de 2002), «Discovering who lives in your mouth: Bacteria give clues to cancer and gum disease», Harvard University Gazette.